En la etapa más crítica de la pandemia de Covid-19, Susana Veloz abrió su clínica de depilación; ignoró los malos augurios de sus cercanos y se arriesgó a emprender su propio negocio.
"Los tratamientos depilatorios no eran esenciales en
este tiempo": le decían; sin embargo se arriesgó y ahora los atiende con
estrictas medidas sanitarias.
Epilación permanente
Waxing Me es una clínica diseñada profesionalmente para la depilación a base de
cera sintética tipo spa.
Desde el vestíbulo se perciben las esencias de aromaterapia. Las suaves notas
musicales recrean la atmósfera. Hay una ambientación distinta en cada una de
las cabinas templadas.
El proceso de aplicación tipo spa consta de un tratamiento pre y post
epilatorio. Este proceso asegura el cuidado de la piel, la humecta e hidrata,
además la deja brillosa. La prioridad es no sentir dolor cuando se retira el
vello, apunta Susana.
"¿Sabías que el término correcto de nuestro servicio es
epilación? Sí, así sin la letra "d", pues la epilación retira el
vello desde la raíz, mientras que la depilación lo hace de forma superficial
(rastrillos, cremas depilatorias, etc). Así que si hablamos de epilar no se
trata de una falta de ortografía, más bien de un servicio profesional y
efectivo", explicó.
El procedimiento epilatorio elimina el vello desde la raíz.
Retrasa el crecimiento al menos diez días y adelgaza el vello.
Susana refiere que la constancia en el procedimiento podría
incluso disminuir la cantidad de vello, además en el caso de la zona íntima
aclara la piel ya que se eliminan células muertas en cada sesión.
Debido a la calidad de los productos utilizados, disminuye el dolor hasta un
80%, asegura.
Para Susana Veloz su actividad va más allá de quitar el vello. Es el comienzo
de un proceso de confianza, de acompañamiento, donde la gente busca sentir
seguridad, limpieza, higiene y sensualidad, comenta.
“Me da la oportunidad de trascender, porque acompañas a la gente que viene a la
clínica en todos los procesos de vida, te hacen partícipe de sus historias,
triunfos, fracasos, alegrías y tristezas”.
La clínica de depilación ofrece epilación de bikini (sólo
retirar el vello que se sale de la panty), la francesa ( elimina vello de la
parte inferior de los labios y se deja una pequeña cantidad en el monte de
venus), o brasileña, en este caso se elimina todo el vello.
Debido a la normatividad de la pandemia, las instalaciones cuentan con un
proceso de desinfección con Amonio Cuaternario. También hay un filtro sanitario
de ingreso, además, el personal usa guantes y cubrebocas.
La clínica nació en semáforo naranja
Los costos de una epilación de áreas chicas cuesta 150 pesos (bigote, axila,
ceja, nuca, dedos, orejas, nariz, barbilla), 390 áreas medianas (bikini, medias
piernas, medio abdomen, media espalda ), 530 en las áreas grandes, las partes
del cuerpo completas.
Susana Veloz tiene 27 años. La joven empresaria instaló su
clínica de depilación en la capital mexiquense. Estudió la licenciatura de
Emprendimiento, Creación y Desarrollo de Empresas por el Tecnológico de
Monterrey Campus Toluca.
“Waxing Me es como mi bebé que me ha permitido aplicar mis
conocimientos empresariales, de vivir todo el proceso de crecer una empresa”.
Es máster en técnicas avanzadas en depilación íntima, facial y corporal, con un
reconocimiento por Berodin Wax México con validez internacional.
Adquirió experiencia en una clínica de depilación con láser en la Ciudad de
México. También trabajó en Guadalajara donde aprendió a epilar con cera
española y técnicas básicas del cuidado de la piel. Asimismo se certificó como
máster en epilación con cera sintética.
También ofrecía servicios de epilación a domicilio. Comenzó con la familia y
amigos. La joven laboraba en el gobierno estatal. Por varios meses titubeó en
abrir su local por las advertencias de que no iba a prosperar en plena
pandemia. Sin embargo, nunca abandonó su sueño.
Lo fue posponiendo. También vendió gel antibacterial. Waxing Me nació en junio
de 2020 en semáforo naranja.
—”Esto es algo con lo que vamos a vivir, si no lo hago
ahora, siempre habrá una razón para no hacerlo, pero también hay buenas razones
para llevarlo a cabo”.
Al principio contó con una pequeña cartera de 40 clientes debido a la
experiencia que ya tenía.
Invertir no ha sido sencillo. Primero rentó dos cabinas. Con pocas citas todo
se iba en las comisión.
De junio a octubre ya tenía una agenda de 140 clientes. Cada mes daban servicio
de 35 a 40 personas.
Sin embargo, en diciembre, ante el retorno al semáforo rojo y el cierre de
negocios se tuvo que reinventar. Ese mes sólo atendió en promedio a 10
personas, luego en enero a 15.
Optó por no tener la agenda llena, evitar gran afluencia de personas y mantener
una sanitización constante. Después operar, incluso, en horarios especiales.
Nuevas estrategias
La empresaria refirió que para sobrevivir las etapas críticas de la pandemia
implementó los Monederos tipo membresías. Estos funcionan de manera trimestral,
es decir, una compra de 2 mil pesos en un mes puede ser utilizada en un período
de tres meses en dos depilaciones en áreas chicas, medianas y grandes, además
de descuentos.
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