Directorio
domingo, 22 de diciembre de 2019
Asalto al INE: miedo al 2021
Cynthia López Castro
Uno de los síntomas más preocupantes de las modicaciones aprobadas por la Cámara de
Diputados al Presupuesto de Egresos para 2020, fueron los recortes a la Suprema Corte de
Justicia, la Judicatura Federal y los organismos autónomos. Entre ellos destaca el recorte de
1,075 millones de pesos al Instituto Nacional Electoral, equivalente al 8.6% de lo que el
Instituto había solicitado para llevar a cabo sus funciones. Se trata de una medida
injusticable que afectará de manera importante la operación del órgano electoral en un año
que empiezan los preparativos para las elecciones de medio término. La única explicación
para este asalto al INE es que Morena y sus aliados tienen miedo a perder en las elecciones
de 2021.
La independencia del órgano encargado de organizar las elecciones es una precondición
para la vigencia del proceso democrático. Contar con recursos sucientes es una condición
necesaria para garantizar esa independencia. Es por eso que nuestro régimen jurídico da a
los organismos autónomos la facultad de proponer sus propios presupuestos. Hasta este
gobierno, la tradición republicana había consistido en respetar esas estimaciones. Ahora las
cosas han cambiado, y para peor. La bancada mayoritaria en la Cámara de Diputados ha
decidido ejercer su mayoría para presionar al INE por la vía presupuestal, en lo que sólo
puede entenderse como el primer embate para sofocar y eventualmente asxiar la
autonomía del Instituto.
La proporción más grande del presupuesto anual del Instituto (cerca del 30%) se destina a la
expedición de credenciales para votar y la actualización del padrón electoral. El INE tiene
proyectado expedir 16 millones de credenciales para votar el año próximo. En caso de que la
reducción del 8% sobre el presupuesto total recayera sobre este rubro del presupuesto, el
INE dejaría de expedir más de 4 millones de credenciales que dan identidad y permiten
ejercer sus derechos políticos a idéntico número de mexicanos. Afortunadamente, los
consejeros del Instituto Nacional Electoral han salido a anunciar que harán todo lo posible
para evitar afectaciones a los ciudadanos, pero sin duda se trata de una empresa
complicada.
Digámoslo claro, sin un INE autónomo no puede haber elecciones libres y justas. Las
presiones de Morena y sus aliados contra el INE son un atentado contra la democracia y, por
lo tanto, un atentado contra la libertad de los mexicanos. Si Morena tuviera conanza en sus
resultados de gobierno, no les preocuparía competir en condiciones de equidad y de justicia
en las próximas elecciones. Como saben que el país se les está yendo de las manos, están
buscando la forma de capturar a los árbitros y alterar las reglas del juego para mantenerse
en el poder, aunque pierdan la conanza de los mexicanos.
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