En las empresas u organizaciones se pueden presentar muchas formas de violencia o acoso, a estas prácticas se les denominan mobbing, y entre el 7 y 8 por ciento de los mexicanos han sido víctimas de ellas, según el investigador de la UdeG, Manuel Pando.
El investigador de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Manuel Pando Moreno, manifestó que entre 7% y 8% de los trabajadores mexicanos han sido víctimas de mobbing o acoso laboral.
En entrevista con Notimex, el director del Instituto de Investigación en Salud Ocupacional del Centro Universitario y Ciencias de la Salud (CUCS) de la Universidad de Guadalajara (UdeG) agregó que mobbing o acoso laboral “es una forma específica de violencia psicológica que ocurre normalmente en las áreas de trabajo o en las empresas u organizaciones”.
Mencionó que en las empresas u organizaciones pueden haber muchas formas de violencia, “por fortuna la violencia física en las organizaciones prácticamente no existe, pero la violencia psicológica sí”.
Enfatizó que la violencia psicológica consiste en el maltrato, la ofensa, en el chisme, amenazas, burlas, en el demérito de una persona, etcétera.
Comentó que los estudios que “hemos hecho indican que existe una gran cantidad de violencia psicológica de manera generalizada en los trabajadores”.
“Es decir, es común que se recurra a la amenaza: si no trabajas más te voy a correr, hay mucha gente afuera que quiere tu puesto de trabajo'; o a los insultos y a las humillaciones para pretender que así trabaje más, que sea más obediente o más sumiso, todo esto se conoce como violencia psicológica genérica”, apuntó.
Aclaró que en algunas ocasiones la violencia psicológica es contra una persona en especial y ya no con la intención de que trabaje más o para que sea más obediente, “sino con el fin de hacerlo sentir mal, de denigrarlo y de deteriorarlo psicológicamente, con la intención de que renuncie y se vaya de la empresa sin ninguna indemnización”.
“Cuando la violencia psicológica se dirige contra alguien en especial con la intención de generar un daño, maltrato y echarlo de la organización a través de su renuncia, es cuando hablamos específicamente de mobbing o acoso laboral”, precisó.
Resaltó que en sus estudios “tenemos que la violencia genérica se da prácticamente en 80 por ciento en los trabajadores mexicanos, en algún momento de su trabajo han recibido alguna forma de violencia, y de este porcentaje, menos de 12 por ciento han recibido violencia psicológica constante en su lugar de trabajo”.
Subrayó que de ese porcentaje, alrededor de 7 a 8 por ciento de los trabajadores mexicanos se clasifican como víctimas de mobbing.
“Es decir, 8 por ciento de los trabajadores que hemos analizado sí sufren la violencia psicológica de manera sistemática con la intención de hacerlos sentir mal, de maltratarlos hasta cierto punto para que renuncien”.
Detalló que este estudio se hizo en varios estados de la República Mexicana con diferentes profesiones, “pero fue hecho en trabajadores que están en la economía formal, nuestra investigación no incluye la economía informal y tampoco en trabajadores autónomos”.
Señaló que se da en las diferentes tipos de empresas, “no hubo gran diferencia, hay poco más violencia y mobbing en organizaciones que son de servicios, ya sea en organizaciones públicas o empresas privadas, que son de servicios al público, pueden ser de restaurantes hasta clínicas o escuelas, es donde se presenta un poco más, aunque la diferencia no es mucha”.
“Donde sí nos dimos cuenta que la violencia era más generosa era cuando independiente del tipo de empresa, la compañía manejaba muchos contratos de tipo temporal, aquellos que son por pequeños tiempos, por pequeños horarios, cuando se manejan este tipo de cosas sí veíamos que la violencia psicológica se incrementaba”, estableció.
Indicó que ante este problema el trabajador puede recurrir ante la propia empresa para informar lo que pasa, “si es acosado u hostigado por otro trabajador, ya sea compañero o superior, debe hacer un reporte dentro de la misma empresa en las áreas de recursos humanos”.
“Si esto no es bien tomado por la empresa o es ignorado, el trabajador debe recurrir a su apoyo sindical, o ir por el lado de la demanda legal”, puntualizó.
Afirmó que en México “existe una reforma desde el año pasado, que obliga a todas las empresas a hacer evaluaciones de factores psicosociales de riesgo laboral”.
“Obviamente la violencia es un factor psicosocial de riesgo laboral, entonces las empresas deberían tener ya estudios de este tipo, si no lo hacen infringen el reglamento”, sostuvo.
Expresó que la afectación en la salud física o psicológica de la víctima de acoso laboral varía “porque depende de la estructura de la personalidad, del nivel de autoestima, de qué tanto tenga redes de apoyo el trabajador”.
Precisó que en casos leves el trabajador falta a la oficina, “pierde confianza en sus habilidades laborales, disipa su satisfacción por trabajar, y aun cuando se cambia de empresa él siente que sus habilidades laborales no son como las tenía al principio”.
Resaltó que, en casos más graves, “el trabajador presenta trastornos de ansiedad patológicos o depresiones, padece desde gastritis, colitis, hasta problemas de tipo psicosomático”.
Comentó que en algunos casos “hemos tenido reportes en España y en Colombia de suicidios por el acoso psicológico, en estos casos, después de la demanda legal, los suicidios han sido clasificados como riesgo de trabajo”.
Aclaró que las empresas se pueden ahorrar todos estos problemas, “deberían establecer lo que se conoce como un protocolo de actuación para estos casos”.
“Deben tener un sistema de procedimiento para una persona que sufre de acoso laboral, para que pueda presentar la queja, tener el área que se va a encargar de recibirla, tratar de hacer una mediación para que el problema desaparezca, ver que arreglos se pueden hacer, y si es necesario sancionar al hostigador”, dijo.
Explicó que todo debe estar por escrito para que cuando se presente un caso de estos se resuelva dentro de la misma empresa y de manera rápida, “para que ni el daño al trabajador crezca mucho ni la empresa tenga que enfrentar las demandas legales”.
“Es aconsejable la instalación de un centro, que puede ser el área de recursos humanos o de salud, donde se reciban reportes sobre violencia psicológica, además de contar con un protocolo que especifique las acciones a tomar, cómo se va a comprobar la violencia, las sanciones al agresor, las ayudas a la víctima”, consideró.
Recomendó realizar pequeños cuestionarios de manera periódica para detectar cómo están los niveles de manejo de violencia psicológica en la empresa, “hacer evaluaciones y tomar algunas medidas para reducir el acoso laboral cada vez más hasta que la violencia sea cero”.
Dijo que lo anterior es muy económico para la empresa, “sólo es el gasto de las copias de las encuestas y de hacer una sesión con los involucrados, con recursos humanos, el área de salud, etcétera, para escribir un protocolo de actuación para los casos de mobbing, con medidas sencillas para eliminar el acoso laboral y resolver muchos problemas más serios”.
Agregó que estos casos de acoso laboral se dan por igual en hombre o mujeres, “tanto en las víctimas de acoso como en los acosadores, no hay diferencia ni en la cuestión de edad ni en la antigüedad en la empresa, ya que le ocurre igual a una persona que apenas entró que a una que tiene 20 años en la empresa, por ejemplo”.
Añadió que donde encontraron diferencia importante de casos de acoso laboral “fue en el estilo de contratos temporales”.
“Es importante que las empresas se den cuenta que el mobbing es un problema que está ahí, que tiene que ser abordado, es un proceso sencillo y económico
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