Prometía ser un periodo de sesiones de más reformas para mejorar las condiciones del mercado laboral, al menos así lo advirtieron los presidentes de las comisiones del Trabajo de la Cámara de Diputados, Manuel Baldenebro (PES), y del Senado de la República, Napoleón Gómez Urrutia (Morena); sin embargo, el Congreso de la Unión cerró sus actividades y en la congeladora quedaron los proyectos y las buenas intenciones.
Los diputados y senadores aprobaron en el primer periodo de sesiones del segundo año de la LIV legislatura sólo dos proyectos en materia laboral, el primero, al que estaban obligados por ley, fue el marco legal del Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral (CFCRL), primera pieza del nuevo modelo de justicia laboral, y el Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo, que reconoce los derechos de las empleadas del hogar.
Para mejores tiempos quedaron proyectos como la reglamentación del home office, el aumento de las licencias de maternidad y de paternidad, nuevas fórmulas para calcular los salarios caídos y reformas para regular el outsourcing, temas que pese a que tenían un dictamen listo, no lograron el consenso necesario para llegar al pleno de ambas cámaras.
En suma, en la congeladora legislativa de ambas cámaras del Congreso hay 157 iniciativas y cinco minutas pendientes de discutir sobre temas laborales, algunas sin analizar desde septiembre del año pasado. Una tercera de los pendientes tiene que ver con derechos laborales y reglas más claras para las relaciones entre patrones y empleados.
Reforma laboral, primer pendiente
La reforma laboral sigue siendo el gran pendiente en el Legislativo. Ya sea en su faceta de implementación de lo ya aprobado o en su vertiente de la subcontratación.
En el periodo de sesiones recién concluido, los diputados avanzaron en lo primero, al aprobar Ley Orgánica del CFCRL. Pero se quedaron un paso atrás respecto al Senado, pues el dictamen para una nueva regulación del outsourcing ni siquiera fue aprobado en comisiones.
Para Manuel Baldenebro, presidente de la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados, lo más importante que falta por resolverse es poner a funcionar la reforma laboral.
“Ya está en papel, pero muchos sindicatos nomás no se percatan de que hay nuevas reglas. Quieren seguir haciendo lo mismo: violentando los derechos de los trabajadores”. Terminar con esas inercias “es uno de los grandes retos”.
Es necesario, señala, “que el trabajador realmente sienta que la ley lo protege. Porque en las juntas de conciliación sigue el huachicoleo”. El legislador asegura que los grandes sindicatos continúan “oprimiendo a los trabajadores que piensan diferente” sin que la justicia esté de su lado.
Outsourcing, proyecto incómodo
El siguiente asunto que deben resolver, según el orden de prioridad del legislador, es terminar la discusión del outsourcing. Y este tema quien lo está dificultando es la Iniciativa Privada, considera. “Con la gran mayoría de los sindicatos avanzamos en el cabildeo, no los veo siendo oposición”.
En algunos detalles, los organismos gremiales estarán en desacuerdo, “pero no es una oposición fuerte. Al final saben que tienen que acatar las reglas en torno a la subcontratación”, expone.
La Iniciativa Privada es quien se ha opuesto a varias de las propuestas hechas en el Congreso. En ambos órganos se decidió llamar a un Parlamento Abierto para ese tema en específico en el inicio del 2020.
Legislación desdibujada
La senadora Patricia Mercado, de Movimiento Ciudadano (MC), y secretaria de la Comisión de Trabajo de la Cámara Alta, considera que la realidad laboral ha rebasado a la legislación mexicana, ya que las nuevas modalidades de empleo han desdibujado las relaciones laborales y hay un panorama con más trabajadores sin prestaciones.
Ante este contexto, además de las reformas del outsourcing, en la agenda legislativa entrará la regulación del trabajo en plataformas digitales y ajustes a los sistemas de pensiones.
“Todo lo que implica las nuevas tecnologías y el trabajo por aplicaciones, en el que a los trabajadores se les llama trabajadores colaborativos o socios, son categorías que están muy lejos de ser la realidad. Aquí, el único perdedor son los chambeadores, pierden en la calle, pierden en la vida, no tienen ninguna otra prestación, pagan impuestos; sin embargo, no tienen derechos. Es parte de la agenda que tendremos permanentemente”, detalló la senadora.
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