Se agravó con la pandemia de Covid-19 por causa de ansiedad, depresión, ansiedad, malos hábitos del sueño, entre otros.
En el Estado de México, al menos el 54% de las personas
padece de insomnio, situación que se agravó con la pandemia de Covid-19, así lo
destacó el director de la Clínica del Sueño de la Universidad Autónoma del
Estado de México (UAEMéx), Héctor Tlatoa Ramírez.
“Es una situación muy recurrente y se nos ha disparado mucho
posterior al Covid-19”.
Situación que agregó, se debió a los malos hábitos del sueño
al estar en confinamiento, los procesos de inflamación para quienes padecieron
la enfermedad y también por la inactividad física y la falta de exposición a la
luz.
Sin embargo, resaltó que también intervinieron factores como
estrés que se vivió en los momentos más complicados de la emergencia sanitaria,
así como los procesos de depresión y ansiedad.
También advirtió que las causas principales de no dormir
bien van desde la falta de concentración, una mala memoria, problemas en el
proceso enseñanza- aprendizaje, disminución del deseo sexual, mal humor, así
como un trastorno hormonal que causa la afecciones como obesidad y sobrepeso.
El también coordinador del Centro de Medicina y Actividad
Física de la Facultad de Medicina de la UAEMéx resaltó que otra de los efectos
del insomnio es lo que se conoce como somnolencia diurna, es decir, la
necesidad imperiosa de dormir en los momentos donde se interactúa con otras
personas o desarrollar actividades en el trabajo, incluso manejar.
El especialista recordó que hay factores de tipo secundario
que también propician cuestiones de insomnio como son padecimientos de tipo
neurológico, como epilepsia, migraña o la enfermedad de parkinson, incluso,
afecciones como reumatismo, asma y reflujo.
El director de la Clínica del Sueño de la Universidad
estatal refirió que en general los adultos deben dormir en promedio ocho horas,
aunque también dijo, deberá tomarse en consideración la calidad de las horas
que se duermen.
En el caso de niños y adolescentes, agregó, lo recomendable
es que duerman de 9 a 11 horas, debido a la etapa de desarrollo en la que
todavía se encuentran.
Tratamiento
Tlatoa Ramírez explicó que el tratamiento, va desde terapia
cognitivo-conductual o solamente forjar hábitos disciplinarios de ejercicio,
hidratación o utilizar el sistema de la cama del bien dormir.
“Un ritual para que nuestro sistema nervioso, tenga una disciplina
de despertarse y la hora de irse a acostar”.
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