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viernes, 17 de enero de 2020

Adiós al monopolio de ILAS en leche en polvo




Darío Celis


En aras de fortalecer la autosuficiencia alimentaria, Andrés Manuel López Obrador pondrá en marcha este año un programa para sustituir en su totalidad las importaciones de leche en polvo.

Para ello arrancará entre 2020 y 2021 seis nuevas plantas de secado de leche líquida, que según dicen en Palacio Nacional, lograrán en 2021 borrar otra herencia maldita de los neoliberales.

Hablamos de la de eliminar las compras al extranjero de alrededor de 50 mil toneladas anuales del alimento, que tan solo se realizaban en el sexenio de Enrique Peña Nieto.

El gran perdedor con este cambio es ILAS (Industrias Lácteas Asturianas), de José María Fernández; el gobierno peñista le compraba casi la totalidad de la leche deshidratada, contratos cercanos a 2 mil 500 millones de pesos.

Ya para 2019, el gobierno de la 4T había reducido casi a la mitad el requerimiento de importación de leche en polvo, para colocarlo en un total de 27 mil toneladas.

Y se calcula que en el presente año, con tres nuevas plantas en marcha, sean requeridas únicamente 17 mil toneladas del producto desde el exterior, lo que es una pésima noticia para los externos.

La operación de las nuevas plantas se asegurará vía convenios de coproducción entre Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), los gobiernos estatales y diversos empresarios regionales mexicanos.​

A través de Liconsa, la dependencia que dirige Ignacio Ovalle firmó ya dos de estos convenios por cinco años con el Grupo Vicente Suárez 73, propiedad de Alejandro Armenta.

Esto para el funcionamiento de una planta en Tabasco y otra en Zacatecas, además de que está por firmar dos más para instalar las maquinarias en Jalisco y Durango.​

Se establece que en dichas instalaciones se realizará el proceso de secado mediante deshidratación de leche, para obtener el producto en polvo con las condiciones de calidad establecidas por la autoridad.​

También se realizarán los procesos de descremado, fortificado e incorporación de grasas vegetales y vitaminas A y D3. Las empresas participantes tendrán que cumplir una serie de condiciones.

Están obligadas a realizar el empaquetado en sobres de 210 gramos, equivalentes a dos litros de leche semidescremada, embalarlos en sacos de 15 y 50 kilos y almacenarlos para su entrega.

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