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lunes, 15 de febrero de 2021

La vacuna mexicana tiene nombre… pero no recursos

 



El Presidente nada dijo sobre la extinción de 91 fideicomisos vinculados a la ciencia, ni del severo recorte presupuestal dentro del rubro que han retrasado y dificultado el desarrollo y la producción de un fármaco made in México.

El presidente Andrés Manuel López Obrador se mostró entusiasmado ayer por la posibilidad de que centros de investigación pública puedan bautizar la primera vacuna mexicana contra COVID-19 como Patria, en analogía con el fármaco que se fabrica en Cuba, de nombre la Soberana.

Pero el mandatario nada dijo sobre la extinción de 91 fideicomisos vinculados a la ciencia, ni del severo recorte presupuestal dentro del rubro que han retrasado y dificultado el desarrollo y la producción de un fármaco made in México.

Ayer, en su mensaje dominical desde el Palacio de Gobierno de Oaxaca, dijo que “en su momento” se darían a conocer los detalles, ya que serían iniciativas del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), que dirige María Elena Álvarez-Buylla, así como de centros de investigación públicos y privados; no obstante, ayer pidió mano para elegir el nombre del fármaco mexicano.

“Les vamos a sugerir que la vacuna nuestra se llame Patria, ya apartamos el nombre”, acotó el Ejecutivo.

Sin embargo, apenas en diciembre del año pasado, la directora del Conacyt señaló lo mismo y mostró su desconocimiento ante los proyectos que se desarrollan en México, pues las investigaciones tendrían hasta junio para reorganizar los mecanismos y acceder a un financiamiento.

Esto, a pesar de que México cuenta con al menos cinco proyectos, realizados por investigadores de los institutos de Investigaciones Biomédicas y de Biotecnología de la UNAM, de la Universidad Autónoma de Querétaro, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados, y del Tecnológico de Monterrey.

La rectora de la Universidad Autónoma de Querétaro, Teresa García Gasca, ha criticado duramente a la Federación ante la falta de apoyos para el proyecto de vacuna antiCOVID que desarrollan desde hace 10 meses.

Apenas el mes pasado, García Gasca catalogó como “malinchismo covidiano” el que las autoridades mexicanas no inviertan en la tecnología, mientras se siguen adquiriendo fármacos extranjeros.

“Comprar vacunas extranjeras está bien, lo que no es correcto es dejar de apostar a proyectos propios”, cuestionó la rectora.

En el caso de la universidad queretana, uno de los proyectos nacionales más avanzados, ha emprendido una campaña para la donación de recursos, que ha obtenido 2 millones 865 mil 483 pesos, para continuar con la investigación, que ya cuenta con el nombre Quivax-UAQ.

 

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