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martes, 6 de junio de 2017

Juan Zepeda…el salvador del PRI

*En un análisis objetivo y sin apasionamientos,
resulta evidente que los resultados electorales en
favor de Alfredo del Mazo, se deben al crecimiento
electoral del ex candidato del PRD, que arrebató un
millón de votos a MORENA; los priístas deben estarle
muy agradecidos por no haber declinado a favor de
Delfina Gómez


Por I. León Montesinos
Especial para El Mexiquense

Si retomamos el aforismo de que “la derrota es huérfana pero la victoria tiene múltiples paternidades”, oportunistas como el dirigente nacional del PANAL, Luis Castro Obregón y algunos verde ecologistas, símiles de la “mosca en el arado”, deberían hacer un acto de humildad y reconocer juiciosamente que si a alguien le debe Alfredo del Mazo sus laureles del pasado domingo es a su ex contendiente, Juan Zepeda.
Las cifras electorales son frías y contundentes, pero sobre todo, no mienten: el millón 31 mil votos que el abanderado del PRD sumó en su porcentaje del 17,79, según el PREP del IEEM, fueron sufragios arrebatados a MORENA y que abrieron el camino para el triunfo del candidato priísta.
Ahora que Castro Obregón sale a decir que la aportación del 2% de los votos de Nueva Alianza fue decisivo para el triunfo de Del Mazo, los números se encargan de ubicar en la realidad a tan pírrica aportación: los 112 mil votos aportados en promedio por el partido creado por Elba Esther Gordillo, poco o nada hubieran representado si el ex alcalde de Nezahualcóyotl, hubiera optado por declinar a favor de Delfina Gómez Álvarez.
Sumemos y veamos lo que hubiera pasado: un millón 786 mil 962 votos de la maestra texcocana y un millón 31 mil 791 de Zepeda, arrojan un total de 2 millones 818 mil 758 votos; es decir, juntos habrían alcanzado un porcentaje del 58,60 por ciento. Y a estas horas, la hecatombe del PRI y sus aliados serían irreversible.
En la clasificación de “moscas en el arado”, además de los verde ecologistas, panalistas y los evangelizados miembros de Encuentro Social, ahora se están montando con sus inciertos “méritos” de campaña, algunas corrientes perredistas que hablan de su rehabilitado partido como si tal resurrección fuera obra de todas las corrientes y no del indudable carisma y capacidad de un solo hombre.
¿Acaso el candidato de “Los Chuchos”, Javier Salinas, habría aglutinado tales adhesiones electorales a favor del agónico PRD?
No hay que olvidar que Zepeda hace unos meses arrancó en las encuestas entre un 9 y 10 por ciento de las preferencias contra un 30 por ciento de la desfondada, Josefina Vázquez Mota. Su buen desempeño en los debates y sus aires de candidato popular y de barrio le permitieron un crecimiento de casi el doble, por lo que propios y extraños quedaron sorprendidos.
Más allá de las versiones de acuerdos en lo oscurito, si Zepeda no hubiera sido el abanderado del Sol Azteca, muy probablemente el porcentaje de votación al PRD no hubiera pasado de ese diez por ciento y el restante siete por ciento se hubiera abonado a los números de MORENA, con lo cual tampoco se hubiera dado el triunfo de Alfredo del Mazo.
Por esas poderosas razones que tienen su origen en las cifras electorales es que tanto el candidato puntero como su partido, el PRI, deben estar muy agradecidos con el ex rockero de Neza. A él y a nadie más le deben en buena parte su victoria, que aunque apretada, es una bocanada de oxígeno ante un escenario que será altamente competitivo y nada fácil para el 2018.

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