OHL: corrupción sin freno

Por David Páramo

Por segunda ocasión, en menos de un mes, en las redes sociales aparece un video en el que Pablo Wallentin habla con otro funcionario de OHL, director jurídico Gerardo Fernández, en el cual, nuevamente, se confirman los actos de corrupción en los que habría incurrido la empresa en la operación del Viaducto Bicentenario y el Circuito Exterior Mexiquense.
En este video, subido por el mismo usuario, se analiza el método para sobornar magistrados e incluso cuestionan que no lo pueden hacer con cheque emitido por la empresa, por lo que tendrán que hacerlo “como siempre”.
Como se recordará Wallentin renunció voluntariamente a su cargo en OHL para “no entorpecer las investigaciones”, luego de que, cinco días antes, se diera a conocer una grabación en la que abiertamente reconoce que cometieron fraude en contra de los habitantes del Estado de México al calcular los aforos del Viaducto Bicentenario.
A raíz de estas revelaciones, también renunció el 17 de mayo Apolinar Molina a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes del Estado de México, toda vez que se vio implicado en las grabaciones e incluso reconoció públicamente que había pedido ayudas a funcionarios de OHL en sus vacaciones de diciembre pasado.
La estrategia de control de daños de OHL ha resultado deplorable. Han emitido comunicados a las autoridades regulatorias de España y México en las cuales han prometido investigaciones, auditorías y revisiones integrales que parecerían mucho más cortinas de humo que una intención sería de resolver los presumibles actos de corrupción institucional.
El 20 de mayo emitieron un comunicado, según el cual Ernst and Young habría “finalizado su informe corroborando que su filial OHL México ha cumplido bien y fielmente los términos y condiciones de su título de concesión en el Viaducto Bicentenario… no han detectado irregularidad ni perjuicio económico para la administración del Estado de México”. No presentaron el documento completo.
Días antes la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) realizó un operativo en las oficinas de OHL México sobre el cual no emitieron comunicado, puesto que lo harán sólo en caso de encontrar irregularidades o delitos en su área de competencia.
Posteriormente la empresa anunció en España la contratación de tres empresas que realizarían una auditoría sobre la operación en México en la cual no establecen ni plazos ni compromisos.
Víctimas y engaños
Como suele ser tradición en este tipo de casos, los publirrelacionistas de la empresa han buscado amigos para explicarles lo buenos que son, lo bien que cumplen con la ley y cómo son víctimas de una campaña por quién sabe qué intereses ocultos. Vamos, han llegado a extremos ridículos algunos de sus corifeos como decir que son víctimas de una campaña de espionaje industrial o algo así.
Tratan de hacer creer que los tiempos políticos son el motivo de estas filtraciones que, según parece, fueron hechas por empleados de la compañía y/o alguno de los que saldría en por lo menos una de las grabaciones. Eso debería ser motivo de una investigación por parte de las autoridades.
También han tratado de engañar jugando a minimizar los hechos. Prometen investigaciones en las cuales se conoce el resultado de antemano: No encontrarán ninguna irregularidad, pero tratarán de hacer creer que la empresa de capital mayoritario español está en contra de las prácticas corruptas. Parecería que hay indicios de que no sólo las toleran sino que, además, la solapan puesto que han llegado al escándalo de decir que si se falsearon los aforos que les permiten cobrar por obras que no harán en un tercio de siglo fueran hechos por empleados menores.
La directiva española ha tratado de lavarse la cara diciendo que están interesados en participar en la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, y le arrancaron una muy forzada declaración al secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, en el sentido de que podrían hacerlo.
Bueno, hasta dijeron que lo harían directamente desde la firma española porque aquí, en México, básicamente se concentran en la construcción y operación de vialidades.
Si tan sólo el 10 por ciento de lo que se dice en estas grabaciones fuera cierto, debería ser suficiente para que el Viaducto Bicentenario y el Circuito Exterior Mexiquense fueran intervenidos por la autoridad, hasta fincar responsabilidades a esta organización delincuencial.