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martes, 27 de febrero de 2018

Y a todo esto, ¿AMLO está a favor o en contra de la reforma energética?

Sus asesores han hecho diferentes declaraciones sobre la postura del candidato, pero la única persona que podía aclarar su posición, López Obrador, no ha abordado las diferencias directamente.

Apenas cuatro meses para que se celebren las elecciones presidenciales de México, el candidato a la cabeza, Andrés Manuel López Obrador, mantiene abiertas todas las opciones con respecto a la apertura energética del país, mientras un mensaje unificado sobre el tema continúa eludiendo a sus principales asesores.
"En este momento no sabemos a quién va a escuchar López Obrador porque ha mostrado una postura ambigua", dijo Carlos Legaspy, que participa en la gestión de 400 millones de dólares en bonos corporativos para InSight Securities en Highland Park, Illinois, incluida deuda de México.
Esta incertidumbre está poniendo nerviosos a los inversores sobre el tema más sensible para el mercado en las elecciones de julio.
"Obviamente me encantaría que la reforma energética continúe, pero al menos si se va a abandonar, saberlo de antemano sería mejor que no saberlo", dijo Legaspy.
El 15 de febrero, su principal asesor comercial, Alfonso Romo, declaró a Bloomberg que el equipo de López Obrador ha revisado la mayoría de las licitaciones de petróleo adjudicadas a los perforadores privados y las ha encontrado transparentes y beneficiosas para México. Unos días más tarde, el asesor económico Abel Hibert dijo que el candidato no ve ningún cambio drástico en la reforma que permite la perforación privada.
'Grave error'
Posteriormente, el 23 de febrero, la principal asesora energética del candidato, Rocío Nahle, fue citada por The Wall Street Journal diciendo que paralizaría nuevas subastas, al menos hasta que se obtengan resultados positivos de las primeras licitaciones, lo que ella dudaba que fuera el caso. Nahle, la principal candidata para el cargo de secretaria de Energía, ha criticado abiertamente la reforma y dijo en diciembre que estaba diseñada para debilitar a la productora petrolera estatal, Pemex, y la ha llamado un "grave error".
La única persona que podía aclarar su postura, el propio López Obrador, no ha abordado las diferencias directamente. Lo que sí dijo a principios de este mes es que terminaría con la privatización de bienes y servicios mexicanos, y en un evento separado manifestó que no permitirá que el petróleo vuelva a manos de extranjeros. Esto pone en duda las afirmaciones de Romo y Hibert de que el candidato ha visto los beneficios de la inversión privada en el sector.
"El propio AMLO tiene que corroborar estos puntos de vista", dijo Marco Oviedo, economista jefe de Latinoamérica de Barclays, refiriéndose a López Obrador por su apodo. "De lo contrario, los mercados no lo creerán ni a él ni a sus asesores. Eso te dice que tal vez AMLO no esté dispuesto a comprometerse"

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