La contienda en el Estado de México está cerrada y cada vez apunta más a un mano a mano entre la candidata de Morena y el abanderado del PRI. Malas noticias para estos últimos.
Reforma publicó ayer una encuesta, levantada antes del debate de anoche, en que Delfina Gómez, de Morena, tiene 29 puntos porcentuales, contra 28 de Alfredo del Mazo, 22 de Josefina Vázquez Mota, 14 del perredista Juan Zepeda y 3.0 por ciento del candidato del PT, Óscar González.
Morenistas y priistas están empatados, y en caso de que Josefina no levante lo suficiente, los votos útiles se irían hacia Delfina Gómez porque hay un evidente hartazgo del PRI.
Las elecciones son locales, y los números reflejan un fracaso del gobierno de Eruviel Ávila.
Por eso ganó el PRI en Sonora y perdió en Veracruz, por ejemplo.
No importan la reforma educativa, ni la energética o la de telecomunicaciones, sino la inseguridad rampante en el Estado de México, que no da tregua a los ciudadanos.
Esa inseguridad es producto de la corrupción de los cuerpos policiacos locales, y de la incapacidad que tuvo el gobierno de Eruviel para profesionalizar policías.
Ni siquiera puso a las personas adecuadas, como hizo su antecesor, quien pudo entregar cuentas que llevaron al PRI a reelegirse en la gubernatura con más de 61 por ciento de los votos.
Ahora el cierre de empresas se cuenta por miles y la falta de inversión pega en el horizonte de los mexiquenses.
Tampoco está contento el sector empresarial, pues ha faltado transparencia en los contratos de obra pública. Ganan siempre los mismos.
Ahí está la razón del hartazgo de la población y explica por qué Del Mazo da una cerrada batalla con la abanderada de un partido que a inicios del sexenio de Eruviel Ávila no existía.
La candidata de Morena ha logrado conquistar a los que sienten –o están– marginados del bienestar y de la atención del gobierno.
Un cheque al mes, sin darle la mano a la gente y ofrecerle medios para mejorar su entorno, no hace diferencia.
Siempre se puede estar peor, y tal vez eso les espera a los mexiquenses en caso de que gane Delfina. Pero es asunto de ellos.
Además fue víctima de un bombardeo implacable del PRI desde antes del arranque de la campaña, y con ello potenciaron las posibilidades de Delfina Gómez.
Sin embargo, hasta ayer el PRI había dejado intocada a la candidata de Morena, no obstante sus flancos débiles, como la inseguridad en Texcoco cuando fue alcaldesa y su poca preparación para gobernar un estado de la importancia del Edomex.
El que sea, menos el PRI. Eso dice la mayoría de la gente en ese estado, de acuerdo con la encuesta referida.
Y se equivocaron también con Juan Zepeda, el perredista que supuestamente iba a ser un ariete de Eruviel.
No ha sido así. Zepeda llega al 14 por ciento de las preferencias, no obstante ser el abanderado de un partido destruido y sin apoyo de sus líderes.
En lugar de buscar quitarle votos a Delfina, Juan Zepeda construye un liderazgo dentro del PRD para rescatarlo. Y lo ha hecho bien. Lo veremos pronto como figura nacional del perredismo.
Nada está decidido aún. A partir del debate de anoche comenzará lo más álgido de la campaña.
Y si el PRI mexiquense entiende que su adversario es Morena y no el PAN, tal vez pueda evitar una derrota que sería letal para su presente y su futuro.
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