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domingo, 27 de agosto de 2017
¿Por qué hay tantas denominaciones cristianas?
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Pregunta: "¿Por qué hay tantas denominaciones cristianas?"
Respuesta: Para responder a esta pregunta, primeramente debemos diferenciar entre (1) denominaciones dentro del cuerpo de Cristo, y (2) sectas y falsas religiones no-cristianas. Los Presbiterianos y Luteranos, son denominaciones cristianas; los Mormones y Testigos de Jehová son sectas (grupos que aseguran ser cristianos, pero niegan uno o más de los puntos esenciales de la fe cristiana); el Islam y el Sintoísmo son religiones enteramente separadas.
El surgimiento de las denominaciones dentro de la fe cristiana, puede ser rastreado desde la Reforma Protestante.
El movimiento de “Reforma” de la Iglesia Católica Romana durante el siglo XVI, dio surgimiento a las cuatro divisiones o tradiciones mayores del protestantismo: Luterana, Reformada, Anabaptista, y Anglicana. A través de los siglos, de estas cuatro ramas, surgieron otras denominaciones. La denominación Luterana fue nombrada así por Martín Lutero y estaba basada en sus enseñanzas.
Los Metodistas tomaron el nombre de su fundador, John Wesley, quien era famoso por elaborar “métodos” para el crecimiento espiritual. Los Presbiterianos fueron llamados así por su visión sobre el liderazgo de la iglesia – la palabra griega para anciano es presbíteros.
Los Bautistas tomaron su nombre, porque ellos siempre enfatizaron la importancia del bautismo. Cada denominación tiene algunos énfasis o diferencias doctrinales una de la otra, tales como: el método del bautismo; la disponibilidad de la cena del Señor para todos o sólo para aquellos cuyos testimonios puedan ser verificados por los líderes de la iglesia; la soberanía de Dios Vs. el libre albedrío en lo referente a la salvación; el futuro de Israel y la iglesia; el papel que juegan las obras en la salvación; el arrebatamiento pre-tribulacionista Vs. el post-tribulacionista; la existencia de dones de “milagros” en la era moderna, y la lista puede seguir y seguir.
El punto de estas divisiones nunca es Jesucristo como Señor y Salvador, sino más bien, honestas diferencias de opinión de gente piadosa, aunque imperfecta, que busca honrar a Dios y retener la pureza doctrinal de acuerdo a sus conciencias y su comprensión de la Palabra.
En la actualidad, las denominaciones son muchas y variadas. Las principales denominaciones originales arriba mencionadas, han producido numerosas ramas como las Asambleas de Dios, Alianza Cristiana y Misionera, los Nazarenos, Evangélicos Liberales, iglesias Bíblicas independientes y otras.
Algunas denominaciones enfatizan ligeras diferencias doctrinales, pero con más frecuencia simplemente ofrecen estilos diferentes de adoración, adecuados a los diferentes gustos y preferencias de los cristianos.
Pero no nos equivoquemos; nosotros, como creyentes, debemos ser de una mente en cuanto a las bases de la fe, pero más allá de ellos, hay una gran variedad de formas en las que un cristiano debe adorar en una congregación. Esta libertad es lo que causa los muchos diferentes “sabores” de la cristiandad.
La iglesia Presbiteriana de Mbale, Uganda, tiene un estilo de adoración muy diferente de la Iglesia Presbiteriana de Denver, pero su base doctrinal es la misma. La diversidad es algo bueno, pero no la desunión. Si dos iglesias difieren doctrinalmente, puede convocarse a un debate y diálogo sobre la Palabra.
Esta acción de “hierro con hierro se aguza…” (Proverbios 27:17) es beneficiosa para todos. Sin embargo, si hay un desacuerdo sobre estilo y forma, está bien que permanezcan separadas.
Aunque esta separación, no exime la responsabilidad que tienen los cristianos de amarse unos a otros (1 Juan 4:11-12) y finalmente permanecer unidos como uno en Cristo (Juan 17:21-22).
Cuando se busque una iglesia, el creyente debe comenzar por revisar su Declaración de Fe. Lo que la iglesia crea y practique, debe coincidir con las doctrinas y la fe descritas en la Biblia.
Lo que debemos estar buscando es un cuerpo de creyentes donde sea afirmada la suficiencia de las Escrituras, donde podamos crecer en nuestra relación con el Señor, donde podamos ministrar al cuerpo de creyentes con nuestros dones espirituales, propagando el Evangelio y glorificando a Dios.
La iglesia es importante y todos los creyentes necesitan pertenecer al cuerpo que se ajuste al criterio antes descrito. Necesitamos de relaciones que sólo pueden ser encontradas en el cuerpo de creyentes, necesitamos el apoyo que sólo la iglesia puede ofrecer, y necesitamos servir a Dios tanto en comunidad como individualmente.
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