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jueves, 27 de junio de 2019

Esta vez… sí había otros datos




Enrique Quintana


El día de ayer, en su conferencia mañanera, el presidente López Obrador abundó respecto al tema de la producción petrolera.

En ella, el director general de Pemex presentó un adelanto de las cifras de junio, con un corte hasta el día 19. En ese lapso, la producción promedio fue de un millón 680 mil barriles diarios.

En mayo, la cifra oficial reportada por Pemex para el mes completo fue de un millón 663 mil. Si al cierre de junio, se mantuviera el mismo nivel que hasta el día 19, entonces el resultado estaría ligeramente por arriba del promedio de los primeros cinco meses del año, que fue de un millón 670 mil barriles y se mostraría que, en este caso, las 'otras cifras' que tenía el presidente López Obrador, sí validaban su afirmación de que la caída en la producción se detuvo.

La meta fijada por Pemex para este año es de un millón 829 mil barriles para el mes de diciembre.

Si se cumpliera ese objetivo, la producción de Pemex habría crecido en 119 mil barriles diarios respecto al nivel de diciembre de 2018. En contraste, el resultado del año pasado implicó una caída de 163 mil barriles diarios.

Es decir, bajo la premisa del cumplimiento de las metas, habría un comportamiento completamente opuesto entre este año y el anterior.

A todos nos conviene que los objetivos de Pemex se cumplan, pues uno de los parámetros más importantes que van a utilizar las calificadoras, y especialmente Moody’s, para calificar a la deuda de la petrolera, será la trayectoria de la producción.

Le recuerdo que Fitch ya sacó a la deuda de Pemex del rango de ‘grado de inversión’ y la ubicó en la zona de ‘inversión especulativa’.

El impacto de ese cambio elevó las tasas que pagan los bonos de Pemex a 10 años, de un 6.5 por ciento el 6 de junio a 7.17 por ciento el día de ayer.

Se trata de un aumento de 67 puntos base, que no es nada despreciable.

Pues el impacto sería aún mayor si una segunda calificadora, Moody’s, baja la calificación a Pemex y le quita el grado de inversión.

Y, luego, es factible que el alza de los costos financieros se propague al conjunto de la economía.

Por eso nos conviene que los ingenieros de Pemex Exploración y Producción que han hecho las estimaciones respecto a la recuperación de la producción de la petrolera sean acertados en sus estimaciones y que no vayan a estar pecando de optimistas, porque una decepción del mercado, además de impactar sobre los bonos de Pemex, lo haría también sobre el tipo de cambio.

La producción privada lamentablemente es aún irrelevante.

La Comisión Nacional de Hidrocarburos informa que la producción total de los contratos que tiene registrados fue de 75 mil 726 barriles diarios en abril. Pero, de ellos, 60 mil 734 barriles corresponden a contratos migrados por Pemex; 10 mil 488 a contratos derivados de asociaciones con Pemex y solo 4 mil 505 barriles a la producción de los contratos privados asignados en las rondas.

Para que las inversiones realizadas en las rondas petroleras fructifiquen en producción se va a necesitar más tiempo, que se concreten las inversiones y que haya el talento suficiente para obtener resultados.

En el corto plazo, el resultado productivo del sector depende casi enteramente de Pemex, nos guste o no.

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