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domingo, 12 de abril de 2020

MINATITLÁN Y SU PRIMER PRONUNCIAMIENTO (1834)





En diciembre de 1826 Simón Tadeo Ortiz de Ayala fundó Minatitlán, en el paraje de Paso de la Fábrica. Para esa fecha contaba con una bodega del Gobierno del Estado, un cuartel provisional, dos casas y se tenía acopiado material para otras siete. El pueblo fue la cabecera de la colonia de Coatzacoalcos y luego el centro de la colonización francesa (1828-1831).

En 1831 tenía 338 habitantes: 82 hombres, 71 mujeres y 185 niños, los cuales vivían en 75 casas. Colindaba al Norte con las sabanas de la hacienda de Tacoteno; y al Sur, con el río Coatzacoalcos. Había “en dicho pueblo una capilla de 18 varas de largo y 12 de ancho, de palma el techo y cercada de tablas, pero muy deteriorada”, construida por decreto 75 del 28 de abril de 1827 y sujeta a la parroquia de Chinameca.

Tres años más tarde, el ayuntamiento, vecinos y el administrador de la aduana marítima de Minatitlán se adhirieron al Plan de Cuernavaca, pronunciado el 25 de mayo. Y es que el vicepresidente Valentín Gómez Farías, supliendo la ausencia del presidente Antonio López de Santa Anna, con el apoyo del Congreso nacional, expidió leyes para subordinar la Iglesia católica al Estado (cancelación de la obligatoriedad del diezmo, desamortización de bienes eclesiásticos y definición de los nuevos nombramientos eclesiásticos).

A las 6:00 de la tarde del 16 de julio de 1834, “en junta popular reunida en la sala consistorial”, convocada por el alcalde de Minatitlán Florentino García, con la presencia de su ayuntamiento, “de la mayor parte del vecindario”, del administrador de la aduana marítima, Manuel María Espino Barro y dos vecinos de Huimanguillo que se hallaban de paso (José Bruno y Francisco Ficachi), se pronunciaron por el Plan de Cuernavaca.

Espino Barro redactó el acta, mismo que fue aprobado “con aplauso general” del pueblo que estaba reunido en la sala consistorial, “y se concluyó el acta con vivas a la religión, a la constitución y al excelentísimo señor general presidente su protector y acordó la junta hacer un baile mañana en muestra de su alegría; firmando esta acta todos los ciudadanos presentes que supieron hacerlo a ruego del alcalde presidente, por no saber, lo hizo el ciudadano Joaquín Luna”.

Debido a la oposición del ejército y de la Iglesia, pero sobre todo por los pronunciamientos del pueblo (Acayucan y Chinameca hicieron lo propio), las reformas liberales fracasaron. Santa Anna regresó a la presidencia de la República, disolvió el Congreso nacional y separó de sus cargos a quienes promovieron las reformas. En 1853 el Gral. Santa Anna, quién debió recibir una copia de la referida acta, elevó el pueblo de Minatitlán a la categoría de villa y la declaró capital del territorio del istmo de Tehuantepec. Litografía: "Mina-titlán sobre el río Coatzacoalcos" (Robert Dale, 1851).

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