Centros escolares llaman a un modelo híbrido, en el que algunos días en línea sea a distancia y otros en el salón
Del 100% de la población que está analizando actualmente,
encontró que 45% de los niños participantes presentaba comportamientos
repetitivos, que no se encontraban antes del confinamiento debido al covid-19.
Hay cientos de escuelas que han pedido a la Unión Nacional
de Padres de Familia (UNPF) interceder por ellas, para solicitar al gobierno,
que permita ir a los niños de manera presencial a clases, aunque sea a los más
pequeños; en un modelo híbrido, algunos días en línea y otros en su salón de
clases y en grupos reducidos de cinco o diez personas.
“Esto es porque el
modelo a distancia no está funcionando con los niños de tres, cuatro, cinco y
seis años, pero la respuesta del gobierno que hemos recibido hasta hoy es que
no, pero seguimos insistiendo”, aseguró a
Excélsior, Leonardo García, presidente de la UNPF.
Hasta ahora, la Secretaría de Educación Pública (SEP) ha
mencionado que debido a que los casos han disminuido en algunos estados, como
en Chiapas y Campeche, podría darse el regreso a los salones, siendo la fecha
tentativa el lunes 5 de octubre.
“Es probable que en esos estados se pase a semáforo verde en
15 días y sería entonces cuando por estado se podrían iniciar clases
presenciales”, dijo Esteban Moctezuma, secretario de la SEP, el pasado 22 de
septiembre.
Leonardo García opinó que una vez que algunos estados
regresen a las clases presenciales, otras entidades también comenzarán a
presionar para volver a las aulas.
“Nosotros vamos a intensificar nuestra exigencia al gobierno
federal para que ya no aplace más el tiempo del regreso a clases, que los
alumnos y maestros vuelvan con todas las medidas sanitarias y con todos los
cuidados, como grupos reducidos y con cubrebocas”, comentó el presidente de la
UNPF.
Entre los principales argumentos que expuso la UNPF para
solicitar al gobierno el regreso a las clases presenciales es que los niños
tengan otra vez la oportunidad de convivencia con sus pares, diálogo,
socialización y trabajo en equipo.
“Los niños son a quienes más les está afectando estar
encerrados en casa”, afirmó Leonardo García.
Mientras que Beatriz Eugenia Concha García, sicóloga
infantil y consultora de primera infancia para América Latina en diversos
organismos internacionales, se encuentra realizando una investigación sobre
cómo los niños de primera infancia han respondido al confinamiento, luego de
que muchos padres solicitaron su ayuda al detectar en sus hijos comportamientos
repetitivos y/o de autolesión.
Del 100% de la población que está analizando actualmente,
encontró que 45% de los niños participantes, presentaban comportamientos
repetitivos, que no se encontraban antes del confinamiento, debido al covid-19.
“¿Qué tipo de comportamientos encontré?” Según la
profesional los comportamientos repetitivos manifiestos por las familias en sus
hijos son principalmente meterse los dedos a la boca, comerse las uñas, meterse
los dedos a la nariz, comer moco, tocar y rozar sus partes íntimas, producirse
lesiones en la piel posterior a una picadura por rascarse insistentemente, así
como también introducirse constantemente en juegos de video o tecnología por lo
que les permite evadir la realidad y no hacerse cargo de sus emociones.
“Lo que quiere decir que dichas conductas pueden ser
comprendidas como la manera en que los niños están organizando o desorganizado
su siquis al buscar formas de exteriorizar sus diferentes emociones y darle
lugar a toda su energía acumulada durante meses. Los niños, juegan, brincan,
corren, saltan, gritan y de esta manera organizan su mundo interno, pero
actualmente no lo pueden hacer libremente, entonces estas conductas repetitivas
están siendo la manera como ellos dan cuenta de sus propias angustias o
malestar frente a todo lo que están viviendo y se les debe prestar especial
atención, pues gritan lo que la mente calla”, explicó.
Marián Rojas Estapé, médico siquiatra del Instituto Español
de Investigaciones Psiquiátricas, autora del libro Cómo hacer que te pasen
cosas buenas y madre de cuatro hijos menores de siete años, contó a Excélsior que
aunque se siente optimista de que pronto llegue una vacuna y logremos irnos
acercándonos a la vida que conocíamos antes de la pandemia, le preocupa que los
niños que debieran estar conviviendo con sus amigos en la escuela o en el
vecindario no lo estén haciendo, porque la pandemia se los prohibió.
“Los niños no pueden vivir con esta sensación de alerta todo
el rato, muchos tienen miedo de salir a la calle, porque saben y se les dijo
desde un inicio del confinamiento, que ellos pueden ser los culpables de que
sus abuelos mueran. Necesitan también, que esto no les enferme a ellos, hay que
buscar el mejor equilibrio”, concluyó.
A la ansiedad, Marián la relaciona con el covid-19 y dijo
que son muy parecidas, pues las dos provocan la falta de aire y dificultad para
respirar.
Las únicas maneras probadas para descargar tensión, de
acuerdo con la siquiatra española, son abrazar, reunirse con amigos, viajar y
hacer ejercicio.
“El ser humano se siente bien, cuando se siente
querido, se siente apoyado, abrazado. No podemos negar nuestra condición
humana”, aseguró.
Así que Excélsior logró reunir a este grupo
de expertos: sicólogos, siquiatras, pedagogos y maestros para brindar a los
padres de familias algunas herramientas o consejos para lograr sortear de mejor
manera este confinamiento y las clases en línea para los alumnos de primera
infancia.
Darío, un alumno de 10 años, cuando escuchó que su mamá era
entrevistada por Excélsior, sobre qué estaba siendo lo más complicado de las
clases en línea para su hermanito de seis años, que acaba de ingresar a primero
de primaria, tajante dijo: “Ya todos sabemos que es difícil, pero qué vamos a
hacer”.
“Comencemos con que esta situación nos ayude a estar
más tiempo de calidad con nuestros hijos pequeños, pues antes, muchas veces no
lo hacíamos por el exceso de actividades en los colegios de nuestros hijos y en
el trabajo de los padres”, comentó Marián Rojas Estapé.
La sicoanalista infantil y experta en primera infancia,
Beatriz Eugenia Concha, recomendó que se le dé la posibilidad al niño de
equivocarse en las clases en línea y en la vida y enseñarle a ver su error.
“Descubramos el valor educativo que tiene el no saber para ellos y brindémosles
la posibilidad de que construyan saber, a partir de sus propias ideas del
mundo”.
Por su parte, Edgar Osuna, doctorante en Ciencias de
la Educación de la Universidad Autónoma de Coahuila y directivo de una
institución Montessori, sugirió a los padres que dejen de enfocarse en los
temas intelectuales ahora que los niños están tomando las clases en línea y no
en el bienestar emocional o en las habilidades que puedan desarrollar inmersos
en esta nueva realidad.
“Concentremos nuestro esfuerzo en ir atrayendo y
desarrollando la atención de los más pequeños y no en el número de materias o
en los contenidos académicos que se supone debieran tener. Creo que como padres
debemos dejar de ser tan exigentes”, dijo Osuna.
También, celebró el apoyo y el esfuerzo que la mayoría están
haciendo con los menores de primera infancia, al acompañarlos durante las horas
de clase.
“El acompañamiento de los padres es fundamental para que los
colegios podamos seguir dando clases virtuales a los menores de siete años. Lo
único que sí me gustaría comentar es que deben tener presente que se trata
solamente de acompañamiento y de asistencia digital para sus hijos, no de su
intervención, pues muchos terminan contestando en clases por sus hijos”,
comentó Edgar Osuna.
Y asimismo lo dijo Beatriz Eugenia Concha, no son necesarios
los padres “Pepito grito” en clase con los niños, les genera mayor angustia y
frustración a estos, por lo que se deja ver cómo que la respuesta de los niños
nunca es suficiente a la vista de los padres y los padres dejan ver la propia
inseguridad que tienen frente a todo el proceso, pues son ellos los que se
sienten evaluados por las respuestas que brindan sus hijos y los perjudicados
realmente son los niños pues se quedaron sin voz en su propio año escolar.
Es fundamental mantener la atención, presencia y evitar la
anulación de los niños.
En el jardín de niños Colegio Educativo Tao, ubicado en la
alcaldía Gustavo A. Madero, por ejemplo, la directora Viridiana Magaña, redujo
las horas de clases a tres y con descansos de diez minutos cada una, para ir
desarrollando la atención de los niños y evitar que fuera cansado para ellos.
También se aseguró que los grupos fueran reducidos y que las
caritas de todos los niños aparecieran en la pantalla de la computadora
mientras estuvieran en clases, para que las misses pudieran mantener contacto
visual con cada uno de ellos y poder escucharlos para evitar anular a alguno,
como sucede cuando hay un gran número de participantes.
Y miss Jessica Gómez, cada mañana, antes de iniciar sus
clases, pide a los alumnos que se levanten de sus asientos. Se recomienda que
tengan su propia mesa de trabajo a su tamaño, ubicado en un espacio organizado
con todo el material necesario para sus clases y que el niño no tenga que
estarse parando a traer su material lugar y que sea el indicado para la altura
de cada alumno.
Una vez de pie, miss Jessi saca sus pompones para
bailar la coreografía que creó con la canción “Del cocodrilo Dante”, para que
al moverse se activen los niños y les mejore el ánimo. Esa dinámica se repite
entre cada hora y hora y cada vez que se nota que los niños están aburridos o
cansados.
CASOS DE ÉXITO
Fernando Lizardi, pedagogo de la Universidad Panamericana y
director de un colegio en Querétaro, sugirió voltear a ver casos de éxito en el
regreso a clases, como en Dinamarca, primer país en Europa que inició las
clases presenciales con 30 horas a la semana. Lo hizo desde el 15 abril y los
primeros fueron los alumnos del jardín de niños y de primaria.
Las autoridades reagruparon en microunidades de hasta diez
alumnos y con un solo docente a cargo para poder mantener la sana distancia e
identificar si existe algún contagio.
“A este modelo que se le llama ‘aulas burbuja’ o ‘burbuja
danesa’, se pensó sobre todo para el preescolar, para los más chiquitos, porque
ahí es donde todo el mundo se está encontrando el reto más gordo. En este nivel
educativo se está concentrando la mayor deserción escolar, hasta de un 50%, y
las herramientas digitales son insuficientes para lograr captar su atención y
para ayudarlos a desarrollar las habilidades sociales, que a esa edad
requieren”, concluyó Fernando Lizardi en entrevista.
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