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viernes, 20 de febrero de 2015

TEMA LIBRE

El arribo de Gerardo Monroy a Ecatepec
* México y el auge de la “economía criminal”
* Norma Ponce y su imberbe gaznápiro
* Por I. León Montesinos


En noviembre pasado, y tras 20 audiencias temáticas realizadas por tres años en distintos puntos del país, el Tribunal Permanente de los Pueblos (TTP), organismo y foro internacional que congrega a lo más granado de las ciencias, las artes y la intelectualidad del planeta, emitió un avasallador veredicto sobre la situación que guardan en México asuntos como la violación sistemática a los derechos humanos y la incontrolable violencia generada por la delincuencia organizada.

Los expertos en la materia, emitieron un amplio análisis donde abordan un tema que me parece, es de primer orden para explicar en buena parte el por qué el fenómeno de la inseguridad aumenta en lugar de disminuir en todos los rincones del país: El auge de la “economía criminal”.

Transcribo a continuación parte de las agudas conclusiones a que llegaron los jueces del TTP en torno a este asunto y que motivaron una enérgica reconvención al gobierno mexicano, misma que ha tratado de ser minimizada por los voceros oficiales.

Estableció el TTP: “Uno de los rasgos peculiares y devastadores del caso México, está representado por la existencia de esta “dimensión criminal” de la economía, que ha alcanzado ya niveles tales que llegan a condicionar y trastornar cada ámbito de la vida económica, social y política del país.

En México, en los hechos, coexisten entrecruzadas una “economía criminal” de proporciones gigantescas y una “criminalidad económica” difusa y profunda, que en conjunto, contribuyen a hacer más graves e incontrolables todos los efectos negativos de las políticas neoliberales adoptadas en el país.

La “economía criminal” posee una incidencia extraordinaria. El sector amplio y ramificado de la economía criminal mexicana obtiene sus ganancias de un largo espectro de actividades ilícitas: el lucrativo tráfico de drogas realizado por los distintos cárteles del narcotráfico que operan en el país y generan enormes beneficios ilegales; el contrabando de armas de fuego; la explotación de personas migrantes cometida mediante secuestros, extorsiones y chantajes; el reciclaje de los ingresos provenientes de la droga y de las otras actividades ilícitas, principalmente en los Estados Unidos.

Los métodos de acción de los sujetos que operan en el sector de la economía criminal son: el uso sistemático de la violencia en los conflictos internos y con el propósito de resquebrajar las diversas formas de resistencia de la población, así como, el recurso, igualmente sistemático, a la corrupción de los representantes políticos y de los funcionarios públicos.

El balance trágico de la persistente ofensiva criminal, que tuvo una escalada impresionante a partir de los años ochenta, está representado por la larga cadena de víctimas civiles y por la eliminación física de los opositores, pero también por la pérdida de control de amplias zonas del territorio por parte de las instituciones públicas y por la existencia de una impunidad sustancial, incluso tratándose de los crímenes más horrendos.

Como ya se ha dicho, el sector de la verdadera y propia “economía criminal”, con sus inusitadas dimensiones y con la horrible crueldad de sus métodos, coexiste y convive con una difusa “criminalidad económica”, la criminalidad de los delincuentes de cuello blanco.

La criminalidad de los delincuentes de cuello blanco encuentra en México muy pocos obstáculos por la casi total ausencia de normas regulatorias de los monopolios, de reglas eficaces sobre la operación de los bancos y sobre la transparencia financiera, de instrumentos de obstrucción oportuna del lavado de dinero sucio y de formas de manipulación del mercado financiero.

Es verdad que en ninguna parte del mundo los instrumentos de control y combate de la criminalidad en los delitos de cuello blanco funcionan con la eficacia que sería deseable, pero su presencia y la existencia, en muchos Estados, de autoridades independientes del poder ejecutivo que tienen la encomienda de hacerlos respetar, representan al menos una primera barrera y un disuasivo para los criminales económicos.

En México, esta primera línea de contención de los delitos económicos y administrativos más frecuentes (la corrupción, los abusos de los funcionarios públicos, los crímenes fiscales, el lavado de dinero) parece inexistente o ineficaz, mientras el balance de la verdadera y propia acción penal es absolutamente negativo y produce una altísima tasa de impunidad.

Como ha sido eficazmente dicho por Luis Hernández Navarro, ante este tribunal “México es como una entidad federativa más de los Estados Unidos, pero sin sus leyes, ni sus reglas”.

En México no encuentran aplicación las reglas mínimas sobre el funcionamiento del mercado de bienes económicos y servicios financieros que operan en los Estados Unidos, en Europa y en otras partes del mundo económicamente desarrollado, y por ello las empresas multinacionales pueden aprovechar amplísimas exenciones fiscales, cuentan con amplia libertad de sacar del país las ganancias de la actividad económica realizada en México, se genera trabajo precario y a bajo costo y se da una ausencia casi total de una legislación rigurosa contra los monopolios.

En un contexto así, se comprende por qué los grandes grupos económicos presentes en el país no tienen un efectivo y urgente interés por erradicar la “economía criminal” mexicana, con la cual no entran nunca en franca contradicción, y porque han aceptado durante décadas convivir con el narcotráfico y sus crímenes atroces, en una relación de perversa complementariedad.

Las únicas voces de protesta y las únicas tentativas valientes de reacción han provenido de la colectividad extorsionada y oprimida y las organizaciones solidarias con ella. Como es conocido por todos, estas tentativas han sido siempre sofocadas con sangre.
En la actitud de los poderes económicos se identifica una de las causas que han concurrido a determinar la pasividad de la jurisdicción penal en el país, reducida a una condición de sustancial impotencia, y a delegar inapropiadamente a los militares y a la armada naval el combate del narcotráfico con la larga secuencia de abusos, violencia y crímenes que lo han caracterizado”

¿No le parece, amigo lector, que la evaluación sobre el particular de los expertos mundiales, refleja con exactitud lo que ocurre en el país y explica el por qué el narcotráfico y su devastadoras consecuencias están aún muy lejos de ser erradicados?

El diagnóstico ahí está, por si las autoridades mexicanas realmente quieren ponerse a trabajar.
EL DESBOCADO COLABORADOR DE NORMA PONCE.- Nada abona al ámbito electoral de la sucesión en Ecatepec, el pueril e insustancial comentario hecho en las redes sociales por Luis Antonio Cedillo, cercano colaborador de la enlistada precandidata, Norma Ponce, en el que busca descalificar las legítimas aspiraciones políticas del diputado federal, Isidro Moreno Árcega.

Juzgue usted lo publicado en su muro, y que reproducimos de manera textual:

Luis Antonio Cedillo
7 de febrero a la(s) 1:22 •

Aspiran a gobernar y su plataforma es parecerse a un domador de perros. Lo bueno que ya no somos el México de las cavernas. ‪#‎Ecatepec‬

Cedillo, quien es además coordinador del programa Progresa de los municipios de Ecatepec y Tecamac, olvida en la más elemental de la mesuras oficiales, que en su papel de funcionario público debe abstenerse de tomar abiertamente partido pues esto es sancionado por las leyes electorales.

Pero eso es asunto aparte, pues si se analiza un poco a conciencia lo plasmado por este imberbe gaznápiro, aprendiz de político, puede inferirse el grado de preocupación y temor que inspira en otros aspirantes la figura del diputado federal; todo lo contrario a los expresado burdamente por el alabardero de la también legisladora, quien seguramente ya lo habrá reconvenido por el flaco favor que le hace con sus comentarios, muy acordes precisamente al México de las cavernas que, como se aprecia, todavía no ha sido superado por el joven Cedillo.

ARRIBA A ECATEPEC GERARDO MONROY SERRANO.- El ex Director del instituto Mexicano de la Vivienda Social (IMEVI), Gerardo Monroy Serrano, llega al ayuntamiento para tomar posesión de la Secretaría Técnica que venía ocupando Leticia Lozano López. Contra lo que muchos pensaron y especularon, su presencia vendrá a reafirmar los lazos de cooperación entre las instancias estatal y municipal.

Hombre de innegable experiencia en los asuntos públicos, Monroy Serrano es Administrador de Empresas y entre los cargos que ha ocupado destacan el de receptor de rentas en el municipio de Ecatepec; director regional de Gobernación en varias zonas del estado; director general de Información y Desarrollo Político; director general de Transporte Zona II, así como coordinador Región XII Tlalnepantla de la Secretaría de Desarrollo Metropolitano. Enhorabuena por su nueva encomienda.

MÁS OBRAS EN ESCUELAS DE ECATEPEC.- Sergio Díaz Hernández, encargado del despacho de la Presidencia Municipal, continua su labor en pro de la educación del municipio, razón por la que hace unos días hizo entrega de una barda perimetral, una cancha de fútbol y el pintado exterior e interior de la Escuela Secundaria “Sentimientos de la Nación”. En el evento escolar estuvo acompañado por síndicos y regidores, así como del titular del área de Educación, Cultura y Deporte del Ayuntamiento, Jorge Luis Zúñiga, para atestiguar la develación del mural No 69.

Díaz Hernández reiteró el compromiso del gobierno municipal de trabajar con los diversos órdenes de gobierno para acrisolar la propuesta del presidente Peña Nieto en apoyo a los jóvenes, a través de reformas innovadoras que reflejan además la filosofía del gobernador Eruviel Ávila, quien se comprometió a que este año estaría presente en Ecatepec, para celebrar el 30 de septiembre el bicentenario luctuoso de José María Morelos y Pavón.

Agradecemos sus comentarios a nuestro correo: garrasleo6@yahoo.com.mx

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