Colaborador del MEXIQUENSE, y estudiante de Ciencias Políticas y Administración Pública, de la Universidad Autónoma del Estado de México UAEM
Por la idea perseguida,
por los golpes recibidos,
por aquel que no resiste,
por aquellos que se esconden.
Por el miedo que te tienen,
por tus pasos que vigilan,
por la forma en que te atacan,
por los hijos que te matan:
YO TE NOMBRO, LIBERTAD.
Yo te nombro libertad. Nacha Guevara.
En la actualidad existe algo en lo que la sociedad aún debe de creer, algo que jamás se le debe de ser arrebatado. Por todos nuestros hermanos caídos en batallas innecesarias, por nuestros amigos olvidados, por el pueblo que vive miserablemente, presas de la ignorancia, por aquellos que aún creen en justicia. No debemos olvidar que somos libres de esas fieras que arremeten contra nuestra.
Los recientes acontecimientos son considerados como grandes pruebas para el pueblo, para los hombres y mujeres que luchan día a día por un poco de seguridad, de estabilidad, aquellas personas que son capaces de hacer sacrificios abismales por un niño, o una niña, por sus hijos, hijos de pueblo y de la miseria, hijos de una Nación que se desquebraja día tras día, y que encuentra consuelo en los brazos del cansancio.
Está en riesgo la integridad del pueblo, asesina a hombres justos, secuestran las esperanzas de un futuro, encarcelan las ideas dignas de justicia y libertad. Tú y yo estamos en peligro de caer en una sociedad enferma, devastada por la corrupción y por la avaricia de hombres que temen al progreso, al camino de un buen gobierno.
La organización del pueblo con el fin de buscar la seguridad y el bienestar que han perdido, es el principal paso que se debe dar hoy.
Se avecinan tiempos difíciles, difíciles para la clase trabajadora para aquellas personas que no conocen que es una estabilidad económica, difíciles para los niños que juegan sin saber el destino de sus vidas marcado por otros individuos. Es un futuro incierto, y ante este panorama solo queda una alternativa objetiva, el trabajo dedicado en beneficio de nuestro país, y por nuestro país. Cierto es que existen grandes peligros, pero estamos conscientes de que aún hay hombres y mujeres justos con el gran sueño de Libertad, y que aquellas personas seguirán trabajando para construir un mejor lugar en donde vivir, no por mí, no por ustedes, es por una generación en donde se garantice un mundo digno libre.
Por los dientes apretados,
por la rabia contenida,
por el nudo en la garganta,
por las bocas que no cantan.
Por el beso clandestino,
por el verso censurado,
por el joven exilado, por los nombres prohibidos:
YO TE NOMBRO, LIBERTAD
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