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martes, 18 de agosto de 2020
Ni se emocionen con la inversión extranjera
Enrique Quintana
El domingo por la noche, la Secretaría de Economía dio a conocer que la Inversión Extranjera Directa (IED) en el primer semestre del año ascendió a 17 mil 970 millones de dólares, que fue prácticamente la misma cifra que se reportó cuando se dio a conocer la información preliminar del primer semestre de 2019.
La conclusión planteada por el gobierno es que el resultado es muy bueno pues aun en medio de la pandemia, la IED siguió fluyendo a México.
Permítame hacer unas breves consideraciones, antes de llegar a las conclusiones que se derivan de los datos.
1.-Si comparamos los dos trimestres de 2020, observamos una reducción sensible en el segundo trimestre. En los primeros tres meses del año la cifra fue de 10 mil 334 millones y en el periodo abril-junio el dato fue de 7 mil 636 millones de dólares, lo que implica una baja de 26 por ciento respecto al trimestre previo. Si la comparación se hace contra el segundo trimestre del año pasado, la caída es de sólo 4 por ciento, pero es visible que hay caída. Es decir, la pandemia sí bajó los flujos de IED que se realizan en México.
2.-Si observamos la estructura de la IED resulta que las nuevas inversiones representaron solamente 17 por ciento del total, mientras que 83 por ciento correspondió a la reinversión de utilidades o a cuentas entre compañías.
3.-Si comparamos las nuevas inversiones del primer semestre contra las que se realizaron en el mismo periodo de 2019, observamos una caída de 30 por ciento.
4.-No hay aún cifras de la inversión total que se realizó en México para el primer semestre del año, pero hasta el mes de mayo tenía un retroceso de 20.6 por ciento respecto al nivel del mismo periodo de 2019, lo que es consistente con el comportamiento de las nuevas inversiones de la IED.
5.-Aun suponiendo que tomamos a toda la IED, su valor representa sólo 20 por ciento de la inversión total realizada en el periodo, por lo que en realidad influye de manera marginal en la inversión total.
En realidad, cuando observamos el comportamiento de la inversión extranjera en el mediano plazo, encontramos que se mantiene más o menos en los mismos niveles desde hace ya varios años.
En 2014, ya con las reformas estructurales en curso, el volumen de IED alcanzó 30 mil 429 millones de dólares. El nivel promedio de 2015 a 2019 fue de 33 mil 827 millones de dólares.
La realidad es que México no ha sido un imán para las inversiones desde hace ya seis años y las circunstancias actuales no han cambiado ese hecho.
La percepción de que el conflicto de Estados Unidos con China podría ser el gran motor de nuevas inversiones en nuestro país se quedará como eso, como percepción, si no se hace un intenso trabajo de promoción y se ofrecen garantías y seguridad a los inversionistas.
Es cierto que sigue dándose la reinversión de utilidades. La mayoría de las empresas extranjeras que tienen inversiones en nuestro país no se han ido ni se van a ir. Quieren consolidar su posición.
Pero las señales recientes han sido muy malas y la posibilidad de que incluso las reinversiones bajen es tangible. De hecho, la cifra del primer semestre de este año es inferior en casi 30 por ciento a las reinversiones realizadas en los primeros seis meses del año pasado.
Dijo ayer el presidente López Obrador que en un par de semanas podría dar a conocer el programa de infraestructura, incluyendo el sector energético, para empujar al sector privado a que invierta.
Veremos si finalmente hay una señal positiva. Si ésta no se da, olvidémonos de la inversión local y también de la IED.
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