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martes, 11 de agosto de 2015

Destaca UNESCO esfuerzos de México para reducir violencia



¿Los homicidios en México están relacionados con la esperanza de vida? Algunos especialistas responden afirmativamente, mientras otros lo niegan. Si fuera de tal manera, el promedio actual de esperanza de vida de los hombres mexicanos, que es alrededor de los 73 años, se está reduciendo en 0.84 años por homicidio, cifra casi igual a 0.85 por diabetes. Quizás en el Estado de Guerrero se ubique el ejemplo más claro.

La polémica sobre este asunto existe, pero son tantos los muertos por la violencia en nuestro país, que no es gratuito el planteamiento de que "la diabetes y los homicidios destacan entre las principales causas de mortalidad en México y ya son identificados como factores que inciden, de uno a ocho años, en la reducción de la esperanza de vida de los mexicanos".

El homicidio tiene en México un peso similar a la diabetes en cuanto a la pérdida de años de esperanza de vida, principalmente entre los hombres, señaló el doctor Guillermo González Pérez, académico de la Universidad de Guadalajara, en la XII Reunión Nacional de Investigación Demográfica en México.

La Fundación Carlos Slim dio a conocer que González Pérez realizó el estudio "Violencia homicida y esperanza de vida en México", y fue quien detectó en el mismo que el promedio actual de esperanza de vida de los hombres mexicanos, que es alrededor de los 73 años, se está reduciendo en 0.84 años por homicidio, cifra casi igual a 0.85 por diabetes.

También explicó dicha institución el año pasado que, el Estudio Global Sobre la Carga de Enfermedad", realizado por el Instituto para la Medición y Evaluación de la Salud (IHME, por sus siglas en inglés) reveló "que enfermedades como la diabetes, del corazón, insuficiencia renal así como la violencia son las causas principales por la que los mexicanos pierden 8.5 años de vida en promedio, según cifras recabadas de la investigación realizada entre 1990 y 2010".


"De acuerdo con el Estudio Global, en el país la mortalidad aumentó en un 30 por ciento en hombres a causa de la violencia, mientras que en mujeres creció un 20 por ciento por daño a la salud".

Algo más que invita a la reflexión es que el mencionado doctor González Pérez, resaltó en su ponencia que los varones de 15 a 45 años tienen la mayor mortalidad por homicidio, lo cual representa "una pérdida de dos años en la esperanza de vida al nacer en los estados de Durango, Sinaloa y Guerrero, número que se eleva a cinco años en Chihuahua, donde el promedio de vida para el género masculino se ha vuelto menor al que se tenía hace 15 años".

Además, explica que desde un punto de vista geográfico, "en prácticamente todas las entidades ubicadas en la vertiente del Pacífico, Sierra Madre Occidental, como Sinaloa, Nayarit, Michoacán, Guerrero, Sonora y Baja California, donde la orografía propicia el cultivo de mariguana y amapola, los homicidios alcanzan niveles altos".

Hay una exposición sobre cómo se obtuvieron tales datos. Fue a partir de los resultados del Censo de 2010, que el Consejo Nacional de Población contrató a la Sociedad Mexicana de Demografía. Un grupo de investigadores realizaron la reconstrucción histórica de la dinámica demográfica del país desde 1990 hasta 2010.

Al referirse a un análisis preliminar, el doctor Víctor Manuel García Guerrero, menciona: "vimos que la esperanza de vida de los hombres prácticamente se había mantenido sin variación desde 2000 a 2010 y la de las mujeres creció muy poco, de 77.2 a 77.8, es muy poco, pues durante todo el siglo pasado la esperanza de vida fue creciendo entre seis meses y un año anual".

Este investigador del Centro de Estudios Demográficos Urbanos y Ambientales del Colegio de México, señala también que ante el visible estancamiento de la esperanza de vida, un equipo de demógrafos continuó con la investigación. "Ese estudio fue liderado por el profesor Vladimir Canudas Romo, investigador del Instituto de Max Planck Odense en Dinamarca, y detectó que "entre el año 2000 y 2010 los homicidios y la diabetes se llevaron un año de vida de los mexicanos", afirman que detalló García Guerrero.

Hay investigadores mexicanos en desacuerdo con el planteamiento. Sin embargo, la pregunta actual sería, si de 2010 a la fecha continúa la tendencia.



La lucha contra el homicidio

Por otra parte, la UNESCO señala que en México "se han realizado crecientes esfuerzos desde la academia, la sociedad civil y más recientemente desde el quehacer público, para darle al problema de la violencia la relevancia que tiene y para buscar en conjunto soluciones que permitan, en el corto y mediano plazos, reducir su prevalencia y atender integralmente las consecuencias que produce en las distintas esferas de la vida de las personas afectadas y, en el largo plazo eliminarla como forma de relación social entre los integrantes de la comunidad nacional.

"Estos esfuerzos -agrega- se ven reflejados en múltiples publicaciones, eventos académicos de diversas naturalezas tanto nacionales como internacionales, así como cada vez más en Mesas de Coordinación y Grupos de Trabajo Interinstitucional que incorporan tanto a instituciones gubernamentales como académicas y a organizaciones de la sociedad civil en el diseño, operación y seguimiento de programas de lucha contra la violencia desde diversas esferas del quehacer público".

Efectivamente, hace casi una década de la participación activa de los diversos sectores mexicanos junto con el Gobierno, para resolver una problemática que atañe a todos. Sin embargo, en ocasiones, como en el caso de Guerrero, pareciera que todo es infructuoso, lo cual no elimina la necesidad de continuar los esfuerzos.

El planteamiento de la Secretaría de Seguridad Pública Federal realizado en 2012 cobra vigencia. Dijo entonces que las distintas manifestaciones de la violencia que se presentan en la sociedad actual, ponen en evidencia la necesidad de identificar y enfrentar de manera integral, sostenible y estratégica, los factores que lesionan al tejido social.

Como ejemplo menciona el aumento, tanto cuantitativo como cualitativo, de los delitos de alto impacto, denominados así por la manera en que se ha usado la violencia de manera extrema para conseguir fines muy específicos, en su mayoría para obtener beneficios monetarios como en el caso del secuestro. Resulta importante mencionar que existen otros delitos cuya motivación está dentro del terreno de lo subjetivo, como puede ser la venganza o la generación de un clima de inseguridad, como ha sucedido con los homicidios dolosos relacionados con el narcotráfico.

Sobre el homicidio doloso, lo consideran un caso paradigmático porque pone en evidencia la capacidad destructiva del ser humano, "ya que este delito en particular está sustentado en la intención premeditada del perpetrador para causar la muerte de la víctima, por tanto, es considerado uno de los delitos más graves por lo que está contemplado en todas las legislaciones ya que la vida es el bien tutelado de mayor jerarquía".

Y aunque aceptan que si bien el homicidio ha existido desde la consolidación del ser humano en sociedad, "hoy en día se pueden observar formas cada vez más cruentas y tecnificadas para llevar a cabo estos delitos, además de que, como ya se mencionó, las motivaciones son diferentes".

También reflexionan en que dados los estragos y consecuencias que este delito tiene en numerosos ámbitos sociales, es fundamental tomar medidas de acción encaminadas a disminuir su incidencia. Una buena estrategia para lograrlo es la implementación de medidas preventivas.

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