En el umbral del posible regreso al semáforo rojo, que implica el cierre de toda actividad no esencial, la Ciudad de México tuvo una amplia movilidad en los últimos días.
Los llamados del presidente Andrés Manuel
López Obrador y de la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum resultaron
insuficientes para que la gente en la Ciudad de México atendiera el “quédate en
casa”.
En el umbral del posible regreso al
semáforo rojo, que implica el cierre de toda actividad no esencial, la Ciudad
de México tuvo una amplia movilidad en los últimos días.
Alentados por el ambiente decembrino y el
espíritu navideño cientos de miles de personas, muchas sin cubrebocas y con
poca posibilidad de respetar la sana distancia, abarrotaron este fin de semana
centros comerciales, plazas públicas, mercados populares y navideños.
La prioridad no fue la protección contra el
SARS-Cov-2, sino las compras, ya sea algo personal, adelantar los regalos
navideños, las flores de nochebuena, los arreglos de mesa, o lo necesario para
las fiestas decembrinas, incluido todo para preparar las posadas, o la
colocación del nacimiento y árbol de Navidad.
“La verdad a partir del fin de semana
pasado hubo más gente, ahora si nos estamos reponiendo de la ventas que no
tuvimos durante el año. Todo parece que ésta regresando a la normalidad”,
comenta doña Lupe, vendedora de flores en el mercado de Jamaica.
La mujer de 65 años reconoce que no está al
tanto de cómo se está moviendo el semáforo epidemiológico, pero para ella eso
no es importante.
“Que hagan lo que tengan que hacer, pero
que no nos cierren porque nos morimos de hambre. No aguantaríamos otro cierre
como el que ya pasamos”, agregó.
Al igual que en Jamaica, otros mercados
como Sonora, la Lagunilla, Tepito, o mercados de flores como Cuemanco y los
ubicados en el corredor Tláhuac-Xochimilco estuvieron con alta afluencia de
personas.
Lo mismo se vivió en otros lugares como
plazas comerciales, tiendas de autoservicio y departamentales, o el Centro
Histórico donde, pese a las estrictas medidas sanitarias, se hace difícil
respetar la sana distancia.
“Casi todos los establecimientos tiene
medidas sanitarias, y la mayoría de la gente trae mascarilla, hay gel
antibacterial en todos lados, pero a la vez hay mucha gente, lo que hace,
muchas veces, imposible respetar la sana distancia, pero tratamos de cuidarnos”,
advirtió Rocío Jiménez, entrevistada en Plaza Galerías Coapa.
Desde prácticamente el sábado las calles de
centro de la Ciudad de México estuvieron llenas, particularmente Madero, Pino
Suárez, 20 de Noviembre, 5 de Mayo, Tacuba, Venustiano Carranza, Eje Central
Lázaro Cárdenas, entre otras.
Aunque hay presencia policiaca, los
uniformados poco o nada pueden hacer, ante la cantidad de gente, para invitar
el distanciamiento social.
La cantidad de gente pudiera hacer pensar
que lo peor de la pandemia ya pasó en la Ciudad de México, pero lo cierto es
que las autoridades capitalinas están valorando la posibilidad de declarar
nuevamente el semáforo rojo ante el incremento de los casos de contagios,
hospitalizados y fallecimientos por COVID-19.
Al cierre de este domingo, las autoridades
capitalinas tenían registrada una ocupación hospitalaria del 57 por ciento,
ocho por ciento más que la registrada durante la primera semana de noviembre,
cuando hubo un ocupación del 49 por ciento.
Desde entonces la capital ha mantenido una
tendencia al alza constante en la ocupación hospitalaria, número de personas
contagiadas y número de personas fallecidas por la enfermedad SARS-Cov-2.
Tan sólo del 26 de noviembre al 6 de
diciembre, la capital pasó de una ocupación hospitalaria del 52 a 57 por
ciento. Pero la alta movilidad en la capital no sólo fue de personas, sino
también de vehículos.
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