Por: Rodolfo Escojido Rodriguez ( Fouche)
Nuevamente a 52 años de los hechos que marcaron un parte aguas en la historia de México (una frase ya muy trillada), la realidad es que si logro empezar a mover esa piedra inamovible que era el partido en el poder y le dio paso a la transacción democrática. Pero a 51 años , a que sale una marcha exigiendo que?, Muchos de los hoy marcharán no tienen ni la más mínima idea de lo que aconteció. Por un lado el derecho del Estado que con su monopolio de la violencia, se justifica en nombre de defender la estabilidad y status Quo, por otro los grupos de izquierda y luchadores sociales que lo ven como un agravio a sus libertades y derechos y lo califican como delitos de lesa humanidad( algo que es válido),
Mi punto es que es cuestionable la bandera del movimiento del 68, para muchos que no lo vivieron, ni se han detenido a leer la historia ( ya ven que dicen algunos que los libros son para burgueses). Pero finalmente hoy habrá marcha y si cada quien vive su dos de octubre a su manera, a su modo.
Si bien a mí tampoco me tocó vivir esos momentos, nací en 1973, pero desde primaria mi afición por leer, me llevo a conocer y sentir esos momentos, el leer me llevo a sentir. Ha hacer suya esa lucha y a no olvidar, porque me preguntaba , como olvidar algo que no se vivió?, Pues creando un vínculo con lo que sabes y conoces de ese hecho y lo vez reflejado en tu realidad, en tu vida.
Mi dos de octubre que no se olvida es el del año 98, casi un año después de la toma de protesta como presidente de la ODET (Organización Democrática de Estudiantes Técnicos) grupo radical, de choque o porril del IPN, cargo que haiga sido como haiga sido ( otra frase célebre) habíamos ganado, buscábamos cambiar esa visión e imagen de nuestra organización, en la ciudad acaba de ganar Cuauhtémoc Cárdenas, y estabamos en un proceso de cambio, participando directamente ya con el PRD y el gobierno, por lo que intuimos que algo podía pasar ese dos de octubre, decidimos acuartelar a nuestros líderes y sus grupos en las oficinas de la organización, afuera como buitres esperaban dos camionetas de televisa, esperando que comenzaramos a hacer desmanes ,pero habías logrado negociar estar en la plaza de las tres culturas y que fuera orador en el evento, muy nervioso, presionado por la encomienda, logré hacer un pequeño discurso, claro con ayuda de mi comité, ya en la tarde salí con una comitiva de líderes hacia el Zócalo de donde saldría la marcha, llegamos ya iniciada y nos sumamos a una marcha que por muchos años como organización no había sido vedada (por nuestros antecedentes porriles), y que ahora en ese momento nos sumamos en un hecho histórico para nosotros a esas filas de jóvenes, ante nuestro asombro, nos encaminamos hacia nuestro encargó, pero nuestros enemigo y autoridades que no lo veían con buenos ojos, tendieron un cerco, nos vimos rodeados de jóvenes pero no estudiantes, a lo lejos pudimos ver al jefe de seguridad del Politécnico (enemigo jurado de nuestro movimiento) observandonos con odio, en ese momento intuía que no pasaríamos, por azares del destino o por otras cuestiones, no pudimos arribar al templete, todo estaba lleno y era imposible subir, así nuestro dos de octubre histórico lo fue para nosotros que por un momento nos sentimos parte de un movimiento de jóvenes que luchaban , bueno al menos eso creía, por sus derechos.
Los hombres mueren más no sus ideales
Hasta la victoria siempre
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