Lic. en Psicología: Cecilia Campos Martínez.
¿Alguna vez has necesitado que otra persona te escuche o te atienda?
Gran parte de la deficiencia que se presenta en las relaciones sociales de los mexicanos, tiene que ver con la falta de EMPATIA con las demás personas, ¿pero a qué se refiere este término?
Las personas con empatía son aquellas capaces de escuchar a los demás y entender sus problemas y motivaciones; por eso, poseen normalmente alto reconocimiento social y popularidad, ya que se anticipan a las necesidades de los otros, antes incluso de que sus compañeros sean conscientes de ellas, y saben identificar y aprovechar las oportunidades comunicativas que les ofrecen otras personas.
Se ha comprobado científicamente que realizar terapias con algunos animales como el del delfín u otros animales domésticos, a través del desarrollo de sensibilización por el otro, ha permitido un mayor avance para menores con autismo, para que el menor se estimule de tal manera que pueda tener mayor consciencia de su entorno o de las personas que lo rodean. Por medio de un perro, un gato o una tortuga, se puede realizar el juego del “cuidado” de alguien más desde una edad muy temprana permitiendo desarrollar la empatía o en interés hacia los demás.
En el uso común, la EMPATIA es la actitud de estar completamente disponible para otra persona, omitiendo expresar nuestras propias preocupaciones, sentimientos y pensamientos, para ofrecerle nuestra plena atención.
Se trata de ofrecer una relación de calidad, fundada en un escuchar no valorativo, en el cual concentramos la comprensión de los sentimientos y necesidades fundamentales del otro. Tomando en cuenta lo anterior, muchas personas emocionalmente se sienten “abandonadas” por la falta de consideración de otra persona, por ejemplo una esposa que siente el abandono de un esposo que no llega temprano al hogar un viernes por la noche o que al llegar no le presta atención en absoluto porque llega cansado y con sus propios problemas a cuestas, o una madre, cuando sus hijos no ayudan en las labores domésticas o simplemente cuando a alguien le pedimos que nos escuche algún problema cotidiano y simplemente comienza a hablar de sus problemas o se voltea al otro lado, pareciendo que nos hace caso, pero su mirada parece perdida, mientras que uno pide a gritos solo un poco de entendimiento.
En mi experiencia profesional, algunos de los adolescentes (cuya edad oscila entre los 14 a 19 años), se encuentran en “crisis” por la falta de entendimiento por parte de sus padres, en donde ambos quieren que el adolescente se comporte de la manera que ellos desean mientras que él necesita que se pongan en su lugar. En esta relación se presentan deficiencias porque los padres en vez de ser empáticos, (puesto que ya pasaron por esta etapa), desean tener la razón sin escuchar a su hijo. Otro ejemplo es en el caso de las parejas, cuando uno de ellos desea que la otra persona lo comprenda y cambie o actúe como ella o él lo necesitan y no se cumplen estas expectativas.
Existen personas contrarias a los empáticos, como es el caso de los alexitimicos (personas incapaces de expresar los propios sentimientos y de percibir adecuadamente los de terceros) y los elementos antisociales o psicópatas, quienes guardan poca o ninguna consideración por los sentimientos ajenos y, en muchos casos, suelen manipularlos en su propio beneficio.
México es uno de los países en los que se presenta deficiencia en la empatía y es por ello que existe un alto grado de delincuencia, violencia familiar, divorcios, problemas de aprendizaje, “niños de la calle”, “bullying”, etc.
Por lo tanto, te presento las siguientes sugerencias para mejorar la relación con el otro y de esta forma desarrollar en nosotros la empatía:
1. Evita hacer lo que no te gusta que te hagan.
2. Desarrolla el interés por el otro.
3. Fomenta el valor del respeto en tu hogar.
4. Cuando tengamos que dar nuestra opinión sobre lo que nos están contando, es muy importante hacerlo de forma constructiva, ser sinceros y procurar no herir con nuestros comentarios.
5. Trabaja en psicología en tus “fantasmas emocionales”.
6. No interrumpir mientras te están hablando.
7. Aprende a descubrir, reconocer y recompensar las cualidades y logros de los demás.
8. Estimula la tolerancia y la paciencia.
Si los llevas a cabo, harás de la EMPATIA la capacidad de entender los pensamientos y emociones ajenas, de ponerse en el lugar de los demás, captar los mensajes verbales y no verbales, y compartir sus sentimientos. Todo ello se te retribuirá de manera agradable. ¡Inténtalo!
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