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martes, 7 de marzo de 2023

Así es la ‘doble jornada’ de las mujeres que reciben un solo pago



Las dos jornadas laborales de Velia Rojas Cervantes se extienden por más de 12 horas al día; sin embargo, ella solo percibe un sueldo por una de ellas.

De lunes a viernes, Velia despierta a las 5:00 de la mañana. Su primera misión es preparar el desayuno de sus hijas y luego arreglarse para acudir a su trabajo como archivista en el Tribunal Federal de Justicia Administrativa (TFJA), donde tiene que checar su entrada a las 9:00 am.

Aunque su turno en el TFJA concluye a las 16:00 horas, Velia no tiene tiempo para descansar. En cuanto la mujer de 56 años llega de regreso a su casa comienza sus ‘horas extras’’ en las labores del hogar.

En 2021, las mujeres mexicanas aportaron 2.6 veces más valor económico que los hombres por sus actividades de labores domésticas y cuidados del hogar, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

 

Si esas 2.6 veces se ‘traducen’ a moneda, las mujeres aportaron el equivalente a 71 mil 524 pesos por su trabajo no remunerado y realizado en labores domésticas y de cuidados, según el Inegi.

Ante sus ‘dobles jornadas’ y la falta de tiempo, Velia no tiene otra opción más que dedicar sus fines de semana a realizar los trabajos “más pesados”: lavar ropa, el quehacer doméstico, ir al supermercado.

Dicha situación la ha puesto a pensar en la posibilidad de contratar a una persona que realice las labores del hogar; sin embargo, el costo que implica contar con esa ayuda le ha impedido llevarlo a cabo.

Según sus propios cálculos, Velia tendría que pagar entre 300 y 400 pesos diarios por todas las tareas que ella realiza de manera gratuita.

Trabajo no remunerado, una deuda social con las mujeres

Aunque el trabajo doméstico no tiene un reconocimiento público, eso no significa que no se realice, de acuerdo con Alejandra Eme Vázquez, investigadora del cuidado y escritora mexicana.

“Parece que el trabajo en los hogares está en una sombra eterna cuando se trata de políticas públicas o de reconocimiento y de solicitar los apoyos justos para que las vidas de estas mujeres también se sostengan”, señala la escritora.

Los datos del Inegi explican el reclamo de las mujeres. De acuerdo con el Instituto, el valor del Trabajo No Remunerado de los Hogares (TNRH) como porcentaje del PIB nacional es superior al de actividades económicas como el comercio, la industria manufacturera y los servicios educativos.

Tan solo en 2021, el TNRH fue equivalente a 26.3 por ciento del Producto Interno Bruto, mientras que los sectores mencionados aportaron entre 3 y 19 por ciento, aproximadamente.

En ese contexto, Alejandra Eme Vázquez explica que las madres trabajadoras no tienen oportunidad de ‘malabarear’ sus labores y necesitan políticas públicas que las beneficien. “Es una deuda social con las mujeres que maternan y con las que trabajan en los hogares”, asegura.

Para la investigadora del cuidado, el principal problema con las labores domésticas es que “se asume como natural en un género” a pesar de que “no es algo que las mujeres traemos de origen”, pero que “se da por hecho que se tiene que hacer”.

En dicha situación, agrega, “se pierde perspectiva sobre el profundo conocimiento que nos da cuidar, necesitamos socializar el cuidado, que todos vivamos el conocimiento de cuidar, así como de ser cuidado”.

 

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