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miércoles, 27 de abril de 2022

Dos Bocas, el proyecto más opaco de la historia




 El 9 de diciembre de 2018, después de casi 40 años desde que Pemex construyó su última refinería, mi paisano el presidente Andrés Manuel López Obrador puso la primera piedra de la Nueva Refinería de Dos Bocas, en el municipio de Paraíso para producir gasolina, diésel, azufre y propileno, a tan sólo unos metros de áreas naturales protegidas, manglares y la laguna de Mecoacán que surte alimentos frescos a miles de tabasqueños.

Como Diputada Federal en ese momento, le prometí a mis paisanos que iba a asegurarme que las cosas se hicieran bien, con transparencia, eficiencia y de la mano de los expertos, por eso solicité recorridos en la obra que fueron negados, vía transparencia pedí ver los proyectos de inversión y factibilidad que no existían, la manifestación de impacto ambiental y los proyectos para mitigación que jamás cumplieron y también la información del ejercicio de los recursos financieros que a la fecha nadie conoce.

Hoy a casi 4 años, puedo asegurarles que la obra más opaca de la historia del Gobierno de México es la Refinería de Dos Bocas. Nadie sabe qué pasa ahí adentro, los trabajadores han organizado huelgas que se han minimizado, sus uniformes se han teñido de sangre, los paraiseños se preguntan cuándo se irá el polvo que respiran y los vehículos de carga pesada con material peligroso de sus calles.

Hagamos un recuento. El director de Pemex, mi también paisano Octavio Romero, en octubre de 2020 aseguró que costaría 8,900 millones de dólares, 900 mdd más a lo presupuestado. Quien construye la refinería es la empresa filial de PEMEX, PTI Infraestructura de Desarrollo y por ello, se dificulta mucho conocer cuánto, quiénes y cómo se ejercen los recursos asignados a este proyecto.

De hecho, en la auditoría 2019-6-90T9N-19-0421-2020 la propia Auditoria Superior concluye que: “… se observó una inadecuada programación de los recursos, ya que no se identificó la trazabilidad y seguimiento desde la autorización y ejercicio para el proyecto de la Nueva Refinería de Dos Bocas, lo que resta transparencia y rendición de cuentas, ya que la información no es clara ni accesible al público en general, al ser un proyecto estratégico de la entidad fiscalizada”.

Otro aspecto, de tremenda relevancia es que derivado de las auditorias se desprende que prácticamente todas las asignaciones de estos contratos multimillonarios fueron asignaciones directas, lo que viola el artículo 134 de nuestra Constitución sobre privilegiar las licitaciones públicas. En ambos pliegos el fiscalizador llega a la siguiente conclusión: “los procedimientos de adjudicación directa e invitación restringida deben utilizarse como excepciones a los concursos abiertos, o su equivalente licitación pública, y no al revés”.

Reitero desde este espacio que nunca he estado ni estaré en contra de proyectos de inversión en mi estado, al contrario, necesitamos 10 megaproyectos del tamaño de Dos Bocas; sin embargo, lo correcto es vigilar que nuestros impuestos se usen de manera adecuada y que se generen los empleos que tanto necesitamos, máxime cuando según la propia Sener, la inversión se recuperará ¡hasta el 2050!

Desde aquí, exhorto a la secretaria Rocío Nahle que honre su chamba como funcionaria federal y nos autorice a todos los legisladores del Congreso de Tabasco a dar un recorrido de supervisión, así como a implementar una mesa de trabajo donde participemos para asegurar la transparencia y rendición de este megaproyecto estratégico para mi estado y México.


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