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viernes, 14 de agosto de 2020
El mundo del sexting se ha convertido para los adolescentes en una práctica que actúa como una droga
El sitio llamado Pornhub, catalogado como la página gratuita más grande de contenidos pornográficos por internet en todo el mundo, tuvo un crecimiento exponencial de visita a su sitio web a nivel global durante la temporada de confinamiento.
Así lo registra el estudio "El aumento del uso del material pornográfico en México durante la cuarentena de marzo a mayo de 2020 en el sitio web Pornhub y su afectación en la psique de los consumidores”, de Vitam, una revista de investigación en humanidades.
De acuerdo con los análisis propios de Pornhub, tan sólo en abril de este año, registró un incremento de 24.4% de visitas en comparación con el mismo mes, pero de 2019, situación que justifica debido a que durante la pandemia ofreció de manera gratuita su sección de miembros, que tiene un costo mensual de 222.34 pesos.
El país con mayor incremento en las visitas fue Italia, seguido de España.
Pornhub determinó que el pico de visitas de forma general se encuentra a las 3:00 de la mañana, situación que explica porque las personas, durante la cuarentena, no tenían a qué salir temprano de casa y los usuarios se disponían a dormir hasta más tarde.
Actua como una droga
La Real Academia de la Lengua define a la pornografía como: "Presentación abierta y cruda de sexo que busca producir excitación".
Este estudio sobre la pornografía señaló que diversos estudios han demostrado que la práctica de ésta actúa como una droga para el sistema nervioso, al exponer a sujetos a contenidos sexuales explícitos. Las zonas cerebrales que se activan son las mismas que en las de un consumidor de droga.
Alertan sobre el cuidado de datos y fotografías personales
También señala que, a largo plazo, provoca disfunciones sexuales, en especial en forma de incapacidad para conseguir erecciones o para alcanzar un orgasmo.
Como cualquier otra droga, con el paso del tiempo y del consumo continuo, se genera una tolerancia a los estímulos, lo que causa que el usuario necesite una dosis más grande de placer cada vez, sólo para conseguir el mismo efecto.
Un estudio de la BBC, en coordinación con el Instituto Max Planck de Berlín, arrojó que una alta exposición a materiales pornográficos resultan en síntomas depresivos, ya que los generadores de dopamina del cerebro se ven alterados.
El incremento en México
Durante el período de cuarentena, en México, el pico máximo de consumo de pornografía fue el 25 de marzo, con un 41.5% más que el año anterior. Aunque también es cierto que México fue uno de los países con menos consumo de tres países estudiados.
El estudio lo justifica por la cultura y las represiones que sigue habiendo en cuanto a la libertad sexual.
El consumo de pornografía en grandes cantidades, novedosas e impactantes repercuten en la salud sexual y mental de quien lo padece, a través de la necesidad de interiorizar las escenas que se ven para hacerlas propias y hacerlas realidad.
Esta condición lleva a adoptar conductas antisociales, agresivas, punitivas, coercitivas con las mujeres y en casos extremos a ser insensible al dolor y el sufrimiento de las víctimas de violación, detalla el estudio de Vitam.
El sexting, práctica común entre los jóvenes
Kevin contaba con tan solo 13 años cuando entró al mundo del sexting. No sabía que esos juegos con su novia estaban enmarcados dentro de un concepto tan usado, practicado y conocido.
El sexting se ha convertido en un fenómeno muy extendido entre los adolescentes, sobre todo en esta pandemia. Una práctica común que, de acuerdo con una especialista en psicoanálisis, no se debe prohibir, pero sí recomienda mucha precaución al hacerlo.
La historia de Kevin revela como muchos adolescentes viven atrapados en el sexting. Primero lo hacen sin saber si quiera saber su significado. Para unos y a través del tiempo, se convierte en un infierno, que ha llegado en algunos casos hasta el suicidio.
Kevin cursaba la secundaria cuando experimentó con su primer novia un intercambio de los llamados “paks”.
“A esa edad comenzamos de calenturientos, en mi caso y el de mi novia sin tener relaciones sexuales, comenzamos a hacernos el favor. Nos enviamos primero fotos en ropa interior y luego ya sin prendas”, refirió.
Si bien fue una experiencia placentera, relató, después la relación terminó y eso se volvió como algo normal hasta que cumplió los 16. En este periodo, conoció que su práctica habitual era conocida como sexting y eso le prendió las luces de alerta.
Aunque sus amigos comentaban de sus riesgos, un contacto en Facebook lo llevó a seguir un nuevo juego. Cuando descubrió que se trataba de una cuenta falsa y que en la escuela ya se hablaba de la presencia de fotos de personas desnudas, esto lo llevó a poner un alto a la práctica.
“Ahí en mi escuela existían hasta grupos de WhatsApp, donde circulaban fotos de compañeros y compañeras desnudas. Eso me puso a pensar mucho, pues la verdad había casos donde compañeros tenían a la novia de otros ahí y era muy desagradable”, añadió Kevin.
Fueron alrededor de 12 parejas con las cuales Kevin llevó a cabo la práctica del sexting, pero ese número era poco, pues en su salón de clases había compañeros que ya habían perdido la cuenta.
“Mira yo creo que del salón, sólo dos personas no lo practicaban y te estoy hablando de hombres y mujeres. La mayoría toma como algo normal esta práctica, yo de plano si la tuve que dejar por el miedo de que aparecieran mis fotos en algún grupo”, agregó.
Kevin ya tienen 18 años. Ahora, si alguna novia le sugiere practicar el sexting, le pide que es mejor no hacerlo. “Que nos cuesta esperarnos un ratito y hacerlo en vivo y a todo color”, destacó.
Ahora es más consciente del alto riesgo que tiene esa práctica, pues sus fotos pueden ser publicadas y usadas para otros fines. De hecho, conoce muchos casos donde lo que comienza como un juego termina en un infierno, pues si una de las dos partes ya no quiere mandar imágenes, se les amenaza de hacerlas públicas.
“Son muchas historias donde por venganza la novia o el novio se amenazan y en venganza hacen públicas las fotos y eso no está bien. Hay casos también donde gente mayor engancha a los adolescentes con cuentas falsas y se apodera de sus fotos”, recalcó.
Considera que prácticar sexting no es malo, siempre y cuando los jóvenes conozcan a la persona con quien se practica y a través de una aplicación segura. También recomienda un común acuerdo para que junto con la pareja sean conscientes de que esas fotos se deben de borrar después de.
También señala que no conoce sobre alguna denuncia que haya properado, a pesar de que en la entidad mexiquense la transmisión de imágenes, videos o textos de contenido sexual o erótico sin consentimiento de las personas, está penalizado hasta con 14 años de prisión.
“Recuerdo que hace poco tiempo hubo un boom de tendederos de denuncias sobre acoso a compañeras y compañeros. En mi secundaria hubo varias, pero no pasó nada, nunca hubo castigos y la ley fue letra muerta”, indicó.
Anna Ivette Ambrosio, especialista en psicoanálisis y psicóloga del Hospital Psiquiátrico “José Sayago Tepexpan", de Acolman, asegura que este fenómeno ha crecido y se ha visto reforzado por el uso de la tecnología y de fácil acceso, donde los adolescentes se colocan en un lugar muy vulnerable.
Explicó que esta práctica no es propia de los jóvenes, también de personas adultas toda vez que a raíz del confinamiento, más personas lo llevaron a la práctica.
“Esta práctica realmente es un vínculo de objetos, no de personas, pues además todo se hace a través de un teléfono celular y mediante imágenes. Vaya, todo es virtual”, declaró.
Refirió que hasta hace unos años, la intención de conquistar a alguien se hacía con flores o una cena, es decir, había atención por la persona. Y en el sexting no, enfatizó, ahí es mandar una foto para ser el deseo del otro, sólo para despertar el placer, en pocas palabras, se cae en un hedonismo.
En la práctica de sexting entre adolescentes, estableció Anna Ivette Ambrosio, muestra una falla en las figuras parentales, es decir, no hay los vínculos necesarios entre padres e hijos, y eso provoca que busquen este tipo de prácticas.
Admitió que en el campo del psicoanálisis no se puede emitir un juicio de valor sobre si es malo o es bueno, sin embargo, advirtió que los adolescentes con estas prácticas se vuelven más vulnerables y la circulación masiva de imágenes puede llevar al joven a un suicidio.
“Es un fenómeno actual y no se le puede decir que no se haga, pues lo que más se prohíbe es lo que más se hace, pero sí se deben aplicar las medidas para llevarlo a cabo. Es un juego que no se debe hacer con cualquiera, y si los adolescentes lo hacen, tienen que hacerlo con mucha precaución”, finalizó la especialista.
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