Si bien ha perdido fuerza política
con el tiempo, el PRI podría convertirse en un factor decisivo para el futuro
político del país.
Por Enrique Quintana
Pues, este partidito podría convertirse en un factor decisivo para
el futuro político del país.
Le explico.
Una de las dudas que se han expresado respecto a la permanencia del
llamado bloque opositor en la Cámara de Diputados es la actitud que
asumirá el PRI frente a diversas iniciativas de Morena.
El nombramiento de Rubén Moreira, un político cercano a los
morenistas, como coordinador de los legisladores priistas fue para algunos un
indicio de qué podría reaparecer el llamado PRIMOR, es decir la alianza entre
Morena y el partido tricolor. El pasado 9 de septiembre fue votada en la Cámara
de Diputados la nueva Ley Orgánica de la Armada de México, la cual obtuvo los
votos favorables de Morena y sus aliados pero también de un buen número
de legisladores del PRI, con lo que logró sumar 338 votos, que
por cierto, hubiera bastado para una reforma constitucional.
Puede pensarse que no se trataba de una iniciativa que vaya a cambiar
las perspectivas del país por lo que no implica que se deshaga el bloque
opositor.
Pero, de nueva cuenta volvieron a sonar las alarmas respecto a
la solidez de ese bloque.
Otro indicio se presentó el día de ayer cuando el gobernador de Sinaloa,
el priista Quirino Ordaz, fue propuesto por AMLO como futuro embajador en
España.
En las elecciones del próximo año no se ve ninguna posibilidad de qué el
PRI pueda obtener algún triunfo.
De las seis que se van a realizar, el PRI gobierna en dos, Hidalgo
y Oaxaca, y lo más probable es que las pierda frente a Morena.
En las otras cuatro gobierna el PAN o coaliciones que fueron encabezados
por este partido, se trata de Aguascalientes, Durango, Quintana Roo, y
Tamaulipas. Aunque se ve complicado el panorama para los panistas, es
probable que haya más competencia en esas entidades.
Si el PRI pierde sus dos estados el próximo año, quedaría solo
gobernando en 2023 solo dos entidades en la República, el Estado de
México y Cuahuila.
Precisamente esos dos estados habrán de renovar gobernador en el 2023.
A pesar de la presencia relevante en la Cámara de Diputados, el PRI se
estaría convirtiendo en un partido muy pequeño en cuanto a las gobernaturas que
tiene.
El debilitamiento del tricolor, paradójicamente, puede darle
fuerza.
Como le he comentado insistentemente en este espacio, la única
posibilidad de qué haya una competencia política efectiva en 2024, depende de
que haya una alianza opositora.
Si el PRI se convierte en otro de los partidos aliados del gobierno,
crecen las posibilidades de que Morena retenga la presidencia así como las
mayorías en el Congreso y el control de la mayoría de los estados.
En la perspectiva política de los próximos años, el PRI se estaría
convirtiendo en un auténtico “partido bisagra” es decir, aquel
que tiene la capacidad para inclinar la balanza hacia uno u otro lado, de
acuerdo con las alianzas que realice.
Tampoco es descartable que pueda darse una división del tricolor.
Hay algunos dirigentes y legisladores que pueden encontrar en las posiciones de
morena puntos de vista que no son muy distantes de los que alguna vez
sostuvieron los priistas.
Per también hay otros que ven a Morena claramente como adversario. Por
eso el riesgo de división.
Un indicio importante podría venir en las próximas semanas pues se
espera que en este periodo ordinario de sesiones del Congreso llegue la
propuesta de la reforma constitucional en materia eléctrica que
tratará de asegurar la preminencia de la Comisión Federal de Electricidad en el
curso de los siguientes años o incluso décadas.
Esta propuesta podría ser una prueba para observar el
comportamiento político de los priistas pues implicaría la primera
gran reversa de la reforma energética de Enrique Peña a nivel
constitucional.
En otros aspectos de la reforma energética se han tomado decisiones
administrativas o incluso algunos cambios legales que buscan hacerla retroceder
pero hasta ahora no ha existido ninguna modificación constitucional.
Habrá que ver si el PRI defiende la reforma que fue planteada por un
gobierno priista o bien apoya a Morena en su intento de regresar al esquema que
también fue establecido por gobiernos priistas del pasado.
De lo que se pueda derivar respecto al comportamiento político del PRI
las consecuencias para el futuro político del país podrían ser determinantes.
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