Por: José Ignacio Reyna Cervantes
Columnista y Analista Político del MEXIQUENSE y estudiante de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Autónoma del Estado de México.
De los graves problemas en la ciudadanía mexicana es pensar que la Política es un tema ajeno a la vida familiar o laboral; y que el ejercicio de ella es una atribución exclusiva del Presidente de la República, así como de Diputados Federales y Locales como de los propios Senadores, siendo así que recaen en un grave error puesto que en calidad de ciudadanos influyentes estos mismos podrían cambiar y proponer por el desarrollo de esta nación.
Es así que la crisis política que actualmente vive el Estado Mexicano se ve reflejada en el pesar ciudadano mismo que alega por Instituciones eficientes, efectivas y listas para el debate por el reparto de bienes que es de esa forma como logra afianzarse este Régimen Democrático.
Resulta entonces que un país se juzga por su representante político y para el caso Enrique Peña Nieto ha llevado a que de forma “acelerada” el ciudadano se encamine por un modo de trabajo distinto al acostumbrado ya que el actual paquete de Decretos, que fueron reformas ha artículos de la Constitución Política Mexicana en materias de la economía como de diversos campos básicos del actuar mexicano de forma directa se ven en hechos sociales que agitan a la nación, resulta entonces que cada ciudadano del país evalúa y repiensa los resultados hasta ahora alcanzados por el actual representante del ejecutivo como de los hasta ahora resultados de estos Movimientos por México.
De esta forma tratando la inclusión del ciudadano como de Organizaciones no Gubernamentales en asuntos públicos la política del Mexicano podría volverse más activa siempre y cuando el propio Gobierno oriente a ello como que brinde transparencia así como beneficios plurilaterales para encaminarse no solo al desarrollo sino también dejar de lado esa política que suele caracterizar al mexicano transformando así la sociedad como mejorando el actuar gubernamental afianzando relaciones óptimas para el porvenir de las futuras generaciones como de las que actualmente se adentran a la vida laboral, familiar y política.
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