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domingo, 9 de junio de 2019
Santa Lucía copia modelo de Texcoco; desplazará a animales y agravará ruido Nacional
La ampliación del nuevo Aeropuerto en la base militar de Santa Lucía, en el municipio de Zumpango, Estado de México, amenaza con encarecer terrenos aledaños, sobrepoblar la zona, depredar hectáreas verdes y desplazar a cientos de animales endémicos.
De esta manera —como en su momento se acusó al proyecto que fue cancelado en Texcoco— la adaptación y ampliación de la base área-civil ocasionará incluso más ruido a poblaciones aledañas al terreno.
Especialistas, sociedad civil y alcaldes advierten que el impacto ambiental será irreversible, además del desplazamiento de especies nativas como aves y mamíferos por el incremento de decibeles de ruido.
La situación es tal que exigen al gobierno presentar los estudios de impacto ambiental y levantar un censo sobre las áreas verdes que resultaron afectadas por la ampliación y adaptación de la obra federal.
En entrevista con Antonio Lara Duque, director del Centro de Derechos Humanos Ceferino Ladrillero, sostuvo que existe una preocupación legítima de los vecinos y comunidades en dos niveles, el primero relacionado al tema del agua y el segundo sobre la afectación de zonas verdes.
Uno de los principales argumentos es porque la base se encuentra enclavada en la Cuenca Cuautitlán, y que a la postre ocasionaría un desabasto a miles de pobladores.
“De realizarse el proyecto se estaría construyendo sobre una cuenca que tiene una sobreexplotación de 800%, la zona tiene desabasto de agua, se está extrayendo agua ocho veces más, esto significa que se puede prever un infarto hídrico”, indicó.
Ricardo Ovando, representante del Sistema Comunitario de Agua Potable de Tecámac y vocero de la Coordinadora Nacional Agua para Todos Agua para la Vida afirmó que la administración federal sigue sin atender sus demandas como pobladores aledaños al Aeropuerto.
Dijo que además del daño ambiental que detonará la construcción también se incrementará la población flotante en los municipios que rodean el sitio, ubicado en una especie de cinturón en la entidad mexiquense.
“La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) presentó una manifestación de impacto sin estudios de riesgo y de suelo; además, tampoco levantaron estudios de medio ambiente ni de agua”, externó Ovando.
CONSULTA “PATITO”
Líderes de las organizaciones vecinales afirmaron que sólo se ha consultado a un pueblo originario de los 20 que se encuentran a los alrededores del área de Santa Lucía y que tendrían afectaciones por el proyecto del gobierno federal.
“Se convocó a gente sin los elementos científicos. En reunión con la Sedena realizada el 30 de mayo se corroboró que seis millones de litros de agua se necesitarán para atender la demanda de este aeropuerto, y todavía no sabemos de dónde se sacarán”, indicó el vocero.
A lo anterior se le suma, los hallazgos de fósiles de animales y vestigios, además del ecosistema lacustre que no están siendo tomados en cuenta por las autoridades federales.
Así lo reveló Hernán Correa, profesor investigador de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), quien además señaló que esta obra significará un aumento en el ritmo de la Cuenca de México, y que podría colapsar servicios públicos de todo tipo, no solamente de vialidades y abasto de agua.
DAN REVÉS A PROYECTO
Ante la suspensión temporal de las obras del nuevo aeropuerto en Santa Lucía, el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) Metropolitano, Edgar Castro Cid, se pronunció por la posibilidad de concluir la construcción del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México en Texcoco, con la opción de que para ello se empleen recursos privados y no públicos, como se ha propuesto.
Luego de que el Tribunal Colegiado de Circuito en el Estado de México, del Poder Judicial de la Federación, dictaminó la suspensión definitiva de las obras en Santa Lucía, debido a la falta de estudios de impacto ambiental, en este contexto los empresarios mexiquenses reconocieron la independencia de poderes en la Nación.
ENTREVISTA
Rafael Calderón Contreras, profesor-investigador del Departamento de Ciencias Sociales de la Unidad Cuajimalpa
Varias voces se han pronunciado en contra de la ampliación de la base de Santa Lucía ¿qué opinas?
—Desde mi área en la que me especializó de servicios ambientales de zonas verdes en contextos urbanos una infraestructura como un Aeropuerto lleva un gran cambio de suelo, y aunque ya existe la base militar, se tendrán que cambiar usos de suelo para el bosque, donde el tema es grave porque son áreas que la ciudad pierde sobre todo para la recuperación de los mantos acuíferos.
Estoy de acuerdo con la postura del estudio de impacto ambiental; sin embargo, lo que dieron a conocer es solo la potencialidad de los mantos acuíferos y no se toca el tema de la fauna, en donde de concretarse el proyecto significará una migración de cientos de aves y que deja vulnerables a los últimos ojos de agua.
Especialistas y vecinos acusan que los damnificados del proyecto serán animales ¿qué tan grave sería el daño?
—No solamente implica el desplazamiento de animales mamíferos, sino también de ejemplares como lo son cacomixtles.
Ahora, en el aspecto ambiental la zona recibe más lluvia de la que consume, el problema es que no hay una infraestructura para aliviar el estrés hídrico y, si reduces la cobertura forestal, se limitará la capacidad para recargarse manera natural, debido a la envergadura que conlleva un proyecto como éste para su construcción.
¿Se podrían replicar los mismos problemas que se señalaron en su momento en Texcoco?
—Aquí hay un tema importante y es precisamente que los problemas ambientales que se generaron en lo que iba a hacer el Nuevo Aeropuerto Internacional de la CDMX en Texcoco ya están hechos, es decir, no hay vuelta atrás y son irreversibles.
Ahora, respecto a la base de Santa Lucía, uno de los grandes retos o problemas será el ruido que se generará por el incremento de la flotilla de aviones comerciales.
La zona de Santa Lucía es mucho más poblada que la de Texcoco, por ello, la contaminación será mucho más grave en cuestiones de movilidad, ruido e impactos ambientales a comunidades.
Y, también de la misma forma se rellenarán las pistas de la base con el material de los cerros que se encuentran en los alrededores.
¿Bajo estos argumentos entonces calificaría como un error la ampliación de la base de Santa Lucía?
—Creo que el costo será muy alto en cuestión de calidad de vida, pues miles de pobladores van a tener que convivir con ruidos muy fuertes, además, la zona tiene características muy peculiares y se encuentra rodeada de asentamientos humanos.
Por ello, creo que lo primero que resaltará serán las consecuencias a la salud, el estrés, enfermedades y la falta de agua; diría que es un error técnico apostarle a otro Aeropuerto y devastar áreas verdes.
“Es una copia, es trasladar todo
el problema ambiental de Texcoco a una región que tampoco está preparada ni tiene la infraestructura y que carece de una estabilidad en varios aspectos”
Hernán Correa, profesor investigador de la Universidad
Autónoma de la Ciudad de México.
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