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lunes, 15 de febrero de 2021

Mexiquenses han tenido que buscar distintas alternativas para poder sobrevivir.

 




En la etapa más crítica de la pandemia de Covid-19, Susana Veloz abrió su clínica de depilación; ignoró los malos augurios de sus cercanos y se arriesgó a emprender su propio negocio.

"Los tratamientos depilatorios no eran esenciales en este tiempo": le decían; sin embargo se arriesgó y ahora los atiende con estrictas medidas sanitarias.


Epilación permanente

Waxing Me es una clínica diseñada profesionalmente para la depilación a base de cera sintética tipo spa.

Desde el vestíbulo se perciben las esencias de aromaterapia. Las suaves notas musicales recrean la atmósfera. Hay una ambientación distinta en cada una de las cabinas templadas.

El proceso de aplicación tipo spa consta de un tratamiento pre y post epilatorio. Este proceso asegura el cuidado de la piel, la humecta e hidrata, además la deja brillosa. La prioridad es no sentir dolor cuando se retira el vello, apunta Susana.

"¿Sabías que el término correcto de nuestro servicio es epilación? Sí, así sin la letra "d", pues la epilación retira el vello desde la raíz, mientras que la depilación lo hace de forma superficial (rastrillos, cremas depilatorias, etc). Así que si hablamos de epilar no se trata de una falta de ortografía, más bien de un servicio profesional y efectivo", explicó.

El procedimiento epilatorio elimina el vello desde la raíz. Retrasa el crecimiento al menos diez días y adelgaza el vello.

Susana refiere que la constancia en el procedimiento podría incluso disminuir la cantidad de vello, además en el caso de la zona íntima aclara la piel ya que se eliminan células muertas en cada sesión.

Debido a la calidad de los productos utilizados, disminuye el dolor hasta un 80%, asegura.

Para Susana Veloz su actividad va más allá de quitar el vello. Es el comienzo de un proceso de confianza, de acompañamiento, donde la gente busca sentir seguridad, limpieza, higiene y sensualidad, comenta.

“Me da la oportunidad de trascender, porque acompañas a la gente que viene a la clínica en todos los procesos de vida, te hacen partícipe de sus historias, triunfos, fracasos, alegrías y tristezas”.

La clínica de depilación ofrece epilación de bikini (sólo retirar el vello que se sale de la panty), la francesa ( elimina vello de la parte inferior de los labios y se deja una pequeña cantidad en el monte de venus), o brasileña, en este caso se elimina todo el vello.

Debido a la normatividad de la pandemia, las instalaciones cuentan con un proceso de desinfección con Amonio Cuaternario. También hay un filtro sanitario de ingreso, además, el personal usa guantes y cubrebocas.

La clínica nació en semáforo naranja

Los costos de una epilación de áreas chicas cuesta 150 pesos (bigote, axila, ceja, nuca, dedos, orejas, nariz, barbilla), 390 áreas medianas (bikini, medias piernas, medio abdomen, media espalda ), 530 en las áreas grandes, las partes del cuerpo completas.

Susana Veloz tiene 27 años. La joven empresaria instaló su clínica de depilación en la capital mexiquense. Estudió la licenciatura de Emprendimiento, Creación y Desarrollo de Empresas por el Tecnológico de Monterrey Campus Toluca.

“Waxing Me es como mi bebé que me ha permitido aplicar mis conocimientos empresariales, de vivir todo el proceso de crecer una empresa”.

Es máster en técnicas avanzadas en depilación íntima, facial y corporal, con un reconocimiento por Berodin Wax México con validez internacional.

Adquirió experiencia en una clínica de depilación con láser en la Ciudad de México. También trabajó en Guadalajara donde aprendió a epilar con cera española y técnicas básicas del cuidado de la piel. Asimismo se certificó como máster en epilación con cera sintética.

También ofrecía servicios de epilación a domicilio. Comenzó con la familia y amigos. La joven laboraba en el gobierno estatal. Por varios meses titubeó en abrir su local por las advertencias de que no iba a prosperar en plena pandemia. Sin embargo, nunca abandonó su sueño.

Lo fue posponiendo. También vendió gel antibacterial. Waxing Me nació en junio de 2020 en semáforo naranja.

—”Esto es algo con lo que vamos a vivir, si no lo hago ahora, siempre habrá una razón para no hacerlo, pero también hay buenas razones para llevarlo a cabo”.

Al principio contó con una pequeña cartera de 40 clientes debido a la experiencia que ya tenía.

Invertir no ha sido sencillo. Primero rentó dos cabinas. Con pocas citas todo se iba en las comisión.

De junio a octubre ya tenía una agenda de 140 clientes. Cada mes daban servicio de 35 a 40 personas.

Sin embargo, en diciembre, ante el retorno al semáforo rojo y el cierre de negocios se tuvo que reinventar. Ese mes sólo atendió en promedio a 10 personas, luego en enero a 15.

Optó por no tener la agenda llena, evitar gran afluencia de personas y mantener una sanitización constante. Después operar, incluso, en horarios especiales.


Nuevas estrategias

La empresaria refirió que para sobrevivir las etapas críticas de la pandemia implementó los Monederos tipo membresías. Estos funcionan de manera trimestral, es decir, una compra de 2 mil pesos en un mes puede ser utilizada en un período de tres meses en dos depilaciones en áreas chicas, medianas y grandes, además de descuentos.

 

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