Por JEANETTE LEYVA
La venta de seguros por teléfono continúa siendo el punto central de la discusión entre las autoridades financieras y la industria, que alega que afectará la comercialización de este tipo de seguros y que siempre las ventas por este medio las realizan con las mejores prácticas.
Desde luego que miles de usuarios de tarjetas de crédito estarán en contra de esta afirmación, ya que algunas aseguradoras o los call center que contratan continúan literalmente engañando a las personas, diciendo que “son gratis”, o que “son un beneficio por el buen uso de las tarjetas”. Si algún incauto se atreve a decir que sí, el cargo es inmediato y cancelarlo se puede convertir en todo un vía crucis.
Los cargos no reconocidos es la principal queja en contra de bancos por parte de los usuarios en la Condusef, y si bien la autoridad busca tratar de que se disminuya --al poner candados en la venta por teléfonos de servicios financieros--, cada vez hay más quejas que no tienen que ver en su totalidad con las aseguradoras, sino que han surgido empresas de servicios que, haciéndose pasar por el banco, o por Visa o Mastercard, llaman y engañan a las personas, quienes prácticamente sólo por contestar ya tienen un cargo en sus plásticos sin haberlo autorizado.
Un ejemplo es el Grupo Niriba. Constituido el 13 de junio de 2013, tiene operadores telefónicos que se hacen pasar por banco, dicen que la llamada es porque detectaron un cargo de un seguro por una gran cantidad, a lo que las personas niegan y ellos dicen no se preocupen, pues lo cancelarán. Sin embargo, esta supuesta cancelación es más bien un cargo que hacen a la tarjeta de crédito que aparece como Medicall Plus de ese grupo.
Grupo Niriba rechaza que ellos hagan cargos sin autorizar por el tarjetahabiente, pero si son una empresa con buenas prácticas de venta, ¿por qué no dicen desde el principio su nombre, qué producto y a qué precio lo venden y cómo se puede pagar?
O bien, empresas que no hablan sino que hacen pequeños cargos como Club Paraguas o la empresa Total Club, que da una información en tiendas y aplica cargos.
No sólo es cuestión de educación financiera, sino también de la falta de protección de los datos personales de los números telefónicos y de la información de millones de usuarios de tarjetas de crédito que deben proteger las instituciones que en cierto modo también son víctimas porque se hacen pasar por ellos. Falta una regulación severa que sancione a estas empresas que viven de engañar a las personas.
En el caso de las aseguradoras, por lo menos hay un avance para poner candado a la venta de seguros por teléfonos, que podría concretarse pronto.
Por eso, la próxima vez que suene su teléfono diciendo que son de su banco o aseguradora, mejor cuelgue y comuníquese ustedes con ellos; o si le piden datos para algo gratis, recuerde que su tarjeta de crédito puede ser la víctima. Por lo pronto, la moneda está en el aire.
Twitter: @JLeyvaReus
Directorio
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
No hay comentarios :
Publicar un comentario