Por Ramón Durón Ruíz (†)
Soy un viejo campesino cautivado por las enseñanzas de las historias, muchas me gustan, pero esta me fascina: “Un individuo abordó un avión, al mismo tiempo que un niño subía guiado por la azafata, tomo su asiento justo a su lado. El niño, que era muy agradable, educadamente sacó los colores y se puso a colorear su libro de pintar.
Al despegar el avión, el chiquillo iba lleno de una gozosa tranquilidad. El viaje fue de esos vuelos difíciles, en el transcurso hubo tormenta y mucha turbulencia.
En un momento dado, unas sacudidas fuertes al aparato, pusieron nerviosos a todos los pasajeros, pero el niño mantenía una ecuanimidad y serenidad ejemplar.
Viendo su calma y sosiego el pasajero que justo viajaba a su lado se atrevió preguntarle:
— Niño: con esta turbulencia, acaso es que ¿no tienes miedo?
— No señor, –contestó amablemente el niño, dejando de pintar en su libro– ¡Mi padre es el piloto!”
La moraleja es formidable, a veces en nuestra vida llegan turbulencias, sabiendo que “no hay árbol que no haya sido sacudido por la tormenta”, porque inevitablemente algún día llegará la adversidad: la muerte de familiar, la separación de un ser querido, el desempleo, la enfermedad… que nos sacude de pies a cabeza; con ella llega un desasosiego, una intranquilidad que nos estremece de pies a cabeza, ese es el momento en el que recordemos que: ¡MI PADRE ES EL PILOTO…! Y NADA ME PASARÁ.
Las emociones negativas que desarmonizan tu vida son: el miedo, el repudio, la tristeza, la infelicidad, el enojo, el rencor, el resentimiento, la ansiedad. Estas son producidas cuando queremos tomar el control de algo, que esta fuera de nuestro alcance, la solución es muy sencilla, a través de la oración ten la humildad de poner tu vida, en manos del piloto de tu vida, que es tu Padre.
La oración tiene el poder de elevarte espiritualmente, conectándote con un poder que trasciende tus limitaciones como ser humano, atrayendo a tu vida un haz de luz que trasluce las posibilidades que pasan desapercibidas para los demás, a eso le llamo milagros.
Porque tu vida, vive al límite de los milagros. Ten siempre presente que los milagros existen y “no son la suspensión de una ley natural, sino la implementación de una ley superior”.
La oración te ayuda a reconciliarte con tu pasado y a vivir el HOY a plenitud y en armonía con el universo, te cambia a ti, para transformar tu mundo; solo cuando estás bien contigo, tu vida funciona. La plegaria te apoya en tu transformación y evolución espiritual, para construir puentes de amor, te alinea con la prosperidad y la paz interior.
HOY TEN FE de enfrentar la adversidad, el miedo, tus temores, con la fuerza de la fe y el poder de la oración, tu trabajo, tu tarea las realizarás no por deber, sino por placer, crearás las cosas a nombre de Dios, te sorprenderás con el racimo de bendiciones y milagros que a ti llegarán.
Resulta que en el almacén de vinos del mercado “Argüelles”, el experto catador de vinos había fallecido, el dueño inició a buscar quien lo sustituyera. El viejo Filósofo, que por la mañana como HOMBRE DE FE, hizo oración y salió en busca del trabajo, se “apersono” solicitando el cargo.
El dueño después de echarle una mirada de arriba abajo y buscando deshacerse de él, pide que le den a probar un “caballito”, después de olerlo plácidamente y degustarlo, el viejo campesino dice:
—¡Mezcal “San Carlos”! curado con caña, nuez, cascara de naranja, manzana, tejocote y canela.
En seguida le da a degustar una copa de vino. El Flósofo la prueba y dice:
—Por su aroma a heno y grosella espinosa, por su intensa acidez y el envejecimiento en el barril, es un Sauvignon blanc chileno, producido en el norte de Santiago.
—¡Correcto! –sorprendido exclama el dueño–, al mismo tiempo que le da otra copa.
—Chardonnay de la región de Santo Tomás cosecha, 2001 está a 12 grados.
—¡Exacto! –exclama pasmado el dueño– mismo que le ofrece otra copa.
—Fumé Blanc de la casa LA CETTO, cosecha 2002, está a 12.5 grados centígrados y es del Valle de Guadalupe.
El dueño le hace una seña a su guapa secretaria, que la entiende perfectamente. Ella va a la bodega y regresa con una copa de orines. El Filósofo la zarandea suavemente en su diestra, la huele, la prueba y dice al dueño:
—Es una rubia de 18 años de edad, con tres meses de embarazo y si no me das el trabajo, ‘ingo a mi madre si no digo a todos… ¡QUIÉN ES EL PAPÁ!
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