El jefe de Gobierno de la CDMX se negó a llamarle cártel al grupo que opera en la Ciudad de México, pues afirmó que es el Gobierno federal el que debe clasificar a las organizaciones.
CIUDAD DE MÉXICO.- Miguel Ángel Mancera, jefe de Gobierno de la Ciudad de México, reconoció que la organización denominada Cártel de Tláhuac, era un grupo delictivo grande, amplio, violento, y que operaba a través de mecanismos como bicitaxis.
Sin embargo, el mandatario local se negó a decir que es un cártel y aseguró que es al gobierno federal a quien le corresponde clasificar a los grupos delictivos.
En conferencia de prensa, Mancera dijo que la seguridad de la capital del país está garantizada y que nunca va a minimizar una situación como la que se dio ayer en esa demarcación al sur de la capital del país.
“Choferes de bicitaxis orquestaron acciones que emularon otras del crimen organizado, como los bloqueos y el despliegue de cartulinas en favor de El Ojos (presunto líder del cártel de Tláhuac)”, señaló.
Mancera Espinosa subrayó que las autoridades federales y capitalinas están “terminando con un grupo delictivo muy potente que estaba haciendo mucho daño a la sociedad. No podíamos permitirnos no hacer nada”.
Reconoció el trabajo coordinado con el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, para llevar a cabo el dispositivo con la Secretaría de Marina y la Procuraduría General de la República (PGR).
El mandatario capitalino afirmó que con anterioridad se logró la detención del hijo de El Ojos, y dijo que éste dejó de operar hace un par de meses, “hasta que el trabajo de gabinete de seguridad (federal) dio con su ubicación ayer en Tláhuac”.
Comentó que la seguridad en la zona está a cargo de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina, y dijo que aún hay presencia de elementos de la Secretaría de Marina y la PGR en el lugar de los hechos.
Este jueves, se registró un enfrentamiento entre marinos y supuestos integrantes del Cártel de Tláhuac, en donde murió, el presunto líder del grupo, Felipe de Jesús Pérez Luna El Ojos, así como a siete pistoleros.
Tras estos hechos, se desató una serie de bloqueos, con vehículos incendiados, por lo que se desplegaron mil 300 policías para controlar la zona y se detuvieron a 27 personas.
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