Por Ramón Durón Ruíz (†)
Con la certeza de un axioma matemático, María Fontaine afirma: “Todo rey fue en algún momento un bebé indefenso; todo roble, una bellota; toda ola del mar, una leve ondulación y toda gran estructura, un simple plano. Lo que cuenta no es nuestro estado actual, sino a dónde nos dirigimos”.
Mientras muchos, más inteligentes, poderosos, solventes económicamente y guapos ya no estan, tu estas aquí como parte del milagro de la vida, con una misión: triunfar y ser feliz, y tu triunfo y felicidad no serán otra cosa que el reflejo de hacia dónde diriges tus pensamientos.
Si tus pensamientos están orientados al amor al prójimo, recibirás abundancia; pero si éstos están en dirección al resentimiento, recibirás privaciones; no se equivocaron los sabios cuando afirmaban que el hombre no es lo que es hoy, sino lo que piensa para el futuro, es decir, hacia dónde dirige sus pensamientos, porque hacia allá irá su andar.
Cuando te des cuenta que puedes ser todo lo que deseas, que la vida está en tus manos, que el universo te pertenece, los pétalos de la vida se abrirán de uno en uno a tu disposición, el pasado estará ajeno a los dolores, el presente carecerá de dudas y el futuro tendrá obstáculos insignificantes, porque utilizando los recursos que tiene la mente, tendrás un camino cierto, y te darás cuenta de que la puerta de la oportunidad jamás se cierra para aquéllos que creen firmemente en sus proyectos de vida.
Con el tiempo he observado que quienes triunfan, no sólo son excepcionales por sus dotes, sino por una característica común que tienen los hombres de éxito, la perseverancia de trabajar por sus sueños y ésta comienza por hacer de su mente su mejor amiga.
En el cuento de Aladino y la lámpara maravillosa, después de que la lámpara era frotada salía el genio, que cumplía todas las peticiones; pues esa lámpara y el genio existen, son tu cuerpo y tu mente, cuando logres una relación armónica entre ambos, el genio de tu vida dará luz y podrás obtener todo lo que desees: felicidad, amor, bienestar, salud, abundancia de bienes, éxito, trabajo, etc.
Recuerda una cosa, tú estás aquí como un milagro de la vida, dotado de cientos de recursos, y nada ni nadie puede detenerte en la conquista de tus sueños, lo que tienes que hacer es, como en el cuento de Aladino, frotar la lámpara y ésta es alma, es decir, ese deseo inquebrantable que te conduce a cumplir la misión a la que llegaste a esta vida, tú no estás aquí por casualidad, tu vida tiene un destino, un motivo claro, preciso, certero y ése es que tú seas feliz... lo demás llegará por añadidura.
Cada mañana siembra en tu mente pensamientos positivos, de amor, de bendiciones para los enfermos, los ancianos, para aquéllos que sufren de abandono o soledad, para los hombres y mujeres de la calle, los niños desprotegidos, para todos los que carecen de lo que tú tienes, la vida te devolverá con creces tus buenos propósitos, te llevará a seguir creciendo espiritualmente, a amarte a ti mismo, porque cuando dejas de amarte y de crecer comienzas a morir.
El poder del pensamiento está hecho especialmente para ti, para servirte, su fortaleza es ilimitada, haz de la mente tu mejor amiga, y nada te será imposible, recuerda que el genio dormita dentro de ti, acaricia tu alma como si acariciaras la lámpara y el genio del poder del pensamiento saldrá a tu llamado, dispuesto a cumplir más de tres deseos, a servirte para que cumplas la tarea a la que llegaste a esta vida: ser un triunfador y ser feliz.
Cuando haces de tu mente tu mejor amiga, ves la vida con optimismo, como aquella ocasión en la que el Filósofo fue a ver asuntos del ejido a la Ciudad de México, de regreso su amigo Santos Lozano le pregunta:
–– ¿Cómo te fue en la CDMX?
–– ¡Excelente!, fuera de los cinco asaltos, del intento de violación, las tres madrizas y el secuestro exprés que me dieron… ¡ME FUE A TODA MADRE!
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