Aunque no es un diagnóstico médico aceptado, se trata de un término que se aplica a un grupo de síntomas no específicos que intervienen en la energía de la vida cotidiana. Cuáles son las causas y cómo tratarla
Cuando nos sentimos bajo presión, el sistema nervioso
instruye al cuerpo a secretar las hormonas del estrés, adrenalina,
noradrenalina y cortisol. Éstas producen cambios fisiológicos que nos
preparan para enfrentar el peligro: es la respuesta del estrés ante cualquier
demanda sobre el cuerpo. El estrés puede ser positivo, porque nos permite
estar alertas, motivados y concentrados con lo que tenemos enfrente. Pero
cuando experimentamos estrés muy seguido, o por mucho tiempo, entonces aparecen
los problemas.
El estrés cansa. La adrenalina, noradrenalina y
cortisol son producidas por las glándulas
suprarrenales, dos pequeñas glándulas que se ubican arriba de los riñones.
“Me gusta compararlas con una zapatilla en la que se enchufan los órganos para
recargar energía, como hacemos con los electrodomésticos del hogar. Si las
suprarrenales no están respondiendo bien, los órganos no tienen suficiente
batería para funcionar como deberían”, dice según un artículo publicado
en The Gelatina, Alejandro Junger, un médico uruguayo radicado
en Los Angeles, creador del método detox Clean.
Por los consultorios médicos desfilan los pacientes
cansados. Los profesionales que los atienden les hacen un examen clínico,
revisan su historia y les piden una batería de estudios. A veces, para no
encontrar nada. Porque el cansancio es uno de los trastornos más difíciles
de diagnosticar. “La fatiga es un síntoma, no una enfermedad”, dice
el doctor Anthony L. Komaroff en su libro Boosting your energy. Y
añade: “Cada persona la siente de manera diferente”. El sueño, el bajo
rendimiento físico, la irritabilidad y la dispersión pueden estar
indicando anemia, hipotiroidismo, insuficiencia cardíaca, o pueden ser la
manifestación de un problema de insomnio, un efecto colateral de ciertas
medicaciones o incluso puede relacionarse con ansiedad o depresión.
“Puede ser frustrante para los médicos y los pacientes
cuando un diagnóstico claro sigue siendo difícil de alcanzar. Una teoría
atractiva, llamada fatiga suprarrenal, relaciona la exposición al estrés con el
agotamiento suprarrenal como posible causa de esta falta de energía. Las
glándulas suprarrenales son dos pequeñas glándulas que se asientan sobre los
riñones y producen varias hormonas, entre ellas, el cortisol. Cuando estamos
bajo estrés, producimos y liberamos breves ráfagas de cortisol en el torrente
sanguíneo. La teoría de la fatiga suprarrenal sugiere que la exposición
prolongada al estrés podría drenar las glándulas suprarrenales y conducir a un
estado bajo de cortisol. El agotamiento suprarrenal causaría niebla
mental, poca energía, estado de ánimo depresivo, antojos de sal y dulces,
mareos y otros síntomas vagos”, explica en un articulo publicado en la revista Harvard
Health Publishing, el doctor Marcelo Campos, médico de atención
primaria.
Numerosos sitios web mencionan cómo diagnosticar y
tratar la fatiga suprarrenal. Sin embargo, la Sociedad de
Endocrinología y todas las demás especialidades médicas no reconocen esta
condición. Y los endocrinólogos son categóricos: “No existe ninguna
prueba científica que respalde la fatiga suprarrenal como una verdadera
condición médica”. Esta desconexión entre la medicina convencional y la
complementaria se suma a la frustración.
Una revisión reciente de
58 estudios concluyó que no existe una base científica para asociar el
deterioro suprarrenal como causa de la fatiga. Los autores informan que
los estudios tenían algunas limitaciones. “La investigación incluida utilizó
muchos marcadores biológicos y cuestionarios diferentes para detectar
la fatiga suprarrenal. Por ejemplo, el cortisol salival es una de las pruebas
ordenadas más comunes que se utilizan para hacer un diagnóstico. El nivel de
cortisol, cuando se controló cuatro veces en un período de 24 horas, no fue
diferente entre pacientes fatigados y sanos en el 61,5 % de los estudios. La
revisión plantea preguntas sobre qué se debe analizar (sangre, orina
y/o saliva), el mejor momento, con qué frecuencia, qué rangos se
consideran normales y qué tan confiables son las pruebas, por nombrar algunas. En
resumen, no existe un criterio formal para definir y diagnosticar la
fatiga suprarrenal”, sostiene Campos.
Y asevera: “Navegar por este océano de incertidumbre no
es tarea fácil. Los síntomas asociados con la fatiga suprarrenal
probablemente tengan múltiples causas. Las visitas de seguimiento
frecuentes y una sólida asociación médico-paciente son elementos críticos para
el éxito. Los médicos alternativos y complementarios a menudo tienen mejores
resultados porque las citas tienden a durar más y ven a los pacientes a través
de una lente más holística. Una advertencia importante: algunos
profesionales médicos recetan análogos de cortisol para tratar la fatiga
suprarrenal. El reemplazo de cortisol puede ser peligroso incluso en
pequeñas dosis. Las consecuencias no deseadas pueden incluir osteoporosis,
diabetes, aumento de peso y enfermedades del corazón”.
”Una tarde soleada en Londres, en la primavera de
2011, creí -sin ánimo de sonar demasiado dramática- que me
moría. Acababa de servir el almuerzo en el jardín de casa. Ya me había
sentido mal mientras lo preparaba, pero no había podido identificar por
qué. Tenía la sensación de que me iba a desmayar y que no estaba pensando
claramente. No dije demasiado mientras comíamos. Había invitados queridos
y era una domingo cálido y hermoso, pero yo no estaba ahí. Me asusté. Me
paré para levantar la mesa y noté que mi mano derecha no estaba respondiendo
bien, y entonces vi todo borroso. Sentí una puntada en la cabeza y que no
podía hablar, y tampoco respirar. Pensé que estaba teniendo un ACV”, cuenta Gwyneth
Paltrow en su libro It’s all good.
“Decidí que tenía que hacer algo para ponerme bien
-continúa-. Y entonces fui a ver a mi amigo y doctor Alejandro Junger. Me
sacó sangre para hacerme varios estudios y, cuando me llamó un par de días
después, sonaba sorprendido. Estaba muy anémica, tenía deficiencia de
vitamina D, el hígado muy congestionado, mis niveles de estrés altísimos (algo
con las suprarrenales), inflamación y las hormonas totalmente desbalanceadas.”
Junger le diagnosticó fatiga suprarrenal, un
trastorno que él mismo había padecido. “Las suprarrenales son dos pequeñas
glándulas que se apoyan en los riñones, pero su función en el cuerpo dista
mucho de ser pequeña. Son famosas por ser las responsables de crear las
condiciones internas para activar la respuesta del cuerpo a una amenaza, un
mecanismo biológico elemental para la supervivencia. En condiciones normales,
este mecanismo se activa de vez en cuando. Entre los momentos de peligro, hay
tiempo para recuperarse y funcionar normalmente después. Pero la vida
moderna no tiene nada que ver con lo que pensó la naturaleza. Reaccionamos
a amenazas pequeñas o grandes varias veces por día, semana tras semana, mes
tras mes, año tras año. Cualquier cosa que la mente perciba como una
amenaza puede disparar la producción de adrenalina. En este constante
estado de estrés, las glándulas suprarrenales están permanentemente liberando
cortisol”, cuenta en su libro The Clean Plate la actriz y cantante
estadounidense.
A partir de este encuentro, Junger y Paltrow se
asociaron para crear un tratamiento contra la fatiga suprarrenal. Why Am I
So Effing Tired (“Por qué estoy tan malditamente cansado”) es una
mezcla de fitonutrientes derivados de plantas que activan la comunicación
celular. El paquete de comprimidos incluye grasas buenas, hierbas
ayurvédicas que ayudan al cuerpo a lidiar con el estrés y plantas que estimulan
las suprarrenales. El paquete con el tratamiento de 1 mes cuesta USD 72 y se
comercializa en Goop, la empresa de bienestar y estilo de vida
fundada por Paltrow.
Consultado sobre otras formas de cuidar las
suprarrenales, Junger explica: “El descanso y una buena
nutrición son los pilares de la salud de las suprarrenales, y el
primer paso es evitar todas aquellas comidas que son estresantes para el
cuerpo, específicamente aquellas a las que sos alérgico o intolerante. Elegir
comidas con alta carga de minerales, superalimentos como maca, lúcuma y açaí, y
hacerse smoothies con proteínas vegetales. Para el bajón de las
4 pm, mejor resistir el impulso de ir por un café (que activa el estado de
alerta) y optar por un té o una bebida fermentada, como kombucha. Si podés dormir
una siesta, aunque sea de 20 minutos, mucho mejor. Los masajes y la
acupuntura pueden ayudar a recargar las suprarrenales. Y la meditación también”.
Cuando nos sentimos bajo presión, el sistema nervioso le
indica a nuestro cuerpo que libere hormonas del estrés, como adrenalina,
noradrenalina y cortisol. Estos producen cambios fisiológicos para ayudarnos a
hacer frente a la amenaza o el peligro que vemos sobre nosotros. Esto se llama
la "respuesta de estrés" o la respuesta de "lucha o huida"
(Getty Images)
En diálogo con The Gelatina, el especialista en
medicina funcional, Diego Rutenberg, radicado en Miami, sostuvo:
“Durante casi quince años se habló de disfunción suprarrenal para hacer
referencia al supuesto agotamiento de cortisol de estas glándulas. Solía
hacerse una prueba de saliva, lo que no es representativo porque en saliva sólo
se puede medir el 1% del cortisol que produce el cuerpo. Actualmente hacemos
estudios de 24 horas de orina y saliva para medir el 100% del cortisol
producido y analizar más exactamente el funcionamiento de las glándulas
suprarrenales”.
“La fatiga suprarrenal puede existir, pero este
diagnóstico limita la respuesta del cuerpo al funcionamiento de estas
glándulas. Hoy en medicina funcional se habla de HPA-D, que hace
referencia al eje hipotálamo-pituitarias-suprarrenales, a la disfunción
endócrina general. En mi práctica en el consultorio, la mayoría de los
casos que llegan por una consulta de esta índole presentan problemas de
conversión hormonal general. No se trata de observar únicamente los valores de
cortisol sino también de cortisona, DHEA, melatonina, etc. Puede haber otros
trastornos”, añadió Rutenberg.
Según la Clínica Mayo, “si bien es frustrante
tener síntomas persistentes que tu médico no puede explicar fácilmente, aceptar un
diagnóstico que no se reconoce del punto de vista médico, de un practicante que
no está calificado, puede hacer que la causa verdadera -como depresión o
fibromialgia- no se diagnostique, mientras continúa el impacto
negativo”.
Entonces, ¿qué debe hacer una persona que siente que tiene
síntomas asociados con la fatiga suprarrenal? Para Campos, “independientemente
de cómo lo llamemos, hay millones de personas que padecen síntomas similares,
y un plan personalizado que involucre consejería, medicamentos,
suplementos, cambio de estilo de vida, entre otros, podría funcionar para
muchos. La mejora después de estos programas es lenta y la evidencia es
débil, pero espero que los avances en big data, genómica y su relación con el
medio ambiente y el microbioma puedan arrojar luz sobre cómo ayudar mejor a las
personas que padecen estas dolencias”.
“La teoría de la fatiga suprarrenal puede encajar como
anillo al dedo para explicar tus síntomas, que son muy reales. Pero antes
de comprar costosos protocolos a través de Internet para tratar algo que ni
siquiera estamos seguros de que exista, sumérjase profundamente y vuelva a
examinar su estilo de vida. El camino para sentirse mejor puede estar más
cerca de lo que piensa”, concluyó el experto.
No hay comentarios :
Publicar un comentario