Una investigación estableció el período que transcurre entre que una persona da positivo y deja de infectar. Los detalles
A woman walks next to
graffiti depicting viruses with the face of Brazil's President Jair Bolsonaro,
amid the coronavirus disease (COVID-19) outbreak, in Rio de Janeiro, Brazil,
October 7, 2020.
El primer modo de transmisión del
coronavirus probado es el de las micro gotas de saliva o flügge que expulsa una
persona infectada al toser o estornudar, y también cuando canta o habla. El
virus utiliza ese entorno húmedo como vector, y puede infectar a otra persona
si alcanza su boca, su nariz o sus ojos, por donde pasa a las células de las
vías respiratorias. El virus también puede fijarse en superficies alcanzadas
por las gotículas, como teclados, picaportes de puertas, botones de ascensores,
teléfonos, etc, que si una persona sana los toca y luego se toca la cara, puede
contagiarse.
Una vez que la persona se contagia y
transita la enfermedad, surge el interrogante: ¿hasta cuándo puede seguir
contagiando un enfermo de COVID-19?
En este sentido, una investigación científica
realizado por las clínicas Charité de Berlín, Schwabing de Múnich y por el
Instituto de Microbiología del ejército alemán, determinó que en los
primeros días de infección, el virus se concentra en la nariz y boca. También
se demostró en estos pacientes el momento exacto en el que ya no supone un
riesgo darlos de alta, debido a que no contagiarían, y esto permitiría liberar
camas en las Unidades de Terapia Intensiva (UTI) de los hospitales.
La mayoría de los casos, observaron que la
carga viral en la faringe se reducía notablemente pasada la primera semana de
la enfermedad, aproximadamente en el octavo día (EFE/Juan Ignacio
Roncoroni/Archivo)
Los científicos alemanes llegaron a la
conclusión después de haber estudiado a estos primeros afectados por el
COVID-19 que dejan de ser contagiosos cuando las muestras que se le
extraen del área nasofaríngea y de los fluidos expulsados al toser, es decir
las gotículas de flush, presentan menos de 100.000 copias del genoma del virus. En
la mayoría de los casos, observaron que la carga viral en la faringe se reducía
notablemente pasada la primera semana de la enfermedad, aproximadamente en el
octavo día, mientras que en los pulmones unos días más tarde.
En este contexto, en diálogo con Infobae,
el infectólogo Lautaro de Vedia, expresidente de la Sociedad Argentina de
Infectología, explicó: "Hay muchos factores que influyen en la
contagiosidad. Por un lado están los factores vinculados con el germen y
por otro, aquellos vinculados con la persona infectada. Dentro de los primeros
tenemos dos elementos: la cantidad de virus a las cuales se expone una
persona y el tiempo que lo hace. Y dentro de los segundos, el estatus
inmunológico de la persona sin COVID-19″.
Según Roman Wölfel, director del Instituto
de Microbiología del ejército alemán, “ocho días después de presentar los
primeros síntomas, los expertos ya no fueron capaces de aislar partículas
infecciosas en los pacientes, a pesar de detectar todavía copias del
genoma del coronavirus en faringe y pulmón”.
Los sueros sanguíneos analizados en busca
de posibles anticuerpos contra el SARS-CoV-2 determinaron que la mitad del
grupo estudiado durante 28 días desde la aparición de los primeros síntomas
desarrolló hasta el séptimo día anticuerpos contra el virus (REUTERS/Agustin
Marcarian)
“La elevada carga viral en la faringe
inmediatamente después de los primeros síntomas apunta a que los pacientes
con COVID-19 son ya muy pronto infecciosos, incluso antes de darse cuenta que
están enfermos; eso nos proporciona información muy valiosa a la hora de
decidir cuándo dar de alta a un paciente, decisión que los equipos médicos
toman bajo una gran presión”, agregó.
Los resultados de esta investigación fueron
publicados en la prestigiosa revista Nature y estiman que los
pacientes con COVID-19 positivo pueden ser dados de alta y pasar a cuarentena
en sus hogares si diez días después de enfermar presentan en los fluidos
expulsados al toser menos de cien mil copias del genoma del virus.
Para el director del del Instituto de
Virología de la Charité, Christian Drosten, “el coronavirus se puede
multiplicar en la faringe sin necesidad de llegar al pulmón y por lo tanto es
muy fácilmente transmisible”. El científico explicó que el virus “se multiplica
en el tracto gastrointestinal, aunque no se pudo detectar la presencia del
mismo en las heces, orina o en la sangre de los pacientes”.
A su vez, los sueros sanguíneos analizados
en busca de posibles anticuerpos contra el SARS-CoV-2 determinaron que la mitad
del grupo estudiado durante 28 días desde la aparición de los primeros síntomas
desarrolló hasta el séptimo día anticuerpos contra el virus y dos semanas
después, todos los pacientes habían producido anticuerpos y así también
mostraron una reducción paulatina de la carga viral.
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