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viernes, 10 de enero de 2020

García Luna, protegido del Tío Sam





Sí, el nombre de Genaro García Luna se mencionó algunas veces durante el juicio contra El
Chapo Guzmán, pero sería muy ingenuo pensar que únicamente por ello el otrora hombre del
poder en el sexenio de Felipe Calderón está tras las rejas a la espera de un acuerdo que lo
mande un rato a la sombra de una prisión o de un juicio que le condene a una vida casi sin
contacto humano, que lo convierta en un autómata que solo duerma, despierte coma y
defeque por el resto de su existencia.

García Luna fue, para muchos, incluso más poderoso que el propio Felipe Calderón durante
su mandato, pero si bien fue una pieza clave en la cuestionada estrategia del expresidente, él
ni la diseñó ni tampoco la ejecutó en su totalidad.

Cuentan que en algunas reuniones de alto nivel en materia de seguridad había, realmente,
dos encuentros: el primero con García Luna presente y otro sin él, pues la desconanza de
instituciones como la Marina Armada de México en el personaje era, en muchos casos, más
que evidente.

El personaje fue un hombre oscuro durante toda su carrera pública, aún quedan pendientes
los múltiples negocios de los que pudo salir extremadamente beneciado con empresas de
seguridad privada que prestaban servicios o vendían sosticados productos de inteligencia
a la administración, la posibilidad de que el exsecretario pactó con el Cártel de Sinaloa o con
otros grupos criminales es un vox populi muy viejo, de ahí que las acusaciones realmente no
sorprenden tanto.


Corrupto, muy probablemente. Frío, seguro. Criminal, casi en denitiva, pero a García Luna no
se le puede endilgar el sambenito de estúpido, es un hombre de suma inteligencia que usó
para escalar hasta el nivel más alto de poder y desde ahí crear una red de contactos que le
podían garantizar impunidad y una vida de lujo… ¿entonces, qué pasó?

En denitiva, alguien lo traicionó, alguno de los acuerdos feneció y hoy la jugada de réplica
está en su lado de la mesa, ¿a quién traicionará García Luna?

En México, como bien apuntaba en estas páginas Salvador García Soto, hay mucha gente
temblando y en los Estados Unidos también.

Pensar que los gringos han sido impolutos en lo que respecta a la maa es no conocer a los
gringos.

Quizá, las notas en la sinfonía que entonará don Genaro terminen por salpicar mucho más a
los norteamericanos que se beneciaron con aquella amistad y sociedad que a los propios
mexicanos.

Lo peor de todo es que poco sabremos a cabalidad, García Luna es un asunto del Tío Sam,
nosotros no estamos invitados.

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