Fue un día de alternativas y un punto de quiebre.
Ayer, virtualmente, porque no del todo, quedó establecido
que la candidatura del frente opositor le corresponde a Xóchitl Gálvez.
El proceso fue accidentado y no estuvo dentro de lo
previsto.
Incluso, no está claro si habrá votación el
domingo.
Todavía el fin de semana pasado existía la intención de que
se levantara la encuesta, que sus resultados se guardaran en un sobre cerrado y
que el próximo domingo, luego de la elección primaria, se abrieran y se
revelara a la ganadora de la candidatura.
El desenlace fue otro.
En primer lugar, se adelantó el levantamiento de la
encuesta, para entregar resultados irreversibles el día de ayer, pues de
hecho aún no estaba terminada.
El número de entrevistas en la encuesta domiciliaria no llegó
al total esperado. Pero, no había ningún margen de que hubiera un cambio
significativo.
El resultado se adelantó y se acordó anunciarlo,
identificando incluso a las empresas involucradas en los levantamientos.
El resultado fue que, de acuerdo con la ponderación
acordada, de un 70 por ciento para la encuesta en domicilios y de un 30 por
ciento en la telefónica, Xóchitl resultó con una ventaja de 15
puntos en la encuesta.
Era de esperarse que Xóchitl ganaría la encuesta. Tal vez a
algunos les resultó sorpresivo que fuera por ese margen. No para nosotros. Esa
fue la distancia precisa que estableció la encuesta de El Financiero publicada
el lunes pasado.
Pero Beatriz podría haber disputado la candidatura a
través de la elección primaria.
El asunto que cambió todo el juego esta semana fue que el
presidente del PRI, Alito Moreno, señaló que, al estar Beatriz
en desventaja en la encuesta, quizá sería oportuno que declinara y ayer le
dio el respaldo del PRI a Xóchitl, lo que prácticamente marcó el final.
Si Beatriz perdió la encuesta por 15 puntos y además perdió
el respaldo del aparato priista para compensar esa pérdida en la elección
primaria, el resultado es que sus posibilidades de ganar son nulas.
No sabemos si declinará o no, pero ya no es algo relevante
para el resultado.
Por esa razón, Xóchitl se convierte ya en la virtual
candidata del Frente. Claro, no se le puede dar esa denominación, pero de
facto lo es.
No hay sorpresas.
De hecho, todo parece indicar que los dirigentes de los
partidos del Frente quisieron evitar el riesgo de que hubiera una ganadora
en la elección primaria y otra diferente en la encuesta.
Además, desde luego, todo parece indicar que en la
determinación estuvo envuelta la consideración de Alito Moreno en
cuanto a no dejar crecer a Beatriz como una figura que le hiciera sombra
en el PRI.
Beatriz hizo una hazaña y de no haberse presentado el
fenómeno de Xóchitl, contra todos los pronósticos, hubiera ganado la
candidatura del Frente.
El reto del Frente será resolver productivamente esta
coyuntura.
El presidente López Obrador seguramente va a dedicarle esta
mañana muchos minutos a argumentar que él ya lo había anticipado y que el
comité de la oligarquía había definido que la candidatura fuera Xóchitl.
El reto, desde el día de hoy, para la senadora Gálvez
es que su candidatura no se convierta en una contienda entre ella y la 4T o
entre ella y el presidente López Obrador.
El esfuerzo desde Palacio Nacional va a ser la construcción
de una narrativa en la que se trate de una contienda entre el pasado,
representado por Xóchitl y la continuidad de la 4T, representada probablemente
por Claudia.
Si esa es la opción que se le ofrece al electorado, la
oposición está perdida.
Lo que requiere Xóchitl es construir una nueva
narrativa.
Lo hizo un poco al principio de sus recorridos y luego ya no
fue tan claro.
La clave hoy es que logre construir tanto una imagen como
una narrativa que no se opongan a AMLO, sino que contiendan con
Claudia, la más probable contendiente.
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