Las predicciones de Albert Einstein aún siguen asombrando a la comunidad científica más de un siglo después de que las formulara, tanto las ya confirmadas como las que seguimos explorando.
Albert Einstein está en las primeras posiciones de la lista
de los científicos más famosos e icónicos de la historia. Sus teorías de la
Relatividad Especial de 1905 y de la Relatividad General de 1915 literalmente
revolucionaron la física.
Fue más allá de la teoría de la gravedad de Newton, que
estuvo vigente desde 1687. Einstein introdujo además sus famosos experimentos
mentales, que también pusieron a prueba los incipientes desarrollos de la
mecánica cuántica. Sus aportaciones en este campo merecieron el premio
Nobel en Física, que le otorgaron en 1921 por el efecto
fotoeléctrico.
Mucha gente cree que el premio Nobel por la Relatividad
General, que no le dieron, es una gran deuda pendiente. En esta nueva teoría,
la gravedad se entiende como deformación o curvatura del espacio-tiempo,
provocada por la distribución de masas y energías.
Cuanta más masa se acumule en menos volumen, más se deforma
o curva el espacio-tiempo a su alrededor. Cualquier otra partícula u objeto que
pase cerca de estos objetos siente esta curvatura, lo cual hace que su
trayectoria cambie.
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Predicción confirmada: el día que se observó la curvatura
del espacio-tiempo
Algunas de las predicciones o consecuencias de la
Relatividad General se pusieron a prueba en poco tiempo. En 1919, tan sólo 4
años tras la publicación de la teoría, tuvo lugar un eclipse total de Sol. Era
el acontecimiento idóneo para poner a prueba la curvatura del espacio-tiempo.
Hubo varias expediciones científicas que viajaron hasta
Brasil y la costa oeste africana para tomar las mejores fotografías y datos de
ese eclipse y, sobre todo, de las estrellas que rodeaban el Sol.
El objeto más masivo y compacto que tenemos en nuestras
cercanías es el Sol. Lo que se quería comprobar era si la luz de estrellas
lejanas se veían afectadas por la curvatura del espacio-tiempo que genera
el Sol al pasar cerca de éste.
Si fuera así, su trayectoria se desviaría ligeramente de una
línea recta, haciendo que la posición aparente de la estrella en el cielo
sufriera un pequeño cambio. La confirmación de este efecto, consistente con las
medidas del eclipse de 1919, hicieron a Einstein mundialmente famoso.
Las dudas de Einstein: las vibraciones del espacio-tiempo
Para demostrar experimentalmente otras prediciones de la
Relatividad General hemos necesitado esperar bastante más tiempo. En 1916
Einstein comenzó a analizar con mucho detalle sus ecuaciones, y en particular
una serie de términos que, tras una pequeña simplificación, se parecen
enormemente a una ecuación de ondas: la misma estructura que aparece en
múltiples sistemas físicos donde tenemos una perturbación que se propaga
transportando energía.
En este caso, las ecuaciones dicen que lo que vibra es el
propio espacio-tiempo, y a estas pertubaciones las llamamos ondas
gravitatorias.
¿Podrían observarse? ¿Habría alguna manera de "escuchar"
las vibraciones del espacio-tiempo?
Durante su vida, Einstein dudó sobre la existencia real de
este fenómeno (¿sería quizás un artefacto matemático pero sin realización
física?). Einstein no fue la primera ni la única eminencia en física que duda
de las consecuencias matemáticas de su teoría. Tuvo sus más y sus menos con
colegas y prestigiosas revistas científicas que han dado lugar a interesantísimos
relatos.
Sea como fuere, y con la contribución de destacadas
personalidades, finalmente se entendió que efectivamente las ondas
gravitatorias eran una predicción real de la teoría.
Se analizaron las propiedades de las mismas y solamente
quedaba por ver si la carrera tecnológica para comprobar experimentalmente su
existencia daba sus frutos.
Predicción confirmada: las ondas gravitatorias se
"escucharon" al fin
La amplitud de estas ondas es tan tan tan (se pueden poner
todos los "tan" que se quieran) extremadamente débil que el
propio Einstein no tenía mucha confianza en que fuese posible su detección
algún día.
Cada una de las pruebas a las que se sometía a la
Relatividad General no era capaz de encontrar discrepancias, pero no detectar
ondas gravitatorias o detectarlas con propiedades diferentes a las teorizadas
supondría una demostración de que esta teoría no reproducía fielmente la
realidad: el guante estaba echado.
El éxito del desarrollo tecnológico necesitó de décadas, y
de los habituales intentos fallidos que en ciencia no siempre se mencionan,
como los pioneros experimentos del físico Joseph Weber con las barras
resonantes en los años 60.
Los instrumentos que han sido capaces de conseguir superar
finalmente este reto son los interferómetros láser de brazos kilométricos.
La primera detección de ondas gravitatorias tuvo lugar
en 2015, fue realizada por los observatorios estadounidenses LIGO y
supuso un acontecimiento literalmente histórico.
Las ondas gravitatorias detectadas estaban asociadas además
a otra de las consecuencias de la Relatividad General: procedían de la fusión
de dos agujeros negros de unas 36 y 29 veces la masa del Sol, y atravesaron los
detectores tras viajar unos 1.300 millones de años-luz.
El observatorio europeo Virgo se unió a la toma de datos en
el verano de 2017, con una triple detección de una fusión de
estrellas de neutrones que incluyó a las ondas gravitatorias en la astronomía
de multi-mensajeros. El observatorio KAGRA se unirá a la red global en el
próximo periodo de observación, previsto para diciembre de este año.
Tenemos ya un total de 90 eventos confirmados, todos
ellos tienen como escenario astrofísico la fusión de dos objetos compactos:
parejas de agujeros negros, parejas de estrellas de neutrones o bien parejas
mezcladas de un agujero negro y una estrella de neutrones.
La puerta de la investigación está abierta a objetos
compactos de naturaleza diferente, y las ondas gravitatorias que generen nos
pueden dar pistas sobre su estructura y propiedades. Estamos impacientes por
ver las nuevas sorpresas que están por llegar.
La constante cosmológica: ¿la mayor "pifia" de
Einstein?
En el capítulo de las predicciones de Einstein no podemos
olvidar la famosa constante cosmológica, que también le generó contradicciones.
Esta constante, sus propiedades y si es capaz de modelar fielmente la evolución
y expansión del universo a la luz de futuros datos es la página del libro que
se está escribiendo ahora mismo.
Einstein introdujo esta constante en sus ecuaciones para
forzar (por creencias personales) un modelo de universo estático, una
especie de "energía repulsiva" sin la cual el universo terminaría
colapsando por el propio efecto de la gravedad.
Tras las observaciones en 1931 del físico Edwin Hubble sobre
la expansión del universo, Einstein consideró su propuesta como "la mayor
pifia" de su obra científica.
Sin embargo, tras las observaciones en 1931 del físico Edwin
Hubble sobre la expansión del universo, Einstein consideró su propuesta como
"la mayor pifia" de su obra científica. ¿Lo era realmente?
El interés por la constante cosmológica que introdujo
Einstein volvió a resurgir con las teorías cuánticas de campos, pues éstas
predicen una energía de vacío que se puede comportar, a todos los efectos, como
la constante cosmológica que predijo.
Así que parece que Einstein, de nuevo, volvió a acertar.
*Isabel Cordero Carrión es profesora e investigadora de la
Facultad de Matemáticas, Universitad de Valencia, España.
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