Como en los viejos tiempos, el priismo de dirigentes, representantes populares y liderazgos apoyaron a la nueva dirigencia, aunque por momentos los militantes mostraron desesperación por la larga espera. Hubo rostros conocidos, pero también ausencias importantes.
La nueva presidenta, quien va por su tercer periodo al frente del tricolor advirtió que tienen una gran responsabilidad en nuevos tiempos, llenos de desafíos y resaltó que la confianza de ese partido no es un cheque en blanco, pues está sujeto a dar resultados, por lo cual se comprometió a trabajar con disciplina e institucionalidad.
En el PRI, adelantó, seguirán trabajando de manera institucional, sin egolatrías, haciendo equipo, escuchando a todos, incluso a los más críticos, pero haciendo valer la voluntad del priismo, aunque en el evento no se vio a su ex contendiente, Cuauhtémoc García Ortega.
“Que nadie se equivoque: no somos lo mismo de siempre”, aseguró, para enseguida referir que son un partido organizado, curtido en duras circunstancias, pero han logrado la renovación con consenso, escuchando a la militancia de todas las regiones y municipios, incluso los reclamos y derrotas por no moderar excesos.
Ante recientes escenas donde priistas se han dejado ver con la dirigencia del Partido Verde, del Moral envió el mensaje de que cada quien decidirá dónde quiere estar. Advirtió que no debe haber titubeos, ni medias tintas: o están en el PRI, o mejor se van, subrayó.
También dejo claro que el priismo es institucional, confió en que resurgirá con mucha fuerza y garantizó que hay espacios para todos, al tiempo de vaticinar que es posible ganar en 2021 y precisar que en un ambiente de crispación ellos esperan con prudencia y sensatez para demostrar quiénes son.
El líder nacional priista, Alejandro Moreno llamó a asumir compromisos, a estar en las calles, en los barrios, las colonias. Afirmó que ganarán en 2021, entre gritos de ¡Sí se puede!
Resaltó la disciplina del PRI mexiquense, pidió dar voz a quienes no la tenían, escuchar a todos y volver a ganar la confianza de los ciudadanos. Presumió que hay más de 963 mil militantes mexiquenses y en la entidad aspiran a tener más de un millón de militantes.
También pidió pasar de ser un partido demasas, a uno de causas, a tener una estrategia política clara. Dijo que se acabaron los priistas de primera y de segunda, llamó a cuidar los derechos que se han construido, el respeto al estado de derecho, las instituciones y a construir acuerdos
México, afirmó, necesita al PRI, pues aseguró que es el partido que construyó a este país y adelantó que volverán y ganarán, pero mientras tanto serán una oposición firme, critica, combativa que no actúa con gritos, ni sombrerazos, ni pierde tiempo en debates estériles.
Lo que quieren, explicó, es volver a ganar las elecciones, por lo cual trabajando todos los días para dar buenos resultados. “El PRI sabe levantarse y volver a ganar”.
El ánimo no fue el mejor en el tricolor, aún cuando había tambores y grupos ruidosos, muchos priistas no se levantaban, ni participaban en las porras, apenas ondeaban las banderas, y estaban a la expectativa de quienes acudían al evento. La espera fue larga para ellos.
Jorge Rojo y Tanya Rellstab encabezaron la Asamblea estatal de Consejeros Políticos a la cual acudieron viejos rostros como: los ex gobernadores Ignacio Pichardo Pagaza y Eruviel Ávila, ex dirigentes estatales, como: Sixto Noguez, Arturo Ugalde, Fernando Alberto García Cuevas, Lorena Marín, diputados federales, locales, Ernesto Nemer, Cruz Roa, los secretarios de Medio Ambiente, Obra, Justicia, Trabajo, el general de Gobierno, Desarrollo Social, Finanzas, Comunicaciones.
También acudió Beatriz Paredes, rostros conocidos como el de Armando Neyra, los líderes de los diferentes sectores
Con 426 asambleístas dio inicio la asamblea para ratificar a la dirigencia estatal para después ir a un receso,en espera de la llegada del mandatario estatal, quien previo al evento estuvo en una gira con el presiente, Andrés Manuel López Obrador en la base de Santa Lucía.
En la espera, la gente se impacientaba, con silbidos exigían que el evento reanudara. La llegada del gobernador calma a los impacientes, quienes se volcaron a apoyarlo con gritos de: “Alfredo, Alfredo”.
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