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jueves, 2 de agosto de 2018

Homenaje a Don Rafael Flores

Coautor de MEXIQUENSE en el área de impresión a un año de su partido

El clásico retumbar de la “Solna” era un referente que se iniciaba la impresión de la edición del día de nuestro periódico MEXIQUENSE, también era la certificación que Don Rafa, ya estaba en plena faena.
Pero este sábado 4 de agosto del años 2017, hace trecientos sesenta y cinco días Don Rafael Flores, falleció, el jefe del taller de impresión se nos adelantó.
Meses antes su salud se fue quebrantando, se recuperó de un infarto, pero otros achaques, finalmente lo llevaron a un punto crítico que con gran tristeza debemos aceptar nos arrebató al gran ser humano, al amigo y al excelente colaborador de esta casa editorial.
Hombre de tez morena que lo recordamos con mucha estimación.
Muy puntal siempre llegaba a las instalaciones de esta empresa editorial para dar vida a la versión impresa del MEXIQUENSE, fueron más de catorce años que participo en dar vida a este medio de comunicación que el único diario en el Valle de México.
Orgulloso mostraba el primer tiro, es decir el primer pliego de los cinco que conforman el periódico, como alardeando que estaba en proceso de parir una edición más de nuestro diario.
A él le tocó ser parte de la evolución de MEXIQUENSE que de circulación quincenal, pasó a ser semanal, bisemanal e interdiario y finalmente diario.
El gran paso de ser parte del diarismo, él lo disfrutaba y recordaba la fecha con gran precisión de cuando MEXIQUENSE empezó a circular de lunes a viernes.
Don Rafael Flores en los primeros años antes de que su salud se quebrantara, llegaba con su Coca-Cola en la mano luciendo radiante y fresco que denotaba su reciente baño y desde luego en alguna época su inseparable Malboro.
Ya en sus labores de repente cantaba, bailaba e inclusive externaba en voz alta su emoción de ser parte de un muy importante medio de comunicación.
Don Rafael Flores, el maestro prensista, el jefe del taller de impresión de MEXIQUENSE, lo recuerdo cuando platicaba de sus inicios en este noble oficio.
Su arribo a la empresa fue de manera abierta es decir no tenía asignada una actividad específica, pero se le asigno como ayudante de un veterano impresor el señor Fernández, que indirectamente resultó su maestro.
Pero la verdad Don Rafa se hizo solo él se formó, y termino siendo un gurú de la impresión de un medio de comunicación, y decimos gurú porque llego un momento que había una gran intercomunicación entre la máquina y el hombre.
Me toco observar en algunas ocasiones cuando la máquina se trababa, es decir no se podía imprimir, Don Rafa le hablaba a la máquina y está como quien entendiera el reclamo o la petición nuevamente retomaba su tarea.
Estas líneas que se han un homenaje a mi gran amigo Don Rafael Flores y desde luego también una manera de saludar a su estimada y ejemplar familia.


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