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viernes, 31 de marzo de 2023

En Edoméx padecen de insomnio más de la mitad de sus habitantes



Se agravó con la pandemia de Covid-19 por causa de ansiedad, depresión, ansiedad, malos hábitos del sueño, entre otros.

En el Estado de México, al menos el 54% de las personas padece de insomnio, situación que se agravó con la pandemia de Covid-19, así lo destacó el director de la Clínica del Sueño de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), Héctor Tlatoa Ramírez.

“Es una situación muy recurrente y se nos ha disparado mucho posterior al Covid-19”.

Situación que agregó, se debió a los malos hábitos del sueño al estar en confinamiento, los procesos de inflamación para quienes padecieron la enfermedad y también por la inactividad física y la falta de exposición a la luz.

Sin embargo, resaltó que también intervinieron factores como estrés que se vivió en los momentos más complicados de la emergencia sanitaria, así como los procesos de depresión y ansiedad.

También advirtió que las causas principales de no dormir bien van desde la falta de concentración, una mala memoria, problemas en el proceso enseñanza- aprendizaje, disminución del deseo sexual, mal humor, así como un trastorno hormonal que causa la afecciones como obesidad y sobrepeso.

El también coordinador del Centro de Medicina y Actividad Física de la Facultad de Medicina de la UAEMéx resaltó que otra de los efectos del insomnio es lo que se conoce como somnolencia diurna, es decir, la necesidad imperiosa de dormir en los momentos donde se interactúa con otras personas o desarrollar actividades en el trabajo, incluso manejar.

El especialista recordó que hay factores de tipo secundario que también propician cuestiones de insomnio como son padecimientos de tipo neurológico, como epilepsia, migraña o la enfermedad de parkinson, incluso, afecciones como reumatismo, asma y reflujo.

El director de la Clínica del Sueño de la Universidad estatal refirió que en general los adultos deben dormir en promedio ocho horas, aunque también dijo, deberá tomarse en consideración la calidad de las horas que se duermen.

En el caso de niños y adolescentes, agregó, lo recomendable es que duerman de 9 a 11 horas, debido a la etapa de desarrollo en la que todavía se encuentran.

Tratamiento

Tlatoa Ramírez explicó que el tratamiento, va desde terapia cognitivo-conductual o solamente forjar hábitos disciplinarios de ejercicio, hidratación o utilizar el sistema de la cama del bien dormir.

“Un ritual para que nuestro sistema nervioso, tenga una disciplina de despertarse y la hora de irse a acostar”.

 

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