Benjamín Díaz logró poner en circulación 42 mil 751 piezas falsas, sólo en el presente año, indica la PGR
Entre enero y noviembre del presente año, el Banco de México ha captado 234 mil 959 billetes falsos de diferentes denominaciones, por lo que se han iniciado las denuncias respectivas ante la Procuraduría General de la República (PGR).
De acuerdo con las investigaciones realizadas por la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), el grupo encabezado por Benjamín Díaz Prado, alias El Benja o El Benjamón, logró poner en circulación 42 mil 751 piezas falsas, sólo en el presente año.
Esta cifra representa 18.1 por ciento del total de papel moneda captado por el Banco de México, durante los primeros 11 meses del 2015.
El grupo de Díaz Prado presuntamente falsificaba papel moneda de las denominaciones de 100, 200, 500 y mil pesos, en dos predios de Ciudad Nezahualcóyotl, en el Estado de México, y en otros dos de la Ciudad de México, uno de ellos en el Barrio de Tepito.
La Unidad Especializada en Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita, Falsificación o Alteración de Moneda, de la SEIDO, inició las investigaciones en contra de este grupo en mayo de 2013, luego de una denuncia presentada por el Banco de México.
En la averiguación se detalló que esta institución comenzó a detectar la circulación de billetes falsos de 500 y mil pesos, que llegaron a sucursales bancarias de la Ciudad de México.
Luego que se dio parte a las autoridades de la PGR, para julio de 2013, se captaron más piezas falsas de 500 pesos, mientras que entre diciembre de 2014 y abril de presente año se ubicaron más falsificaciones de 100 y 200 pesos.
Al darse seguimiento a las pesquisas, las autoridades bancarias y de la SEIDO ubicaron que las piezas falsas elaboradas por este grupo delictivo estaban circulando en la capital del país, en el Estado de México y en Veracruz.
Con los elementos recabados se estableció un operativo con elementos de la División de Inteligencia de la Policía, para dar seguimiento a las piezas y a los presuntos responsables de su elaboración.
Tan sólo en los predios cateados el 17 de diciembre, en el Estado de México y en la Ciudad de México, se aseguraron mil 69 piezas falsas.
Los Rombos movían el dinero en ferias, mercados y cajeros
La banda de Los Rombos, encabezada por Benjamín Díaz Prado, usaba ferias patronales y mercados públicos en municipios del centro del país, para meter en circulación los billetes falsos que imprimía el grupo delictivo.
De acuerdo con fuentes cercanas a las investigaciones, El Benja o El Benjamón, buscaba a gente humilde, vendedores ambulantes, empleados de ferias, con escasa capacidad para identificar las falsificaciones a simple vista.
Otro gancho usado por este grupo de falsificadores era el uso de las mujeres, quienes generaban más confianza en la gente, para recibir el dinero falso en diferentes transacciones.
Las investigaciones a este grupo, derivadas del seguimiento que se comenzó a dar a billetes de diferentes denominaciones por parte del Banco de México en 2012, iniciaron en mayo de 2013.
En la Ciudad de México, se estableció que los cómplices de Díaz Prado depositaban las falsificaciones en cajeros automáticos de “multiservicio”, aquellos en los que se pueden hacer depósitos o pagos a cuentas.
Una de las pistas que se siguieron fue que diversas cantidades se depositaron a la cuenta bancaria de uno de los integrantes del grupo, con lo que obtenía parte de su ganancia.
El Banco de México detectó la circulación de los billetes falsos de este grupo en sucursales del Distrito Federal, el Estado de México y Veracruz, principalmente.
Las autoridades detectaron que en el caso de las falsificaciones de los billetes de 200 pesos, se retiraban y usaban las cintas de seguridad de billetes legales, para colocarlas en las ilegales para engañar con más facilidad a los usuarios.
El nombre de Los Rombos se le adjudicó al grupo de falsificadores, debido a que esa figura geométrica, el rombo, aparecía en todas las piezas falsas que elaboraban, lo que también ayudó a su seguimiento.
Uno de los talleres del grupo estaba ubicado en Iztapalapa, en donde se encontró el equipo, herramientas y tintas para la elaboración de los bi
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