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martes, 14 de abril de 2020

Pemex hace el coctel molotov más explosivo




Alejo Sánchez Cano


Pasan los días y en lugar de aclararse el panorama en el país, se complica y los negros nubarrones que se posan sobre territorio nacional hasta antes de la pandemia, ahora se han convertido en huracán de categoría 5, ya que no solo se padecen los efectos de un mal gobierno, sino también de un sistema de salud colapsado que, sin todavía enfrentar la demanda por la cantidad de infectados por el Covid-19, ya está rebasado; la mayor crisis económica desde tiempos de la Revolución y por si fuera poco, la degradación tanto en su calificación como en la producción de Pemex, sin contar el desplome de ingresos que son atenuados por las coberturas.

El ridículo que hizo Rocío Nahle ante la OPEP ha sido de antología ya que no solo fue la burla en los países miembros, sino que hizo el harakiri a Petróleos Mexicanos, al comprometer la mezcla mexicana a los intereses de Donald Trump, quien, otra vez, ha hecho el mejor negocio de su vida, al vender petróleo barato y luego cobrarlo a precio alzado, eso sin contar con la despreciable tarea que tiene México de perseguir a los migrantes centroamericanos como auténticos delincuentes.

Pemex requiere de un incremento en sus ingresos, pues la empresa estaba vendiendo el crudo a menos de la mitad del precio proyectado para este ejercicio fiscal y con el recorte mundial se aminoraba la carga, pero optó el presidente López Obrador con solo reducir 100 mil barriles diarios y no los 400 mil que exigía la OPEP.

Durante 2019 la producción de Pemex cayó en promedio 7.44 por ciento en comparación con cifras de ese mismo periodo del año anterior, en las últimas dos décadas la plataforma de producción de crudo en yacimientos en tierra y mar decreció de 3 millones 70 barriles diarios a un millón 678 mil barriles en promedio.

La tendencia negativa en la producción hizo que el gobierno de Enrique Peña Nieto realizara la reforma estructural energética, misma que alentó esperanzas de frenar esa tendencia, empero llegó AMLO y revirtió esa reforma con consecuencias funestas para la petrolera que está en camino de su extinción.

Los cálculos sobre la decisión de hipotecar el petróleo mexicano a Estados Unidos están sobre la mesa: la producción de un millón 678 mil barriles sin ningún tipo de acuerdo, a precios de 10.37 dólares por barril, arroja un ingreso de 17 millones 400 mil 860 dólares, mientras que tomando el costo más bajo de extracción a nuestro país le estaría costando 20 millones 136 mil dólares.

Es decir, ante la falta de acuerdos internacionales, México perdería 2 millones 735 mil 140 dólares diarios; por lo tanto aún con la reducción planteada de 400 mil barriles, producir un millón 318 mil barriles, y que con los preacuerdos al respecto, situaron al día de ayer el precio a 28.36 dólares por barril, le permitiría a México obtener ingresos por 37 millones 378 mil 480 dólares y que en un panorama más alentador si se llegaran a los precios proyectados en la Ley de Ingresos 2020, podrían generarse ingresos por el orden de 64 millones 582 mil dólares, aún con el recorte señalado por la OPEP.

Lo cierto es que fue un pésimo negocio para Pemex que, de por sí, ya está en la mira de las calificadoras internacionales y con esta operación se complicó más la vida para la Empresa Productiva del Estado.

Ahora, no solo deberá a Estados Unidos 300 mil barriles diarios que Pemex tendrá que pagar en algún momento, sino que se comprometieron ingresos futuros vitales para el país y todo ello en medio de la crisis más severa que el mundo ha enfrentado desde las guerras mundiales.

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