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viernes, 16 de agosto de 2019

Rozón…y

Columna de análisis y crítica política





La cultura de la opacidad
*Columna publicada en SDPnoticias.com

La Transparencia, Acceso a la Información Pública y el Buen Gobierno, es sin duda un buen paso. Sin embargo, se queda muy corto y sus lagunas contradicen el objetivo general de que los poderes puedan estar sometidos al control ciudadano.
Es hora de que, como sociedad, pongamos ejemplo al gobierno y vivamos sin opacidad en cada uno de los ámbitos de nuestra vida. Entonces, sí podamos exigir transparencia en diferentes ámbitos de la sociedad.
Por todos los rincones de la sociedad mexicana se escuchan voces que piden a gritos: “Transparencia, fin de la opacidad y la corrupción”. Nunca los reclamos alrededor del tema habían sido tantos y tan fuertes; nunca México había liderado los índices internacionales de corrupción.
Así, para las mujeres no sólo es difícil escalar diferentes puestos de poder, también enfrentan dificultades para entrar y moverse dentro del mismo. Ya no se habla sólo de “techos de cristal” (son los obstáculos que impiden que una mujer alcance puestos de alto nivel en las organizaciones), sino de verdaderos “laberintos de cristal”. La igualdad de género está ausente de los procesos de selección, señalan que su formación académica también ha sido alejada de los conceptos de igualdad y no discriminación.
Sin embargo, y a pesar del escaso número de mujeres que han incursionado en política, lo cierto es que los ejemplos visibles desde mujeres gobernantes, legisladoras o dirigentes de partidos políticos derriban el discurso de las mujeres son o deben ser garantía de honestidad o de virtudes inimaginables de las que adolecen el resto de la colectividad.
Lo cierto es que las mujeres de la política y del poder —igual que los hombres— están expuestas a las mismas tentaciones, ambiciones, manipulaciones, corruptelas y excesos que enfrentan al resto de los ciudadanos y, sobre todo, los políticos varones.
Y es que los vicios y virtudes de la política y del poder no respetan edad, sexo, condición social o títulos académicos.
Al no haber trasparencia, ni debate, ni biografías elocuentes, no nos dejan saber cómo se toman las decisiones, porque y como deciden; la transparencia y el debate son dos atributos de la democracia, lamentablemente hoy, se ha pasado por alto.
“Por ello, nuestro trabajo en esta área reconoce que partimos de una situación de desigualdad estructural entre hombres y las mujeres. El objetivo de la igualdad debe pasar entonces, necesariamente, por corregir la situación de desigualdad de la que partimos”, señaló Claudia Sánchez Juárez, ex diputada federal e integrante del Colectivo 50más1.
Recordó que el Día de la Paridad será una exigencia permanente para recordarle a todos los órdenes de gobierno, que no vamos a permitir retrocesos en presupuestos, programas sociales y políticas públicas que atienden a las mujeres y en consecuencia, a sus familias.

Se debe impulsar la plena participación y protagonismo en la toma de decisiones de alcance social, político o económico, así como la representación adecuada de las mujeres en todos los ámbitos de decisión y trabajo.
La sociedad está harta, cansada, desesperada, desmotivada y muy, muy enojada. Y, por más que buscamos, nos dejan pocos espacios para participar y fomentar la transparencia.


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