La exdirigenta de Morena está acostumbrada a estar bajo la lupa, desde que fue candidata al Edomex, allá por 2005, hasta ahora que la sacaron del partido.
Lourdes Mendoza
Las finanzas que dejó Polevnsky sen Morena e encuentran bajo la lupa de las autoridades. (Diseño: Expansión)
La racha de las últimas dos semanas ha tenido al gobierno federal de cabeza y es que no es para menos. Primero, la curva de la pandemia nomás no se aplana; segundo, la economía no pinta nada bien –hasta el FMI nos lo manda a decir–, y tercero, ¡la violencia a tope! Donde el atentado contra el secretario Harfuch exhibió a un gobierno, cuando no paralizado, completamente rebasado.
Peeero esto no para aquí, los escándalos de corrupción están a la orden del día, tanto en el gobierno federal, como en el CEN de Morena. Por eso, nuestro Personaje de esta semana es la mismísima Yeidckol Polevnsky, o Citlali Ibáñez para los cuates.
Con la cuchara grande
Parece ser que no solo el matrimonio Ackerman-Sandoval se sirve con la cuchara grande, sino que todos en la 4T han dejado de un lado los preceptos de “no mentir, no robar y no traicionar” del presidente López Obrador y saben que, ante la ausencia de un futuro prometedor, más vale pájaro en mano, que un ciento volando, por eso la exdirigente de Morena, Yeidckol Polevnsky, hizo de la suyas tras su paso por el partido de tan corta vida.
Y es que el pasado viernes se ratificó la denuncia penal presentada por en CEN de Morena, ahora a cargo de Alfonso Ramírez Cuéllar ( acá le contamos quién es ), en contra de Polevnsky en la Fiscalía General de la República (FGR) por presunto daño patrimonial y peculado por el pago de contratos a dos empresas por 395 millones de pesos por obras de remodelación que no se realizaron. Con la demanda, se pretende que se le restituya al partido la totalidad del monto pagado a las cuentas del empresario queretano Enrique Borbolla García.
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Ahora entendemos la razón por la cual tooodos en Morena se andaban peleando por la dirigencia del partido. Las tradiciones perredistas de manos largas y fuegos amigos es cosa de diario en Morena. Y cómo olvidar la jugada del clan Bertha Luján ( también ya le conté quién es ) -Sheinbaum para quitarla de la dirigencia e imponer a su gallo Ramírez Cuéllar.
A quien destrucción nace, tal vez desde la destrucción muera.
Pero dicen mis fuentes que ante el lodazal que se vislumbra en las elecciones del 2021, resulta vital para todos tanto el manejo de los dineros como del padrón de militantes. Esto último fue una de las primeras diferencias de Polevnsky que tuvo con la dirigencia anterior, ya que, según esto, le entregaron un padrón de más de 3 millones de militantes, cuando era de alrededor de un millón.
Peeero, los militantes que realmente tiene Morena son apenas 278,332, según el Procedimiento de actualización de padrones de militancia de los partidos políticos del INE de inicios de este año.
Además, fue amonestada por la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena por, supuestamente, manipular una sesión del Comité Ejecutivo Nacional para realizar nombramientos a modo de integrantes de la dirigencia.
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La queja fue interpuesta por Jaime Hernández Ortíz, un militante de Morena en Jalisco, quien la acusó de crear "una mayoría ficticia" para favorecer la designación de Leonel Godoy como secretario de organización, quien en enero de este año dejó la Secretaría de Operación Política del Comité Ejecutivo Nacional, bajo el argumento de dedicarse a la docencia.
La otra Yeidckol
Yeidckol Polevnsky está acostumbrada a estar bajo la lupa, y cómo olvidar que cuando fue candidata en 2005 para gobernar el Estado de México por el PRD, salió a la luz que su nombre no era el que estaba asentado en su registro de nacimiento, sino el de Citlalli Ibáñez Camacho.
La entonces candidata aseguró que se debió a por “cuestiones personales” ya que a los 12 años vivió un embarazo, el cual, “fue un episodio traumático, pues sufrió violencia sexual”. No olvidemos que el entonces jefe de gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, le dio su aval para contender por la gubernatura.
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Al final, terminaría ganando “el Golden Boy” de Atlacomulco, Enrique Peña Nieto.
Desde la cúpula empresarial, Yeidckol apoyó con todo a López Obrador en la contienda de 2006 tras haber pasado por la Canacintra. Después, tras la derrota del tabasqueño, llegó al Senado de la República. Su desempeño como senadora también estuvo lleno de polémica por sus posicionamientos sobre algunos temas. Pero uno que pasó a la memoria legislativa fue cuando votó en contra del aumento de impuestos al tabaco tras darse a conocer que su hija Shirley Almaguer Camacho, trabajaba en una de las principales empresas tabacaleras, American Tobacco México (BAT), empresa que maneja las marcas de Kent, Viceroy y Montana.
Apadrinada
Y también en el Senado, pero en la actual legislatura, Alejandro Rojas, suplente morenista, es su enemigo a muerte, y no solo porque Rojas fue un factor decisivo en su salida del CEN, sino porque desde antes Rojas asegura que Yeidckol fue apadrinada por Raúl Salinas de Gortari allá en 1988 en su primer cargo de dirección en Canacintra cuando fue presidenta de la Comisión de Enlace con la entonces Secretaría General de Protección y Vialidad, y presidenta de la Comisión de Enlace con el DDF.
Y encima de todo, que su tendencia maoísta revolucionaria se la debe a éste, así que no tenemos que espantarnos que Díaz Polanco haya sido su brazo derecho en el CEN.
Entre tanta rebatinga, nadie ha asomado la cara por Yeidckol, ni que fuera el Doctor, Doctor Ackerman, pero el apoyo en solitario fue del senador y próspero empresario coahuilense Armando Guadiana, quien defendió a la exlíder de su partido al referirse a ella como una mujer “íntegra y honrada a carta cabal” y le externó su total apoyo.
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