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domingo, 1 de diciembre de 2019

La 4T legislativa cambió 22% de la Constitución; la revocación de mandato

Confirman coordinadores de Morena que se modificaron 29 de los 136 artículos de la Carta Magna




CIUDAD DE MÉXICO.

En su primer año de gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador, con el apoyo de la bancada de Morena y partidos afines, logró modificar cerca de un cuarto de los artículos de la Constitución mexicana.

Apenas dos días antes de que el actual gobierno cumpliera un año, se aprobó la más reciente modificación constitucional: la revocación de mandato, para la que fueron modificados ocho artículos constitucionales: 35, 36, 41, 73, 81, 83, 99, 116 y 122.

De acuerdo con la Cámara de Diputados, a lo largo de 2019 se emitieron 11 decretos de reformas a la Constitución para establecer, entre otros temas, el castigo con mayor severidad a delitos considerados como graves, evitar la condonación de impuestos y prácticamente todos los aspectos de la vida del país.

Según Ricardo Monreal, líder de los senadores de Morena, tras un año y dos meses de trabajo legislativo se modificaron 29 de los 136 artículos de la Constitución, es decir, 22% de la Carta Magna.

La mayoría de los temas planteados por el Ejecutivo fueron aprobados en el Congreso, aprovechando la mayoría que tienen los partidos afines al gobierno, confirmó Monreal Ávila.

Las modificaciones a la Constitución abarcaron temas como la revocación de mandato, la posibilidad de los ciudadanos de convocar a una consulta popular, la ley de austeridad republicana, el combate a la corrupción, elevar a nivel de delito grave el huachicoleo, agravar la comisión de delitos electorales y los casos de corrupción.

A la batería de temas tratados en el año legislativo, se agrega la prohibición constitucional de condonación de impuestos a grandes contribuyentes, la derogación del Seguro Popular y la creación del nuevo Instituto de Salud para el Bienestar; se avanzó en la obligación de transparencia en la administración pública y se redujeron las remuneraciones de servidores públicos para que ninguno de ellos gane más que el Presidente de la República.

De acuerdo con el diputado federal Mario Delgado, se cumplieron todos los compromisos establecidos por López Obrador durante su campaña presidencial.

Al menos una vez por mes, los diputados federales y senadores eran citados en el Salón Tesorería del Palacio Nacional para escuchar al Presidente de la República.

En estos encuentros, el mandatario exigía reforzar la negociación con otros partidos para tratar de lograr consenso en las discusiones sobre los temas propuestos por él o por sus correligionarios.

El Ejecutivo señaló que uno de los motores necesarios para echar a andar su administración eran las reformas legales; una vez logradas, pidió un año para que comenzara la recuperación económica y dar el sello personal a su gobierno.


CONFIANZA, BASE DEL EQUIPO PRESIDENCIAL


El sello del primer año de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido formar equipo basado en la confianza y en personajes que lo han acompañado y apoyado a lo largo de su carrera política, desde sus inicios, en su natal Tabasco, hasta llegar a la Presidencia de México.

Los momentos clave en la vida política de López Obrador, que le han servido para forjar la confianza con su equipo, son la Jefatura de Gobierno del entonces Distrito Federal, el plantón sobre avenida Reforma, su lucha contra las reformas estructurales de Enrique Peña Nieto, la construcción de su partido político (Morena) y las tres campañas presidenciales que lideró hasta llegar a Palacio Nacional.

“¿Y saben qué es lo que más me importa, más que la experiencia? La honestidad. Porque hay quienes tienen mucha experiencia, están graduados hasta en universidades del extranjero, tienen hasta doctorados, pero son deshonestos, y a nosotros lo que más nos importa de todo es la honestidad”, respondió el Presidente ante los cuestionamientos por la inexperiencia de Ángel Carrizales López, quien fue bateado en cinco ocasiones por senadores para cubrir cargos en materia energética, pero ahora dirige la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA).

López Obrador conoció el trabajo de Carrizales desde 2015, cuando se encargaba de pagar la nómina nacional de Morena, de acuerdo con su currículum.

En este gobierno es común encontrar entre los 251 perfiles de la Oficina de la Presidencia, analizados por Excélsior, a burócratas con nivel secundaria, bachillerato trunco o carreras técnicas, a diferencia de administraciones anteriores, donde la mayoría de contratados acreditaban licenciatura, maestría y doctorado.

Por ejemplo, en la Secretaría Particular de la Presidencia contrataron a Gabriel Martínez Puebla, quien es graduado del Conalep, y la única experiencia que demostró fue la de cocinero de platillos mexicanos en el Restaurante Lucio.

En el área de Comunicación Social y Vocería del Gobierno de la República existen dos jefes de departamento que sólo acreditaron secundaria. Por ejemplo, Gabriel Rodrigo Violante, quien tiene un salario bruto mensual de 27 mil 123 pesos, estudió en la Secundaria Oficial Agustín Melgar y no acreditó experiencia. Y Gerardo López Chimil estudió en la secundaria diurna República de Argentina y tres años trabajó en la Coordinación Nacional de Encuestas de Morena, según información de Declaranet.

En la Oficina de la Presidencia se encuentran también los funcionarios más cercanos a López Obrador y colaboradores que estuvieron con él desde el GDF, como su secretario particular, Rosario Alejandro Esquer Verdugo, y su coordinador, César Yáñez Centeno, funcionarios que ganan sólo dos mil pesos menos que el Presidente, al cobrar 106 mil 432 pesos netos mensuales.

Carlos Salces también ha sido hombre clave para el Presidente. Hoy es uno de sus asesores. El cineasta inició grabando al tabasqueño entre las carpas del plantón de Reforma en 2006 hasta convertirse en el creador de la mayoría de spots de López Obrador de 2009 a 2018, como aquel de “Ese avión no lo tiene ni Obama” o “Frijol con gorgojo”, así como la campaña de “Ya sabes quién”.

Entre los perfiles de la Oficina de Presidencia es frecuente encontrar a burócratas que desde el INE estuvieron como supervisores electorales, en la Comisión Nacional de Vigilancia o en la Coordinación de Verificación de Procesos durante la última campaña presidencial, de 2018, como Alejandro Isauro Martínez Orozco, ahora uno de los subdirectores de Recursos Humanos, con un salario mensual bruto de 43 mil 614, o Carlos Emiliano Calderón Mercado, exdirector adjunto, o Gerardo Correa Vargas, jefe de departamento.

Octavio Romero Oropeza, director de Petróleos Mexicanos (Pemex), titulado apenas al año pasado como ingeniero agrónomo de una universidad desaparecida por decreto presidencial hace 34 años (el Colegio Superior de Agricultura Tropical), tiene relación con López Obrador desde su natal Tabasco, al inicio de su trayectoria política.

En los perfiles de Energía, el Presidente también eligió a personajes que lo apoyaron en su lucha en contra de la Reforma Energética de Peña Nieto, como la hoy titular de la Secretaría, Rocío Nahle, y el director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Manuel Bartlett Díaz (abogado por la UNAM), con posiciones clave en ese movimiento.

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