El secreto no es medir la pobreza, es saber cómo las
familias pueden tener más ingresos.
Las personas no están interesadas o preocupadas en saber si
su vecino es pobre o no. Están ocupadas en cómo obtener la mayor cantidad de
ingresos para su hogar ante una tendencia a tener salarios bajos en el mercado
laboral y el incremento en los costos de
las canastas básicas. Dando lugar a que más gente tenga que dejar de estudiar
para aportar dinero a la familia y el dejar tener un bienestar económico en el
futuro.
Con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política
de Desarrollo Social (Coneval) de 2022, del Inegi e información gubernamental,
realizamos la siguiente evaluación, sobre cómo tener acceso a una mejor vida,
sustentada de la siguiente forma con:
Bienestar económico: Está definido por los ingresos
percibidos por una persona que son insuficientes para adquirir bienes y
servicios requeridos y para satisfacer las necesidades de un hogar. Tomamos los
siguientes conceptos del reporte, los cuales podrían orientar dónde está tu
familia hoy y a dónde debería ir.
A) Consideremos primero el ingreso corriente total per
cápita según de dónde lo obtiene cada persona, mismo que contempla el monetario
y no monetario, los cuales deben ser suficientes para adquirir a los productos
de las canastas (alimentaria + no alimentaria). De conformidad con los datos a
nivel nacional, en promedio, la gente cubrió el costo de ambas canastas en el
periodo del 2016 a 2022.
Pero el dato resulta irrisorio y poco confiable, debido a
que para cubrir a todos los mexicanos, era necesario recibir dinero de los
programas sociales, lo que es una realidad que no sucede. Además, cada persona
debería de tener un segundo empleo y una propiedad que le remunere alguna
renta. Esta es una realidad que no todos cumplen, y es ahí donde surge el
individualismo en los hogares.
Siendo reales, hoy nadie del promedio nacional puede pagar
las canastas antes mencionadas, aun considerando que se tenga una aportación
mensual en programas sociales, los cuales han incrementado 80 por ciento en los
últimos 6 años.
Además, de las 32 entidades federales, solo 16 en su
promedio de ingresos pueden cubrir el costo de la canasta. Las familias
sobreviven.
B) Sabiendo que la gente no tiene los ingresos promedio
nacionales y estatales requeridos para cubrir el costo de las canastas, es cuando
entra la segregación de ingresos por medio de deciles, para el entender que
parte de la sociedad mexicana, puede tener un bienestar económico.
Primero, debemos definir cómo calcular en qué decil está tu
hogar. Esto se obtiene al sumar los sueldos totales de quienes trabajan en la
familia y dividirlos en el total de personas que viven contigo, ahí tendrás un
promedio que se ajustará a cada miembro de tu hogar y podrás saber a qué decil
perteneces. Ejemplo; si el papá gana 6 mil pesos y la mamá 4 mil, el total son
10 mil al mes, y hay cuatro personas en el hogar, entonces la familia estaría
entre el segundo y el tercero. Siendo que en primer decil, encuentra la
población en condición más vulnerable, mientras que, en el décimo, están las
personas con mayores ingresos.
Pero en el ejemplo anterior debemos considerar, la cantidad
del ingreso corriente total per cápita, el cual cambia a según el ámbito de
residencia, es decir si es rural o urbana.
Al realizar la revisión de lo anterior por tipo de decil y
tipo de residencia se adicionará la variable del costo de las canastas
(alimentarias + no alimentaria) en cada zona, entonces encontramos lo
siguiente:
Rural: El decil uno al siete, las personas que estén en este
intervalo no pueden pagar el costo de las canastas. Para hacerlo deberían tener
una familia de cuatro personas y un ingreso por arriba de 16 mil pesos
mensuales, esto significa que sí solo una persona labora debe ganar al menos
2.5 salarios mínimos, siendo que hoy el máximo de salarios que pagan en promedio
dentro de la población económicamente activa, no pasa de dos. Esto significa,
una segunda persona, debería trabajar para poder tener un buen bienestar
económico.
Urbana: En esta zona en los deciles uno al seis, no pueden
pagar el costo de las canastas, ya que una familia con cuatro integrantes,
donde solo uno labora, este debe tener un ingreso de alrededor de 22 mil pesos,
ganando entre 3.5 a 4 salarios mínimos. Pero ¿a quién le pagan esa cantidad
actualmente en una zona urbana, o metropolitana? Por ende, y con los resultados
observados, en casi todas las familias, deberá estar laborando dos personas.
Derechos sociales: Contemplan a lo que por ley, cualquier
persona debe tener acceso dentro de México para su desarrollo personal, como es
el derecho a un bienestar económico mayor. Los dos rubros principales son :
A) Educación: México tiene un rezago educativo en su
población que pasó de 19.0 por ciento (23.5 Millones de personas) a 19.4 por
ciento (25.1 Millones). Existen 18.3 millones de personas que no tienen acceso
a estudiar en preparatoria o licenciatura. Cabe recalcar que 90 por ciento de
la educación está dada en forma pública, es decir que ser un país ignorante
dependerá de la administración de la nación y de las políticas públicas
establecidas en el periodo ejercido.
Existen 61 millones de personas en México que tienen acceso
a la educación, pero solo 54 por ciento están en las aulas. Las personas apenas
terminan la secundaria y muchas no pueden continuar sus estudios debido a que
tienen que aportar ingresos al hogar. Es mucha población con conocimientos
básicos, pero de qué sirve, si no hay mejora en la calidad de vida.
B) Salud: Las personas que presentaron carencia por acceso a
servicios de salud pasaron de 16.2 por ciento a 39.1 por ciento entre 2018 y
2022, es decir, 20.1 y 50.4 millones de personas están en esta situación,
respectivamente. La gente no tiene cómo estar sana, lo que ocasiona problemas
en el desarrollo económico en el corto y mediano plazo, al tener una población
enferma o con una incapacidad para continuar trabajando. Además con los
salarios actuales, muchas personas no tienen el acceso a una dieta bien
balanceada.
Si bien han aumentado el número de empleos y registros en el
seguro social, las personas ocupadas de la PEA no cuentan con acceso a
servicios de salud por prestación laboral, debido a que hay mucha informalidad,
lo que los lleva a depender de seguros de gastos mayores o consultas a doctores
de bajo costo.
En conclusión, a las personas no les interesa saber si en
México hay más pobres. La realidad promovida hoy día no debe ser el total, debe
ser medida en forma individual, para cada hogar mexicano e informarles cuánto
dinero deben ingresar para tener un bienestar económico y derechos sociales.
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