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miércoles, 7 de abril de 2021

La guerra por los estados

Quienes piensen que los resultados de las elecciones del 6 de junio son completamente predecibles, van a llevarse un chasco.

 




Enrique Quintana

 

Quienes piensen que los resultados de las elecciones del 6 de junio son completamente predecibles, van a llevarse un chasco. Puede haber sorpresas para cualquier lado.

En muchas entidades del país, la moneda sigue en el aire y caben diversas posibilidades. Desde que tengamos un triunfo arrasador de Morena hasta que la oposición aparezca en este 2021 como una fuerza realmente competitiva.

Eso reflejan los resultados de las encuestas estatales realizadas por El Financiero y publicadas esta semana.

Si consideráramos que una ventaja de 10 puntos o más es suficiente para amarrar el triunfo faltando menos de dos meses de campaña, podemos concluir que Morena tiene el triunfo amarrado en seis entidades. Serían siete si hubiera la certeza de que, en Guerrero, el Tribunal Electoral va a anular la decisión del INE y va a reponer la candidatura de Salgado Macedonio. Pero no hay certeza.

Así que Morena lleva la de ganar en Nayarit, Zacatecas, Colima, Campeche, Baja California y Tlaxcala.

En contraste, bajo ese mismo criterio, de una ventaja de 10 puntos, la oposición lleva las de ganar en Querétaro y Baja California Sur.

Los estados en los cuales la diferencia para cualquiera de las dos fuerzas es de menos de 10 puntos son Michoacán (donde también podría cambiar el escenario si el Tribunal ratifica la decisión del INE y Morón perdiera definitivamente la candidatura), Sinaloa, Sonora, Chihuahua, Nuevo León y San Luis Potosí.

Si se agregara a la lista anterior Guerrero, en caso de que Félix Salgado quedara fuera de la contienda, el peor escenario para Morena sería ganar siete y perder ocho estados.

El mejor escenario que puede perfilar Morena es ganar 13 de los 15 estados.

Es decir, los siguientes dos meses serán decisivos para definir los balances políticos de México en los siguientes años.

Otra lección que puede surgir de las elecciones de este año es que las alianzas cuentan.

Salvo el estado de Querétaro, en donde el PAN no tiene alianzas con algún otro partido nacional, en los otros estados en los que sus candidatos son competitivos, hay alianzas entre partidos nacionales.

No solo hay que ver las contiendas en los gobiernos estatales y locales como fenómenos acotados a regiones específicas. La singularidad de esta elección es una concurrencia sin precedente de elecciones locales con la elección federal, por lo que las tendencias locales tienen la posibilidad de influir en los resultados federales, así como hace tres años, la elección federal fue muy influyente en los resultados locales.

Y si me permite una hipótesis, a nivel federal el factor más importante en la definición del voto puede ser el proceso de vacunación.

La encuesta publicada por El Financiero mostró que el porcentaje de respaldo al presidente López Obrador entre quienes han sido vacunados, sean ellos o sus familiares, es de 67 por ciento. En tanto, ese porcentaje baja a 59 por ciento entre aquellos que no han sido vacunados.

Si en estos dos meses, el proceso de vacunación avanza de manera rápida y sin incidentes que lo cuestionen, es factible que haya mayor respaldo al presidente, el que podría traducirse en una mayor inclinación del voto a favor de Morena.

Quizá por ello el bombero mayor, Marcelo Ebrard, anunció ayer su gira a China, Rusia e India, en busca de más vacunas.

Con los datos de ayer, el número de dosis aplicadas equivale a 7.6 por ciento de la población.

Es aún una fracción muy pequeña y si no crece de manera importante en las siguientes seis a siete semanas, puede ser un pasivo muy costoso para Morena.

Por eso nadie puede aún cantar victoria. En estas elecciones la moneda sigue en el aire.

 

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