“Naturalmente a los políticos les gusta fingir que la verdad es lo contrario… ” Trollope, Anthony.
En la actualidad lograr entender que es la política resulta ser una tarea difícil. Encontramos dos principales ideas entorno a este concepto, que Andrew Dunsire en su artículo “Los niveles de la Política” exponen.
Por lo general la política se entiende como en modo en el que se arregla los grandes asuntos del estado, el modo en que una nación resuelve sus referencias y hace sus elecciones, atreves de procesos de debate y discusión.
Por lo general los miembros de las cámaras “políticos” son tratados con signos formales de respeto, como se tratan a clérigos o militares de alto rango.
Por otra parte, la experiencia común nos informa, en pláticas sociales, en el transporte público, en las escuelas o en nuestros propios hogares, que al contrario de todo eso, a menudo se tiene poco estima a los políticos. La política es un juego sucio un asunto de disputas y abusos constantes de la otra parte. La política es despreciable, trivial efímera y ridícula.
Ambas concepciones de la política expuestas ya, son totalmente verdaderas y por lo tanto aceptadas. Empero “la política” es a la vez importante y trivial, y “los políticos” son tanto dignos de respeto como merecedores de desdén.
Una de las actividades realizadas por los políticos que los hace acreedores de respeto y a la vez son desacreditados, es la Retórica la cual para Aristóteles es, “La facultad de descubrir los medios posibles de persuasión respecto a cualquier tema absolutamente”
Para poder entender entre cada una de estas paradojas que Dunsire explica en su artículo, es necesario distinguir entre dos niveles de apreciación de la actividad de la política y de los políticos.
Debemos de entender que cada una de estas definiciones son correctas y verdaderas, y que dependiendo el contexto los individuos adoptaran alguna de ellas.
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