Convocatoria sin partidos y con fundadas razones que van más allá de preferencias políticas para centrarse en demandas comunes a todos los mexicanos como son, seguridad, justicia y respeto, no se dan fácil y frecuentemente en los países.
Sin duda, grandes expectativas han levantado los actos de ayer y de hoy; la marcha para celebrar el Día Internacional de la Mujer y el paro convocado para hoy bajo la consigna de “El nueve nadie se mueve” son, ¿quién se atrevería a cuestionarlo?, el principio de una nueva etapa de la lucha política en México.
Convocatoria sin partidos y con fundadas razones que van más allá de preferencias políticas para centrarse en demandas comunes a todos los mexicanos como son, seguridad, justicia y respeto, no se dan fácil y frecuentemente en los países.
Esto que es altamente improbable, lo hicieron posible aquéllas a las que muchos desconfían —por decir lo menos— de su capacidad de convocatoria; sin embargo, lo improbable es hoy realidad y lo que Nasim Nicholas Taleb llama Cisne Negro, está frente a nosotros.
En relación con la marcha de ayer y el paro de hoy, quiero recomendarle un artículo y un video. Ambos tienen un denominador común que está, en los tiempos que corren, íntimamente relacionado con lo que vemos y padecemos en México. Tiene que ver con la mentalidad de los ciudadanos frente a la gobernación —en el artículo— y en el video, con lo difícil que es lograr el cambio de mentalidad de los ciudadanos.
El artículo trata de la situación que actualmente enfrentan los salvadoreños por los modos y ambiciones totalitarias de su gobernante las cuales, espero coincidamos, son muy similares a las que practica nuestro actual Presidente de la República. El video, por otra parte, tiene que ver con la permanencia en la mentalidad de millones de rusos de hoy, del que ha sido uno de los grandes dictadores y asesinos del siglo XX: Stalin.
Le comento ahora algo del artículo y su título; como dije, es una opinión acerca de lo que hoy enfrenta El Salvador, país hermano de Centroamérica. Su título es de una sencillez que en nada borra la profundidad que impacta al leerlo; además, es casi la descripción cruda de lo que hoy enfrentamos en México.
¿Cómo fue posible que Hitler llegara al poder en Alemania? ¿Acaso, como el autor señala, se debió a “la suspensión de la mente crítica” de los alemanes de los años treinta del siglo pasado? Esa pregunta la actualizo y repregunto: ¿Cómo fue posible que nuestro actual Presidente llegara al puesto de Presidente de la República? Parafraseo aquella explicación en modo interrogativo y pregunto: ¿Acaso se debió a “la suspensión de la mente crítica” de decenas de millones de electores mexicanos? Por favor, lea el artículo y frente a lo que vemos y padecemos, concluya lo que considere correcto.
En relación con el contenido del video, estamos frente a un fenómeno diferente: la dificultad para llevar a cabo un cambio cultural en torno a la obra de un dictador que permitiría, en principio, eliminar el juicio subjetivo y reemplazarlo por uno crítico y objetivo de lo que fue la gobernación de un dictador y asesino de decenas de millones de sus gobernados.
¿Qué explicaría entonces el culto actual y la casi veneración a Stalin por parte de millones de rusos? ¿La imposibilidad de incorporarse a la nueva realidad económica y política de Rusia? ¿O fue tan profunda la vida artificial que la hoy extinta Unión Soviética hizo posible hasta su ruina, por la inviabilidad del modelo socialista de economía planificada? ¿O será un problema de edad? ¿Son los años de vida que tienen millones de rusos de la tercera edad, que les es materialmente imposible cambiar, y deben mendigar para sobrevivir y por eso ven en Stalin y su recuerdo, la salvación?
Regreso a México; ¿es la renuncia a “la mente crítica” lo que explicaría la llegada de un personaje con una visión de pasado a la Presidencia? Y, ¿acaso es la imposibilidad de millones para vivir de su propio esfuerzo, lo que explicaría la aceptación de millones de esa baratija que vende el actual Presidente, que “El pasado es el mejor de los futuros”?
Decida usted; lea por favor el artículo y vea el video e intente, de ser posible, juzgar sin apasionamiento lo que vemos y padecemos hoy en México.
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