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miércoles, 19 de diciembre de 2018

Disminuir presupuesto y calidad educativa

Se propone reducir más de mil 700 millones de pesos a las instituciones de educación superior, entre ellas la UNAM, el IPN, la UAM.


Armando Salinas Torre

En el caso de universidades públicas estatales, institutos tecnológicos, universidades tecnológicas y politécnicas, tienen una reducción en términos reales de 3.2% en el proyecto del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para 2019; los fondos concursables para el desarrollo profesional docente, la ampliación de la oferta educativa y la mejora de la calidad educativa se reducirán en más de mil 840 millones de pesos. De igual forma, los recursos destinados al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) se reducen en más de dos mil 560 millones de pesos.

Estos datos son proporcionados por la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), que es una asociación no gubernamental, de carácter plural, que agremia a las principales instituciones de educación superior del país, cuyo común denominador es su voluntad para promover su mejoramiento integral en los campos de la docencia, la investigación y la extensión de la cultura y los servicios. La asociación está conformada por 195 universidades e instituciones de educación superior, tanto públicas como particulares, de todo el país.

Los espacios públicos de comunicación debieran ser aprovechados por la sociedad para difundir esta problemática, en la que la propia ANUIES señala que, de concretizarse estas reducciones, se agravaría el rezago financiero acumulado en los últimos años, ya que, del periodo de 2000 a 2017, se observó un crecimiento de la matrícula pública de educación superior de 116%, mientras que el crecimiento del gasto federal para este nivel fue sólo de 71 por ciento. Además, durante el periodo 2015-2018, diversos programas presupuestarios extraordinarios se redujeron alrededor de 22 mil millones de pesos.

Siguiendo la misma fuente de información, las instituciones de educación superior atienden, en conjunto, a 3.2 millones de alumnos, desde bachillerato hasta el doctorado, mediante programas de calidad, en su mayoría acreditados por organismos externos; realizan la mayor proporción de la investigación científica en el país y difunden ampliamente la cultura, todo ello se verá, sin duda, impactado en forma negativa por estas reducciones.

La educación superior es un factor estratégico para el desarrollo social y económico en cualquier país en el mundo, sin embargo, la propuesta del PEF para 2019 evidencia un mensaje totalmente contradictorio y devastador contra las clases menos favorecidas de la sociedad, pero, sobre todo, para el futuro del país.

Afectar la educación superior, la investigación científica y la difusión cultural en nuestro país no se compensará con regalarle dinero a los jóvenes estudiantes ni mucho menos con crear más universidades públicas, puesto que lo único que se genera en el mediano y largo plazos es disminuir la calidad educativa e igualar esa disminución a nivel nacional.

Esta medida se encuentra acompañada de la disminución de los sueldos de la burocracia que, no sin dificultades económicas, enviaba a sus hijos a escuelas con mejores niveles educativos, pero que, debido al recorte en sus percepciones, no tendrán mayor opción que mandarlos a las universidades públicas, que incrementan su matrícula y disminuyen su presupuesto.

Sin duda alguna que era necesario hacer cambios. Que debemos acortar las desigualdades socioeconómicas insultantes generadas, principalmente, por la corrupción, pero ello no significa que se deba asfixiar el desarrollo social-económico-cultural-tecnológico del país.

Se debe impulsar el desarrollo y mejorar las condiciones sociales de los que menos tienen, pero no debiera ser en detrimento de los avances que se han logrado, por ejemplo, en los niveles de calidad educativa, de investigación y desarrollo tecnológico de las instituciones de educación pública, ni mucho menos de las familias de clase media que, con esfuerzos, logran apoyar en forma indirecta el sistema educativo público nacional enviando a sus hijos al sistema de educación particular.

Debieran elaborarse propuestas de políticas públicas que favorezcan a elevar el nivel educativo a escala nacional, en una convergencia del sistema público y privado de esta materia, en lugar de hacer lo contrario para crear una clientela electoral inculta, dependiente y dócil. Al tiempo, los resultados que, desde ahora, se anticipan irresponsablemente devastadores.

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