'Pareciera que están tirando a la basura todo el trabajo y todo el avance que llevan aquí, no es justo', declaró un proveedor de maquinaria que salía por la puerta 7, en Texcoco.
Un día después de los resultados de la consulta sobre el destino del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), los 43 mil trabajadores directos e indirectos en Texcoco continuaron sus labores, pero con la incertidumbre de saber cuándo será el último día de trabajo en el que se consideró el megaproyecto del sexenio.
“Pareciera que están tirando a la basura todo el trabajo y todo el avance que llevan aquí, no es justo. Nosotros, los que estamos trabajando, lo vemos mal… ahora tenemos que seguir laborando hasta que nos digan ya, tenemos que estar cumpliendo, no podemos decir hasta aquí, si no nos avisan”, dijo a El Financiero Efrén Hernández, un proveedor de maquinaria que salía por la puerta 7, en Texcoco.
Como él, miles de trabajadores tienen la incertidumbre de qué pasará con su trabajo; por ejemplo, Erik Iván Trinidad, un ingeniero que es parte del proyecto de la pista 6, que sería destinada para el gobierno federal, al Ejército, la Marina y la Policía Federal, quien asegura que lo que preocupa a sus compañeros es la falta de trabajo.
“La gente está tranquila, muchos se van a quedar sin trabajo y esperemos que hayan oportunidades y no tengamos que vernos en la necesidad de andar buscando, y hasta que se tenga la instrucción por parte de las autoridades, y del grupo encargado del proyecto, nosotros seguimos aquí”, comentó.
En la puerta 7 del terreno, en Texcoco, en el que se construye el que sería el proyecto más ambicioso del gobierno de Enrique Peña Nieto, cientos de trabajadores salían ayer, muchos sin querer compartir su opinión, pero otros con la coincidencia de que en ese lugar se seguirá trabajando hasta que digan “se acabó”.
Al interior, sin dejar preguntar a los trabajadores, El Financiero pudo dar un recorrido a las instalaciones. Ingenieros, constructores, topógrafos, operadores de maquinaria pesada realizaban sus labores cotidianas, como si fuera un día normal.
Pero la incertidumbre fue notoria cuando, aprovechando el recorrido que Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM) daba al diario, algunos trabajadores se acercaron a cuestionar ¿qué pasaría con ellos tras los resultados de la consulta?
“Estamos preocupados por nuestro trabajo”, decían en voz baja a los funcionarios de GACM. No hubo respuesta.
Afuera, proveedores y trabajadores confirmaban que al interior se sostenían reuniones para saber el futuro de sus inversiones.
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